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“LA SALUD SIEMPRE EN RIESGO” parte 2

by Carlos A. Bravo Matus

El Presidente Fox junto con su secretario de salud Julio Frenk, crearon el Seguro Popular, muy criticado entonces al duplicar un servicio que daba la Secretaría de Salud, utilizando la infraestructura y el personal de la secretaría, aunque ofreciendo la gratuidad de los servicios para las personas de más bajos recursos y aunque no accesible a los hospitales de alta especialidad salvo casos especiales, se fue mejorando el programa que alcanzó cobertura en todo el país para la atención de 1er. y 2º. nivel y diseñando un rubro llamado gastos catastróficos que cubría enfermedades graves como el cáncer, VIH, tuberculosis, lepra y enfermedades crónicas entre otras de altos costos, pero gratuita para los pacientes. Indudablemente aun con fallas y con presencia de casos de corrupción en varios estados, entre ellos el nuestro de mal recuerdo y sabor de boca del sexenio de Duarte y su pandilla, pero que esas fallas y errores se iban puliendo poco a poco beneficiando a millones de mexicanos que recibían atención y medicinas gratuitamente. Obviamente los institutos de atención para trabajadores, no eran parte de ese programa, ya que está estructurado bajo otras condiciones, para trabajadores que de una u otra forma pagan por esa seguridad social y que les da servicio al trabajador y sus familias aun después de jubilados. Que en los últimos años los enfermos han padecido desabasto de algunos medicamentos e insumos hospitalarios, es cierto, pero aun así los enfermos no se enfrentaron a riesgos mortales gracias al ingenio y buena voluntad de médicos y personal de esos centros asistenciales.

En ésta administración gubernamental, se borró de un plumazo toda la experiencia adquirida y los beneficios que ofrecía el Seguro Popular, desechando a empleados que bien que mal, manejaban y entendían toda la estructura y mecanismos de atención y que con los empleados de la Secretaría de Salud sacaban adelante el trabajo y la sobrecarga sin haber contratado personal médico y de enfermería, ni darles incremento de salario. Así que desapareciendo el Seguro Popular, se crea el Instituto de Salud para el Bienestar que arranca con el pie izquierdo, con grandes y graves deficiencias administrativas, importantes carencias de medicamentos, material de curación e insumos hospitalarios, anulando la atención del programa de gastos catastróficos y dificultando aún más el acceso a los servicios de alta especialidad.

Bueno hubiera sido que aunque le cambiaran el nombre, haber aprovechado el diseño, los programas y los aspectos administrativos ya existentes, para irlos puliendo aún más, perfeccionarlos y mantener la descentralización de toda la estructura ya existente; ampliar la contratación de médicos para mejorar los servicios, máxime que hay un sinnúmero de médicos generales y especialistas desempleados que se alquilan por muy bajos salarios o que de plano trabajan en otra cosa fuera de su carrera.

En fin que la salud de los mexicanos hoy está más en riesgo y en muchos casos mortal, mientras el nuevo proyecto encuentra un mejor y rápido camino.

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