“Todos los hombres pueden caer en un error; pero sólo los necios perseveran en él.” – Cicerón.
Continúan las precampañas y algo no termina de cuajar en la estrategia del Revolucionario Institucional.
Tanto en el “war room” del precandidato a la presidencia José Antonio Meade, como en el del precandidato por Veracruz, José Francisco Yunes Zorrilla algo anda mal.
La verdadera militancia priista se muestra desangelada, desilusionada y con muy baja moral.
Las últimas incorporaciones a sus equipos de campaña simplemente no terminan de agradarle a los miembros de este instituto político.
En la esfera nacional, adhesiones de personajes como el ex senador panista Javier Lozano Alarcón son evidencia de que el reclutamiento de talentos va simplemente en picada, con pronóstico de estrellarse.
Otro de los recientemente incorporados al equipo de Pepe Meade, como es el ex colaborador de los ex presidentes Vicente Fox y Felipe Calderón, Julio Di-Bella Roldán termina por darle en la madre a esa esperanza contenida en los militantes.
En Veracruz, la llegada de Américo Zúñiga Martínez elevó las esperanzas de comenzar a conformar un partido vigoroso y renovado, con altas posibilidades de retomar el triunfo.
Solo que con el paso de los días, algo parece comenzar a empantanarse.
La llegada de personajes a funciones sustantivas dentro del priismo estatal, muestran el sello de una posible derrota inminente.
Cuando el partido más necesita abrirse a sus bases, a su verdadera militancia, las determinaciones del cuarto de guerra del precandidato único evidencian lo contrario.
El reciente nombramiento de Gonzalo Morgado Huesca como nuevo Coordinador de
Delegados, exhibe y retrata de cuerpo entero como el enmohecido PRI no evoluciona y mucho menos aspira a ello.
Hombre formado bajo el gobierno de Rafael Hernández Ochoa, llegó a ser el presidente del Comité Directivo Estatal del PRI más joven de la historia de Veracruz.
En tiempos donde la imposición y el dedazo lo eran todo.
Perteneciente a esa casta de dinosauricos priistas que se niegan a morir en la vida política de la entidad, Morgado Huesca es celebrado por una pléyade de facinerosos y aplaudidores, que lo único que le garantizan al candidato es la derrota inminente.
Recordado por transitar –cobrar- en todas las administraciones priistas desde Hernández Ochoa hasta el hoy recluido Javier Duarte, Morgado acumula más hierros y señalamientos que logros.
El ex diputado local, federal, ex alcalde de Martínez de la Torre, ex funcionario, forma parte de esa generación de políticos que construyó con su anuencia y displicencia el escenario para que el PRI llegará a los límites de impunidad del que hoy se lamenta.
Así pues los “priosaurios” de Pepe provocan más que antojo a sumarse a su campaña, ese sentimiento de rechazo y hartazgo que ha distanciado al Revolucionario Institucional de sociedad y de la propia militancia.
Ojalá nos equivoquemos.
Al tiempo.
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