La realidad que vivimos en la mayoría de las ciudades es que nuestros empleos y nuestros compromisos, sumados al terrible desastre en la circulación de automóviles, aunado al pésimo sistema de transporte público, trae como consecuencia que nuestras colonias sean apenas dormitorios.
La gran mayoría de nuestros niños y jóvenes pasan horas solos y, en el mejor de los casos, bajo el cuidado de un abuelo o un vecino. Por esta razón debemos, además de reorganizar el transporte público, reactivar la economía de nuestras zonas más cercanas y diseñar espacios de recreación y desarrollo para nuestros niños, jóvenes y adultos mayores.
Las escuelas, desde el kínder hasta la preparatoria deben contar con espacios dignos: salones de clases, baños, bebederos de agua potable y espacios adecuados para practicar los deportes.
Los ayuntamientos tendrían que aportar los recursos y las facilidades a los patronatos de las escuelas para dotar del equipamiento, que va desde la banda de guerra hasta los uniformes deportivos, e implementar programas como baile de salsa y clases de música regional y arte y de promoción deportiva como el ajedrez, futbol, béisbol, básquet, padel, softbol, futbol americano y otros, así como la gimnasia y el ballet. En donde se presten las condiciones, se podría promover el golf y la pesca. Todo esto debe ser implementado de manera universal y, además, se debería llevar una estadística y récord de cada joven y chica, desde el kínder, para poder alentar y detectar a los mejores de cada disciplina, en cada uno de nuestros municipios. Especial mención y atención debe tener la capacitación y preparación en tecnologías de la información desde la primera infancia para que desde muy jóvenes podamos certificarlos en sistemas de programación de Oracle, SAP, y los nuevos avances de la Inteligencia Artificial.
La apuesta es y debe ser por nuestras niñas y niños.
Requerimos que los papás y mamás destinen más tiempo para sus familias, que sus colonias tengan los espacios adecuados para que practiquen su deporte favorito y sea una realidad el acceso a la Internet y al menos que cada niño tenga una tablet.
Si se puede, solo requerimos mayor participación ciudadana ya que tenemos una presidenta y una gobernadora con la capacidad y el talento necesario para llevar a cabo esta justa empresa. Ellas saben en carne propia lo que ha sido el esfuerzo y la superación ante todo tipo de adversidades.
Hagamos que las cosas sucedan
Alejandro Cossio Hernández
Ciudadano Veracruzano