“El que nunca cambia de opinión, nunca corrige sus errores, nunca será más sabio mañana de lo que lo es hoy.” – Tryon Edwards.
Algo flota en el ambiente político veracruzano, hay quien afirma que ha comenzado la aplicación del “Plan de fuga” para aquellos que, habiendo detentado el poder de una manera desmesurada, buscan la manera de enmendar la plana para que los daños colaterales no les afecten de manera insospechada una vez dejen el encargo, pues la guadaña vengadora afirman comienza afilarse y viene por ellos.
La reciente salida de prisión del ex secretario de Gobierno, Rogelio Franco Castán, la detención del perredista y ex senador Arturo Hervíz Reyes, así como la intimidación directa sobre el dirigente estatal del PAN, Federico Salomón confirman, ese intento por aparentar tener la fuerza de antaño, pero de manera indirecta mandan como mensaje que solución de todos los casos fue simplemente dejarlos ir.
Es decir, aparentar seguir siendo los otrora poderosos, pero sin la mano de metate que tanto daño provocó, empleando para tal fin una especie de guante de seda que de manera soterrada envíe el mensaje de capitulación.
Si a ello sumamos la guerra intestina que abiertamente abrió el secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos en contra de personajes como el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso Local, Juan Javier Gómez Cazarín por las pretensiones enfermizas del primero por intentar posicionarse como posible sucesor del gobernador Cuitláhuac García Jiménez, confirmaría un elemento más al Plan de fuga.
Y es que debemos recordar que las traiciones ejecutadas por el propio Cisneros Burgos le generaron un vació al equipo de Rocío Nahle García, mismo que fácilmente lleno el propio Gómez Cazarín, lo que fue suficiente para resentir la ira y venganza del propio Patrocinio quien ahora busca una salida, tras el desdén enviado por el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador desde el púlpito presidencial a su pretensión por colgarse de la carrera sucesoria.
En la pelea intestina que desató el hijo pródigo de Otatitlán, se unieron diversos actores que tomaron partido evidentemente con quien nunca actuó a deslealtad y traición, así Juan Javier Gómez Cazarín sumó a personajes como el secretario de Educación, Zenyazen Escobar García, al secretario de Finanzas y Planeación, José Luis Lima Franco e incluso al primo hermano más poderoso del sexenio, el subsecretario de Finanzas, Eleazar Guerrero Pérez.
Dicha acción, no la pudo superar el famoso defensor de la negritud veracruzana quien no se lo perdona a Gómez Cazarín, como tampoco le perdona que no se haya alineado con él y no se haya sumado a su proyecto. Entonces una relación que solo estaba sostenida por alfileres se vino abajo y quedaron abiertos dos frentes en la administración cuitlahuista, que puede llegar a mayores si las cosas siguen como van.
Basta ver las últimas votaciones en el Congreso Local, en donde por mayoría y por unanimidad han salido los temas, siempre a favor de Morena, a pesar de las todas las reuniones –hasta cinco encuentros les han contabilizado- que ha tenido el mismo Eric Cisneros con Marlon Ramírez Marín en su casa de Coatepec, en donde ya no saben cómo hacerle para llevar el agua a su molino y con ello, intentar golpear al mismo presidente de la Junta de Coordinación Política.
Esa guerrita sin sentido no paró ahí, la realidad es que la intensidad subió de tono, al punto de que comenzaron a meterse en la vida personal del legislador local, al grado de pretender involucrar a una menor en el conflicto de orden político.
Ahora el llamado será para que el propio Gómez Cazarín actúe con cordura no dejándose llevar por la tripa en lugar del razonamiento, a pesar de que el salpicadero de lodo y estiércol lanzado por su oponente pues este estará latente.
Seguramente Cisneros Burgos habrá de pretender llevar la guerra al punto de comenzar a sacar los trapos sucios a la luz, provocando con la medida un verdadero escándalo que terminará por abrir un frente de guerra interno de grandes consecuencias.
Pero supongamos que la propia secretaria de Energía, Rocío Nahle García –directamente afectada por la traición de Cisneros Burgos- pretenda acabar de una vez y de un solo golpe –como dijera el clásico- con las aspiraciones del personaje, pidiéndole a Juan Javier Gómez Cazarín filtrar en medios todos los enjuagues y tejes manejes que el sujeto ejecutó con el único afán desacreditar en su vida personal, ante la opinión pública y de refilón ante el electorado, lo que seguramente va a terminar embarrando al mismo Cuitláhuac García quien extrañamente no pone en orden al mismo secretario de Gobierno, quizá porque no puede, o porque no le da la gana, así de simple.
La realidad es que este tipo de guerra intestina, propiciada por la ambición de poder de un personaje que no ha abonado nada en positivo a un Gobierno como el de Morena, más valdría separarlo de una vez y para siempre, porque el daño provocado a la administración Pública Estatal es inmensamente proporcional al tamaño de personaje a quien de por si no lo agracia ni en forma física, ni en simpatía.
Por cierto, llama la atención cómo rápidamente la Fiscalía General del Estado (FGE) casualmente no pudo imputar el multihomicidio de Isla al famoso Erick Alejandro “N” alias “El Barbas” en donde 9 personas perdieron la vida; el mismo que se acreditó como sobrino del todavía Secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos. https://www.alcalorpolitico.com/informacion/fiscalia-ya-no-pudo-imputarle-a-el-barbas-el-multihomicidio-de-isla-393069.html
Casualidades que, en política, parecieran formar parte de un “Plan de fuga” diseñado ex profeso para no dejar evidencia alguna de presuntos delitos cometidos por el propio personaje, mientras tanto el plan de escape marcha a toda velocidad.
Al tiempo.
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