Inicio ColumnasViernes Contemporáneo Décimo punto del decálogo de Rocío Nahle: “Si me equivoco, díganmelo. Es malo equivocarse, pero es peor no corregir”. ¿Es en serio señora gobernadora?

Décimo punto del decálogo de Rocío Nahle: “Si me equivoco, díganmelo. Es malo equivocarse, pero es peor no corregir”. ¿Es en serio señora gobernadora?

by Armando Ortiz

Décimo punto del decálogo de Rocío Nahle: “Si me equivoco, díganmelo. Es malo equivocarse, pero es peor no corregir”. ¿Es en serio señora gobernadora?

La gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, dio a conocer lo que llamó su “Decálogo Estatal”, que son 10 compromisos que deben tener presentes los funcionarios públicos que trabajen en su gobierno. El decálogo abarca puntos como la honradez, la atención inmediata, la empatía, el cuidado de los recursos, el respeto a la ley, entre otros puntos. El último punto de este decálogo llama la atención, pues es un compromiso que la gobernadora asume en lo personal. Dice ese punto: “Si me equivoco, díganmelo. Es malo equivocarse, pero es peor no corregir”. ¿Es en serio señora gobernadora? Claro, debemos suponer que, si el decálogo está dirigido para sus funcionarios públicos, entonces los ciudadanos no participamos en esas obligaciones. Pero en este último punto, nos gustaría participar. En sexenios pasados los gobernantes han hecho oídos sordos de las denuncias y advertencias de los periodistas críticos. Y nos referimos sólo a los periodistas críticos, porque los “orgánicos” siempre rendirán alabanzas al gobernante en turno. El periodismo crítico en Veracruz ha dado múltiples advertencias al gobernador, pero, en la mayoría de los casos, no se ha prestado atención a la advertencia; a veces cuando hacen caso, ya lo hacen tardíamente o a veces por mera conveniencia política. Señora gobernadora, con todo respeto, el periodismo crítico ha estado advirtiendo sobre los errores que han cometido algunos de sus funcionarios, hemos denunciado los vicios de algunos, la lascivia de otros, pero nada ha pasado. Señora Rocío Nahle, coincidimos con usted, “es malo equivocarse, pero es peor no corregir”. Tal vez su decálogo señale que sólo prestará oídos a sus funcionarios públicos, si es que alguno se atreve a decir que se equivocó, algo que cuesta trabajo creer que suceda. Pero también estamos los ciudadanos que buscamos el bien para Veracruz. Si usted los permite le tomamos la palabra. Si se equivoca, créalo señora gobernadora, se lo vamos a hacer saber. Ya quedaría en usted si nos hace caso o no. ¡A la orden!

¿Deberíamos temerle a Donald Trump? En México las personas resilientes no tenemos nada que temer. Hemos soportado peores tormentas que el “Huracán Trump”

Recuerdo un capítulo de Los Simpson en el que el señor Burns es candidato presidencial. Su planta nuclear ha contaminado los ríos de la ciudad, a consecuencia de eso aparece Blinky, un pez de tres ojos que Marge le ofrece como comida en una visita que el candidato Burns hace a la familia Simpson; una típica familia americana. Burns dice que el pequeño Blinky es inofensivo, que es un ejemplo del proceso evolutivo. Cuando intenta probar un bocado del pez de tres ojos, Burns no puede tragar el bocado, lo escupe, por lo que se viene abajo su candidatura. Burns, ante la impotencia de no poder asesinar a Homero le amenaza: “¡Simpson!, quiero que sepa que el resto de mi vida lo dedicare a ver que sus sueños no se hagan realidad”. Más tarde en la cama con Marge, Homero lamenta su suerte: “Oh, ¿mis sueños no se cumplirán? ¡Oh, no! No me gusta ni un ápice cómo suena eso. Eso significa que no tengo nada que esperar. Marge, haz que esto mejore, por favor. ¿No puedes hacerlo mejor, eh?”. Marge, con su natural sabiduría le contesta: “Homero, cuando los sueños más grandes de un hombre incluyen repetir el postre, abrazos ocasionales y dormir hasta el mediodía los fines de semana, ningún hombre puede destruirlos”. ¿Deberíamos preocuparnos por la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos? La verdad es que no tanto. No queremos minimizar el asunto ni trivializarlo diciendo que nosotros no somos americanos. Es cierto que habrá consecuencias para el ciudadano común por las aventuradas y locas decisiones que tome Donald Trump, sin embargo, en México, las personas resilientes han soportado eso y más. En este país millones de mexicanos hemos soportado pésimos gobiernos y los hemos sobrevivido. Hemos librado catástrofes como los terremotos de 1985 y 2017, hemos soportado el paso de huracanes, hemos soportado “errores de diciembre” y estrategias absurdas y erróneas como la de “abrazos, no balazos”. Donald Trump es como el señor Burns que tiene como meta acabar con los sueños de millones de buenas personas. Pero como dijera Marge Simpson, si nuestros sueños son tan sencillos como “repetir el postre, abrazos ocasionales y dormir hasta el mediodía los fines de semana, ningún hombre puede destruirlos”.

Armando Ortiz                        Twitter: @aortiz52                  @lbajopalabra

 

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