Inicio ColumnasViernes Contemporáneo En la Cámara de Diputados a Pepe Yunes ya lo ven como gobernador de Veracruz. Se están tardando para lanzarlo como el bueno

En la Cámara de Diputados a Pepe Yunes ya lo ven como gobernador de Veracruz. Se están tardando para lanzarlo como el bueno

by Armando Ortiz

En la Cámara de Diputados a Pepe Yunes ya lo ven como gobernador de Veracruz. Se están tardando para lanzarlo como el bueno

Sí, dirán misa, dirán que hay que respetar los tiempos electorales, que todavía hay que definir más cosas. Sin embargo, en Morena ya hay varios aspirantes a la gubernatura de Veracruz que están en plena campaña, sin que la autoridad electoral les diga nada. Entonces, en el Frente Amplio, ¿qué están esperando para lanzar a sus aspirantes, a su candidato? En la Cámara de Diputados los legisladores priistas, conscientes de que en Veracruz el oficialismo les está ganando el mandado, ya echaron por delante al diputado José Francisco Yunes Zorrilla, para que sea quien encabece el Frente Amplio Opositor en Veracruz. Circula un video de la comparecencia del jueves de Pepe Yunes en la Cámara de Diputados, donde se discutía la Ley de Ingresos de 2024. Cuando le tocó a Pepe Yunes pasar a la tribuna, los diputados priistas corearon al unísono: “Gobernador, gobernador, gobernador”. Las posibilidades de Pepe Yunes para ser candidato del Frente Amplio al gobierno de Veracruz son muy altas. Las posibilidades de Pepe Yunes para ganar la gubernatura también son altas, pero su triunfo dependerá de una buena campaña, de saber escoger a sus colaboradores, de mostrarse como un candidato ganador y, sobre todo, de la sinergia que pueda lograr con la candidata presidencial Xóchitl Gálvez. Si en el país se llega a dar un “efecto Xóchitl”, y si se logra sacar de su apatía a los indecisos o a los que se abstienen de votar, Pepe Yunes podría coronar su carrera política como gobernador de Veracruz.

Muere Romero Deschamps, emblema de la corrupción en México. Líder petrolero al que López Obrador perdonó todos sus pecados

El día que detuvieron a Emilio Lozoya, éste se encontraba en un restaurante con Carlos Romero Deschamps. Gozaba Lozoya de impunidad, como la misma que gozaba, y nunca dejó de gozar Romero Deschamps. Dicen que el líder petrolero le puso el “cuatro” al exdirector de PEMEX. Romero Deschamps era uno de los políticos más corruptos del país, que se prestó para financiar campañas políticas, desde el sindicato petrolero, para el PRI; presidencias, gubernaturas, alcaldías fueron apoyadas con dinero ilícito de PEMEX que pasaba por el sindicato. Grandes sumas de ese dinero se le quedaron a el líder, para que le diera aviones privados a sus hijos para que pasearan a sus perritos. Pero al final, sagaz, Romero Deschamps se dio cuenta de la fuerza del movimiento de López Obrador y no sólo dobló las manos, sino que se hizo aliado del presidente. Dicen que de su sindicato salieron muchos sobres amarillos para la campaña del tabasqueño, por ello, cuando llegó, a pesar de tener una acusación grave por desvío de recursos para las campañas políticas del PRI, el gobierno de López Obrador no lo tocó ni con el pétalo de una acusación. Sólo en 2021 lo obligaron a dejar la dirigencia del sindicato petrolero; mejor que se muriera sólo y no en una cárcel. Y Romero Deschamps se murió, a los 79 años de edad. Dos terceras partes de esa vida la vivió en el miasma de su propia corrupción. Y ahora, a este sujeto que terminó traicionando a todo mundo, le van a hacer homenajes, como si los mereciera. No le extrañe que el mismo López Obrador le entregue algún reconocimiento vía post mortem. Al final, ya nos dimos cuenta que entre Romero Deschamps y López Obrador, hay muy poca diferencia.

Un ejemplo de lo que vale la “palabra” del presidente. El día que López Obrador dijo que no se entrometería presionaría al Poder Judicial

Dijo el presidente López Obrador a los trabajadores del Poder Judicial que dejaba su palabra en garantía para que los derechos y sueldo de ellos no se tocaran con la cancelación de los 13 fideicomisos. ¿Vale la palabra de López Obrador? ¿Es una garantía? El 8 de agosto de 2018, siendo presidente electo de México, López Obrador acudió a recibir la constancia de presidente electo a López Obrador en la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). En esa ocasión, el “cordero” López Obrador dijo: “Ofrezco a ustedes señoras señores magistrados, así como al resto del Poder Judicial, a los legisladores y a todos los integrantes de las entidades autónomas del estado, que no habré de entrometerme de manera alguna en las resoluciones que únicamente a ustedes competen. En el nuevo gobierno el presidente de la república no tendrá palomas mensajeras ni halcones amenazantes. Ninguna autoridad encargada de impartir justicia será objeto de presiones ni de peticiones ilegítimas cuando esté trabajando en el análisis elaboración o ejecución de sus dictámenes y habrá absoluto respeto por sus veredictos. El ejecutivo no será más el poder de los poderes”. En el fango quedaron esas palabras del presidente después de que se diera cuenta de que el Poder Judicial no se iba a someter a sus caprichos. Por ello, la palabra del presidente no vale nada, vale menos que una moneda de tres centavos. ¿Cómo es que la gente no se da cuenta de ello?

Armando Ortiz                        Twitter: @aortiz52                             Twitter: @lbajopalabra

 

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