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Caen los primeros “peces gordos”; falta Cuitláhuac

by Édgar Hernández
Cierto, el miedo no anda en burro.
Ya empezaron a huir algunos de los responsables del quebranto a Veracruz.
Falta, sin embargo, rindan ante un juez relevantes saqueadores cuya lista encabeza Cuitláhuac García Jiménez, jefe de la infausta pandilla de morenos que nos gobernó a partir del 2018.
Lo de Verónica Hernández Giadans, aunque estaba cantado, no se esperaba tan de sopetón. Sobre todo, que “renuncia” para evitar que rinda cuentas, simplemente huye.
En igual sentido de última hora escapa de manos de la justicia el titular de Sefiplan, José Luis Lima Franco, ratificado por el gobierno entrante, pero al verse descobijado tras repetidas denuncias por el desvío de miles de millones vía subejercicios y empresas fantasma, escapa.
Decide irse so pretexto de que buscará la alcaldía de Poza Rica.
Y bien se dice que las ratas son las primeras en abandonar el barco, particularmente sobre quienes pesa, como es el caso de la Fiscal General de Veracruz, ligas con el crimen organizado y lazos políticos con el “Bola #8”, segundo enemigo más importante de Roció Nahle, el primero es el clan Yunes.
De la Fiscal se han contado un sinfín de pillerías.
Quedaron para siempre en el tintero de la opinión pública las andanzas criminales y sus ligas con los Zetas.
“Estamos sorprendidos por su trabajo”, todavía declaró hace algunas semanas el gobernador Cuitláhuac García, en encomio a la impresentable Verónica Hernández Giadans quien abrió la puerta a 12 cárteles asentados en la geografía veracruzana.
Sus nexos familiares la involucraron desde el arranque y nunca se entendió eso de que “a la familia no se le elige”, tal como se justificó al quedar al descubierto que su prima Lupe -comandanta en jefe de los Zetas- es hija de su tío Othón Hernández Medina.
A todo ello se sumaría una cauda de delitos y escándalos.
Las persecuciones políticas, abusos y torturas, los 300 millones extraviados que dejó su antecesor, las pruebas apócrifas que llevaron prisión de 70 años a mil 200 presos políticos y un sinfín de rapacerías.
Lamentable fue la condena de 60 años de prisión a July “N”, tras cobardemente haberla encontrado culpable de participar en el asesinato de la rectora de la Universidad Valladolid, María Guadalupe “N”, cometido el 29 de junio de 2020 en el municipio de Emiliano Zapata.
July “N” nunca estuvo en Veracruz. Vivió toda su vida en Xochimilco y fue detenida por la ministerial al azar, por un chisme de vecindad; fue invento de la Fiscal para acreditar rapidez en la aclaración y proteger a la verdadera asesina que fue la hermana de la rectora, amiga de toda la vida de Hernández Giadans.
Eso dolió a la opinión pública.
Verónica huye de la Fiscalía horas antes de que la guillotina caiga sobre ella.
Se va en el marco de la comparecencia del atarantado de Cuitláhuac García que está a horas de largarse a su modesta casita en Banderilla donde se adjudicó una hectárea y mandó a construir una carretera de acceso al pie de su mansión cuyo valor rebasa los 15 millones.
Toda una modestia republicana del “Honesto” y “Bendito” que llegó a gobernarnos, según en “Cacas”.
¡Gloria a Dios!
Tiempo al tiempo.
  
*Premio Nacional de Periodismo

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