Independientemente de cual sea la posición y opinión del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre la marcha del Día Internacional de la Mujer y el paro bajo el slogan EL NUEVE NADIE SE MUEVE, la realidad es que estos importantes eventos sí llegaron a la conciencia de la sociedad mexicana.
Pues fueron actitudes de parte de las mujeres de este país basadas en una lamentable realidad que es la gran desigualdad que aún existe en nuestra sociedad machista, entre mujeres y hombres. Que tiene numerosas consecuencias como son: la desigualdad laboral, que se refleja en salarios menores para las mujeres -aproximadamente un 28 %- por trabajos iguales; la falta de oportunidades en igualdad de circunstancias en todas las actividades; la violencia intrafamiliar – 75 %- en los hogares del país y lo más grave de todas, entre otras, los asesinatos de mujeres de todas las edades y condiciones sociales que durante los últimos años se han incrementado exponencialmente, lo feminicidios.
Situación ante la que, por lo forma en que vienen trabajando los tres niveles de gobierno de este país, no parece interesarles como debiera, pues es un problema que está enfrentando la sociedad mexicana que ya debe considerarse como una enfermedad social, pues su alta incidencia, un promedio de 10 mujeres asesinadas por día, así lo muestran.
Pero hay algo que se ha presentado dentro de todo lo que está sucediendo, además de lo señalado que llama la atención. Y que permite especular con el suponer que hay la llamada “mano negra” atrás de todos estos importantes, trascendentes y sinceros movimientos femeniles, convocados por auténticos grupos de luchadoras sociales que solamente buscan justicia y protección.
La participación de los llamados grupos anarquistas. Que hacen su aparición en cualquier momento y lugar en donde hay una manifestación pacífica de mujeres que solamente reclaman sus derechos. Como ejemplos están, lo sucedido ante el edificio del periódico La Prensa, hace unos días, que como parte del reclamo que se hacía al medio de comunicación por el manejo de la información y fotografías de unos de los últimos feminicidios, también espontáneamente apareció un grupo de manifestantes que violentaron no solamente vehículos de la empresa, sino también los que se encontraban en esa calle, sin saber de quién eran. Personajes que fueron identificados inmediatamente por las manifestantes y los representantes de los medios de comunicación que estaban cubriendo la situación y en ese momento se retiraron, ante la complacencia de las autoridades ahí presentes, sin que nadie les dijera nada o los detuviera. Situación similar se presentó el domingo en la Plaza de la Constitución de la Ciudad de México, cuando de entre las mujeres manifestantes apareció una que lanzó una de las llamadas bomba molotov, supuestamente hacia donde estaban las mujeres policías, pero que lamentablemente cayó entre los representantes de los medios de comunicación, lo que no se sabe si fue con esa intención o falló el tiro. Pero haya sido de cualquiera la intención, esta persona que está identificada en videos también se pudo desaparecer entre la multitud sin ser molestada por las mujeres policías que ahí estaban y que eran bastantes.
Actitudes de parte de las autoridades que permiten especular al respecto. Pues de ser estos movimientos acciones pacíficas de parte de mujeres que solamente están exigiendo sus derechos, en un momento dado, pueden llegar a convertirse en situaciones muy diferentes propiciadas por quien no está de acuerdo con ellos. Usted qué OPINA, estimado lector. Hasta el viernes. noti-sigloxxi@hormail.com (Fech. Púb. Miér. 11-marzo-20)
