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Historias que tienen que narrar las mujeres

by Zaira Rosas

En 2017 y 2018, tuvo lugar una serie de feminicidios, cuyo común denominador era la fuente de empleo de las mujeres asesinadas, las 5 eran escorts de lujo y 3 de ellas se anunciaban en el mismo portal de internet: Zonadivas.com, en aquel entonces el eje central de la historia fue el morbo tras los asesinatos, la detención de un actor como posible responsable de los crímenes, pero fuera de eso la fiscalía como en muchos otros casos, no tuvo respuesta.

Fue hasta que llegaron Laura Woldenberg, Fernanda Valadez y Astrid Rondero que ahora tenemos una nueva versión y perspectiva de lo sucedido no sólo respecto a los feminicidios, sino también sobre la vida de miles de jóvenes que aparecían en sitios como Zonadivas.com, las condiciones en las que llegaron a México a través de engaños y el visibilizar a una red de complicidades que incluía al gobierno con personas en migración y el crimen organizado como ente extorsionador de quien quisiera abandonar el sitio.

Los crímenes de 2017 son solo una parte de una turbia historia de décadas, operada por profesionales en todos los niveles, donde uno de los grandes extorsionadores a la fecha gracias a la impunidad del país sigue libre. Era necesario que llegaran estas mujeres con la producción de “mezcla”, a brindar nuevas perspectivas a la historia, para verdaderamente entender todo lo que hay detrás, quizás no para regresar dignidad a las víctimas, pero sí para que se haga justicia y sean menos las personas afectadas por estos incidentes.

Uno de los principales objetivos de quienes realizaron el documental “El portal, la historia oculta de zona divas” es prevenir la trata de personas, pues un gran número de mujeres llega al país buscando oportunidades de mejora, bajo el engaño de trabajos en el modelaje o actuación y por extorsión terminaron sometidas a explotación sexual. Las realizadoras del proyecto destacan la necesidad de separar entre el trabajo sexual que puede ser algo voluntario y la trata con fines de explotación sexual, pues en este último caso se trata de una extorsión hacia las víctimas.

De igual forma entender esta diferencia nos ayuda a dejar de revictimizar a las víctimas, quienes tras su asesinato no recibieron justicia por las implicaciones que tenía estar en medio de redes de prostitución, lo mismo pasa cuando hay un transfeminicidio, donde el acceso a la justicia se ve obstaculizado cuando hay de por medio un trabajo sexual, como si ello demeritara la categoría humana de quien merece o no un trato digno y acceso a una investigación contundente.

Detrás del portal de Zonadivas.com estaba Ignacio Santoyo Cervantes, mejor conocido como “El sony”, egresado de Administración de la universidad Anáhuac, y detenido en dos ocasiones por múltiples acusaciones criminales, sin embargo, liberado por falta de pruebas. En 2018 el portal fue desarticulado, pero en su lugar surgen nuevos que aún en nuestras fechas siguen vigentes. Al navegar en los sitios se observan fotografías de mujeres a manera de catálogo, quienes ofrecen sus servicios aparentemente en forma voluntaria, pero basta con hablar con algunas víctimas para entender el chantaje bajo el cual son sometidas.

Es urgente que estas historias sean narradas por mujeres y bajo esta misma perspectiva se realicen las investigaciones, porque solo así entendemos que en muchos casos no es su deseo realizar un trabajo sexual, hemos de hablar del tema para que así ante cualquier situación puedan acudir en búsqueda de justicia y también es indispensable regular páginas similares para evitar que más personas caigan en semejante manipulación,

Por otro lado gran parte de responsabilidad recae en quienes consumen este tipo de servicios, pues mientras exista el consumo sin regularizar, seguirá existiendo la trata de personas con fines de explotación sexual, aunque pueda parecer un caso ajeno para muchas personas, todas podemos abonar a que estos suceso ya no ocurran.

 

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