“Ninguna culpa se olvida mientras la conciencia lo recuerde.” – Stefan Zweig.
Dicen bien los conocedores de la lengua española, que para comprender mejor sus términos y entender a fondo muchas de sus locuciones, es necesario recurrir al conocimiento del latín para comprender alguna expresión idiomática.
Así pues, cuando escuchamos pronunciar la frase latina “Excusatio non petita, accusatio manifesta” por cierto, locución latina de origen medieval, su traducción literal es “excusa no pedida, acusación manifiesta”.
Significa que todo aquel que se disculpa de una falta, sin que nadie la haya pedido, tales disculpas le están señalando como autor de la falta. En español se podría traducir por las expresiones “quien se excusa, se acusa”, o también se entiende como “disculpa no pedida, culpa manifiesta”.
Y es que así se traduce la respuesta del Ayuntamiento de Xalapa a través del Comunicado de Prensa número 3291 de fecha 22 de agosto del presente año, titulado Xalapa invirtió más de 23 millones para fortalecer Protección Civil, tras conocerse el saldo de al menos 6 fallecidos de una familia en la capital del estado.
Como una burla y no como una respuesta lógica y coherente resulta la respuesta de la autoridad municipal que a lo largo de su administración hizo total caso omiso a las acciones indispensables para el sostenimiento y mantenimiento de la ciudad.
Un pésimo trabajo de mantenimiento de calles y avenidas, abandono permanente de las áreas arboladas y jardines, una falta total de previsión en el desazolve y limpieza de alcantarillas por parte de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento (CMAS) formaron parte del ingrediente para la preparación de la tragedia.
Por ningún lado por donde se le observe, el Ayuntamiento de Xalapa que encabeza Hipólito Rodríguez Herrero tiene pretexto, excusa o justificación, toda su administración ha sido un lamentable desastre, producto de la soberbia, la arrogancia y la incapacidad de gobernar.
Ahora que la desgracia asoma su rostro, los xalapeños nos cuestionamos si esta clase de acciones tienen justificación, si el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador permitirá ocultar los hierros que cobraron las vidas de una familia, por la pésima gestión de un personaje que emanado de su proyecto político se sintió Dios, al que nada, ni nadie le podía refutar u observar algo.
La encomienda que habrá de asumir el próximo 1 de enero el alcalde electo de Xalapa, Ricardo Ahued Bardahuil habrá precisamente de ser, la de revisar con microscopio la pésima gestión de quien le antecedió, agilizando con todo el cuerpo de expertos que le acompañen la revisión pormenorizada de cada peso invertido, porque detrás de esta gestión muchas desgracias más habrán de avecinarse si no se castiga al responsable de esta opereta del horror.
Es indispensable verificar la red de alcantarillado, desazolvar, mantener trabajos y acciones para evitar que las mismas se sigan colapsando por el escurrimiento de basura, escombros y demás porquerías que la misma sociedad deja tirada en la calle, sin que las sanciones sean aplicadas.
Las justificaciones y explicaciones no pedidas a Don Hipólito, parecen más una mentada de madre, que un reporte de su gestión.
Al menos sería bueno preguntarle a cualquier persona ¿qué piensa al respecto?
O usted ¿Qué opina?
Al tiempo.
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