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“SE CALLARÁ LA SAETA”

by Carlos A. Bravo Matus

Y no salieron las palmas el domingo, y se suspendió la procesión; las calles casi desiertas y la gente resguardada en sus casas como debe ser. No faltan los inconscientes que se aventuran a salir para mojarse en el mar, por fortuna son los menos, pero esos menos pueden hacer que haya más.

Y el viernes no habrá procesión del silencio, que naciera en Sevilla España en el siglo XIV por la Hermandad del Silencio, también llamada La Madruga, pues inicia con el pregón en el portón del templo de San Antonio Abad a la 1 AM y concluye ahí mismo a las 6 AM. Tradición que fue traída a México por la orden de los Carmelitas, instalándose en San Luis Potosí donde se inicia la procesión del silencio en 1954 por los toreros de la región en honor a la Virgen de la Soledad, marchando cada año con una creciente cantidad de personas agrupadas en 30 cofradías, vistiendo sus trajes y capuchas con el color distintivo de su templo, partiendo a la orden del pregonero y encabezada por un jinete en punto de las 20 hrs. en que se abren sendas hojas del portón del templo del Carmen para dar paso a las imágenes que son llevadas en andas por los encapuchados en señal de luto y humildad, antecedidos por sus estandartes y marchando al ritmo de los tamborileros cuyo redoble es lo único que vibra en el sepulcral silencio.

Entre una y otra imagen, marchan los nazarenos y costaleros, los cofrades arrastrando cadenas  y al final de la columna los penitentes que expían sus culpas entre azotes en el dorso, con el cilicio ajustado o cargando sobre los hombros las zarzas, cerrando la comitiva otro jinete que marcha con su corcel pausadamente al ritmo del tambor.

En nuestro país como en España, la Procesión del Silencio se ha extendido a otras ciudades, así que muy similares se llevan a cabo el mismo viernes en Zacatecas, Aguascalientes y Puebla.

La peste del siglo este año no dejará escuchar los pregones, las saetas, el cante hondo sevillano, el arrastrar de cadenas ni el redoble del tambor. No recorrerán las calles los cofrades ni las andas llevando al Nazareno y a la Dolorosa, no se iluminarán con la luz de los cirios ni se llenarán del murmullo de las plegarias, será un viernes diferente con la fe en los hogares y el corazón.

En este tiempo también hay una conmemoración, justo la partida del pueblo judío del yugo de  Egipto para iniciar el éxodo, se iluminará la Menorá que reúne a las familias en un momento de recogimiento y remembranza celebrando el Pésaj.

En estas conmemoraciones, lo mejor en este tiempo es pasarlas en casa en tanto pasa la sombra de la muerte.

 

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