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“GORILAS EN ACCIÓN”

by Carlos A. Bravo Matus

Que impactante ver como una señora se gana la vida vendiendo su pollo fuera de una tienda, con permiso del dueño y dando un servicio al vecindario que por años se surte de su mercancía de buena calidad y a un precio accesible, ella limpia, trabajando con higiene y dignidad y de pronto llega una camioneta, se estaciona y se bajan cuatro hotentotes grotescos, prepotentes y pelafustanes y sin dar tiempo a nada, le quitan sus pollos, mesa de trabajo y lo echan a la camioneta, agrediendo a la pobre mujer con amenazas. En otra calle, sin estorbar el tráfico, sentada en un banquillo, una mujer de aspecto indígena, vende sus hortalizas y productos que ella misma siembra, evitando venderla a precio de regalo al acaparador, ella también da un servicio al vecindario que adquiere productos frescos, una cliente le está comprando cuando llega la camioneta de donde bajan varios gorilas prepotentes, le quitan su mercancía, la tiran a la camioneta y entre burlas y carcajadas se van, dejando a la pobre señora lamentándose y derramando lágrimas. Más adelante lo mismo le hacen a un hombre mayor que en un carrito vende fruta, cargando hasta con el carrito y librándose del pobre hombre que pide le devuelvan su mercancía pues de eso vive, quitándolo a empujones. Un niño camina plácido por la calle ofreciendo en su canasta, volovanes, cuando saltando de la camioneta los sátrapas le arrebatan la canasta y tiran al suelo sus pastelillos que pisotean, se trepan a la batea con todo y canasta haciendo mofa de su acción y dejando al niño desconsolado.

Cierto, aquí y en muchas ciudades hay personas que viven del comercio informal, sin embargo muchos de ellos es su único modus vivendi, trabajan duro para tener su mercancía y ofrecerla al público al que además le dan un servicio y comodidad al no tener que desplazarse a un autoservicio donde los productos  tiene mayor costo y muchas veces no tienen la misma calidad que los que ofrece el pequeño comerciante  que prefiere trabajar antes de ser delincuente y que no tiene capacidad de tener un local ni de cubrir todos los requisitos para poner un comercio, máxime en estos tiempos donde el desempleo es la característica de la temporada.

En las redes, hemos visto videos y fotos donde aparecen esos supuestos inspectores en las oficinas, repartiéndose lo decomisado, lo que implica un verdadero robo solapado por sus superiores.

¿A ver Sr. Hipólito y regidores, que ustedes dan indicaciones a sus gorilas de actuar de manera prepotente y salvaje, insultando y agrediendo a esas personas que trabajan honestamente para sobrevivir día a día? Si es así en verdad que falta de humanidad y cordura. No sería más honesto invitar y facilitar a esas personas a esas personas a registrarse y dejarlos vender cobrándoles un derecho de piso significativo. Esa gente no daña a la ciudad, al contrario, da un servicio a la comunidad y se gana el pan, escaso pero con honestidad y no merecen ser tratados con tanta bajeza. Si ustedes no dan esas órdenes, entonces vigilen a sus lacayos gorilezcos que con prepotencia y muy poca, abusan de su cargo.

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