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Guerra de comadres en el feudo de Rocío Nahle

by Mussio Cárdenas

* El intento de Tania Cruz por hilar su tercera diputación federal  * Eusebia Cortés amaga con descarrilarla  * El liderazgo perdido de Rocío Nahle

 

MUSSIO CÁRDENAS ARELLANO

 

Publicada en mussiocardenas.com

19 de febrero de 2024

 

Rocío Nahle ya no controla ni su feudo. Sus comadres se enfrentan, se retan, se agitan al son del poder; Tania Cruz, ansiando su tercera diputación, y Eusebia Cortés que vela armas y advierte que la va a reventar.

Rocío Nahle no tiene liderazgo. La desafían alcaldes y alcaldesas, diputados y operadores políticos, o Mónica y José Pablo Robles, los succionadores, y ahora el clan de las comadres, Tania y Eusebia, que no serían diputadas si la zacatecana no les hubiera abierto el regazo.

Pasmada, Rocío Nahle sólo ve el caos, la obsesión de Tania Cruz Santos que va por su segunda reelección en la Cámara de Diputados federal –seis años ya en la nómina del Congreso y quiere tres más–, y la respuesta de la legisladora local en Veracruz, Eusebia Cortés Pérez, que increpa a la dirigencia nacional de Morena por no consultar sino imponer, por desdeñar a las bases del partido, por consentir la entronización de Tania en su curul y evidenciar que, en palabras del mesiánico narcopresidente, hay motín por el botín.

Tania Cruz se fue por la libre; brincó a Rocío Nahle, y se dejó impulsar por el alcalde de Coatzacoalcos, Amado Cruz Malpica, cuyo único logro luego de dos años de intrascendente gestión ha sido mantener intocables los privilegios de su familia con “dineros municipales” y ver al buen Héctor Cruz Mortera, su hijo, paseando en Francia e Inglaterra con doña Celeste, la esposa, dando cuenta que la austeridad entre la élite de la 4T es letra muerta. Instagram, como siempre, no deja mentir.

Nahle se quedó tiesa, helada, impávida, viendo el tamaño de complot, urdido y ejecutado entre el alcalde y la diputada federal, cerrándole el paso, tácitamente pulverizando, ridiculizando a Miguel Pintos Guillén, ex secretario del ayuntamiento de Coatzacoalcos, quien caminaba el distrito con la venia de José Luis Peña Peña, marido de la zacatecana Nahle, pues entre ambos no sólo hay afecto sino negocios inconfesables que datan de los tiempos en que uno, Pintos, era contratista y el otro, Peña, segundo de a bordo en el área de mantenimiento – un área por demás explosiva– del complejo petroquímico Pajaritos de Pemex.

Rocío Nahle y el príncipe consorte salieron sobrando. Su voz no contó en el proceso interno. Amado y Tania los bailaron. Mordieron la mano de quien los llevó al poder. Y la reacción de Eusebia Cortés evidencia la fractura.

La madrugada del viernes 16, Morena reveló los nombres de los precandidatos a las diputaciones federales en todo el país. Tania Cruz Santos iría por el que tiene por cabecera a Coatzacoalcos.

Horas después, la diputada local Eusebia Cortés respingó. Criticó la obsesión de Tania Cruz de intentar su segunda reelección como diputada federal. Lleva casi seis años en el Congreso y sólo falta escriturar su curul.

¿Es una ambiciosa vulgar Tania Cruz?, la cuestionaron. Es así como la está catalogando el pueblo, respondió Eusebia Cortés.

Y fue puntual. Dijo haber enterado a Rocío Nahle, vía mensaje, que realizaría una conferencia de prensa para fijar su rechazo a la reelección de Tania Cruz Santos. Nahle respondió: “Ok, enterada”.

No la frenó. No alertó que la ruptura golpearía al grupo y dañaría la imagen de la candidata de Morena al gobierno de Veracruz.

Surgida del pueblo, de las colonias marginadas, de las filas de los olvidados, criticada por su nula preparación académica, y por haber realizado estudios de secundaria, bachillerato y universidad en tiempo récord, bajo sospecha de trampa, y hasta por lucrar con placas de taxi que dio el ex gobernador priista, Javier Duarte de Ochoa, tras estallar una protesta, si algo distingue a Eusebia Cortés es que en su código no existe la posibilidad de traicionar a Rocío Nahle.

Si Nahle la hubiera conminado a desistir, habría acatado. Pero la dejó embestir a Tania Cruz.

La guerra no es en silencio.  Ya no se golpean en la sombra. La disputa entre legisladoras es el reflejo de un liderazgo perdido, de un conflicto que pudiendo ser resuelto a puerta cerrada, bajo la tutela de Rocío Nahle, simplemente estalló.

Son las comadres dirimiendo obsesiones, ambiciones, frustraciones, Tania Cruz encuerdada por Amado Cruz, evadiendo a Rocío Nahle, obteniendo la bendición del líder nacional de Morena para buscar su tercer período como diputada federal por Coatzacoalcos, y Eusebia Cortés repudiando la segunda reelección.

Nada se ventila en el regazo de Nahle. Nada se cuenta y se allana en la secrecía. Nada se pelea, se regatea, se reclama y se acuerda lejos de los reflectores.

Coatzacoalcos es el retrato del caos. Y Veracruz también. Rocío Nahle marcha a los tumbos. Resbala y cae. Comete errores de precampaña. Pierde puntos en las encuestas. Su tendencia hacia abajo se cruza con la tendencia a crecer del priista Pepe Yunes Zorrilla, precandidato del frente opositor.

Y ahora sus comadres se confrontan porque una, Tania Cruz, no quiere soltar la curul, y la otra, Eusebia Cortés, concuerda en que es una ambiciosa vulgar.

Nahle no controla su feudo y ya quiere gobernar Veracruz.

 

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