El próximo sábado, se conmemora el Día de la Candelaria, siendo la festividad, tercera en importancia en nuestro país y en otros de Latinoamérica, pero ¿por qué los tamales en ese día?. Recordemos que muchas tradiciones en Meso América, tienen su origen en las culturas prehispánicas las cuales se modificaron y se anexaron a festividades religiosas con la conquista y evangelización. El libro maya del Popol Vuh narra cómo los dioses después de hacer varias pruebas, finalmente eligieron al maíz para crear y dar vida al hombre y desde entonces, el maíz se eligió para ofrendarse a los dioses y una de las formas era el tamal, que adoptaron casi todas las culturas, entre ellas aztecas, totonacos, olmecas, entre otras, para ofrendar en honor a Tláloc, Chalchiuhtlicue y Quetzalcoatl, celebrando el año mexica el 2 de febrero con tamales cocidos en una olla “embarazada” que se ofrendaban a dichos dioses.
A la llegada de los españoles y con la fusión de las culturas, se elige la fecha del 2 de febrero conmemorando la cuarentena de María y la presentación de Jesús en el templo, como el Día de la Candelaria, relacionada con el fuego de las candelas o velas para la virgen, en la que se degustan diversos tipos de tamales según la región, como lo narra Fray Bernardino de Sahagún. A partir de entonces y con la introducción del roscón de reyes en cuyo interior se encuentra una figura representativa del Niño Jesús, quien se encuentra la figura dentro del pan, se convierte en el padrino del niño y se compromete a ofrendar los tamales en la fiesta de las candelas, lo cual con la evangelización se extiende la costumbre en todas las regiones de nuestro país, principalmente en el centro y sur y extendiéndose a otros países de Centro América.
Así dependiendo de las costumbres culinarias de cada estado e incluso de cada población, la preparación y presentación de los tamales tendrá su sello distintivo.
El tamal se prepara a base de masa de maíz cocida, con diferentes rellenos y envuelta en hojas que pueden ser de totomoxtle u hoja seca de elote, en hoja de plátano u hoja de papata, su forma puede ser cilíndrica, esférica, cuadrada o triangular con relleno de carne de res, cerdo, pescado, camarones y animales de caza como venado, armadillo o jabalí, mezcladas con diversas salsas, verdes, rojas, de mole y combinación de diversos chiles; también pueden ser de verduras, frijol, mezcla de calabaza y frijol gordo (tamal de pedo), sin faltar los de dulce elaborados con frutas diversas, mermeladas, crema pastelera, chocolate y los elaborados con otros ingredientes para la masa como los canarios.
Así hay corundas de Michoacán, tamal oaxaqueño, ranchero veracruzano, de bola y chanchamitos chiapanecos, Zacahuil huasteco que es un tamal gigante de las huastecas veracruzana, potosina y tamaulipeca, chocos, yucatecos, de camarón nayarita, tamal de chipilín de Tabasco, tamal de dedo y otros más que se acompañan de chocolate o atole de diversos sabores o el clásico champurrado.
Así que si le toco la suerte de haberse encontrado al niño en la rosca de reyes, habrá que cumplir con la ofrenda de tamales el Día de la Candelaria y disfrutarlos con familiares y amigos cumpliendo con la añeja y festiva tradición.
