Esto es lo que el presidente no quiere que se sepa. Amigos de Andy López Beltrán, empresarios consentidos de la 4T
El mundo ideal, según el presidente López Obrador, es ese en el que los periodistas de a de veras no anden hurgando en sus corruptelas ni en las de su familia. Por ello busca desaparecer el Instituto Nacional de Acceso a la Información, para que desde esta instancia legal no anden dando informe de quienes son los empresarios consentidos de la Cuarta Transformación. En un reportaje de Latinus se revela que los amigos de Andrés Manuel López Beltrán, “Andy”, son empresarios consentidos de la 4T. Señala Loret de Mola en su columna en El Universal: «Con un sistema diseñado cuidadosamente desde adentro, han “competido” por contratos públicos y se han escondido en esquemas de subcontratación. Las empresas con las que han simulado competencia comparten dueños, socios, administradores y hasta dirección. Figuran Alejandro Castro Jiménez Labora, a quien apodan El Muerto, sus primos Santiago y Diego Jiménez Labora Prieto, Carlos Buentello, y hasta de filón la hija del secretario de Agricultura, Tania Villalobos». Estos sujetos, muy cercanos al hijo del presidente, han formado una red de influencias que involucra a secretarios del gabinete: «Román Meyer (hijo de Lorenzo Meyer), secretario de Sedatu, está metido hasta el fondo en este entramado. Ha operado, ha incidido, ha negociado personalmente en favor del grupo. Es parte toral de este organigrama. La red de amigos de Andy ha participado también en cuando menos cinco obras millonarias de la Secretaría de Desarrollo Territorial y Urbano, incluyendo el edificio del nuevo Archivo Agrario. Ni más ni menos». Esto y más en el reportaje de Latinus que vale la pena consultar.
Román Meyer, hijo de Lorenzo Meyer, “está metido hasta el fondo” en el entramado de influyentismo de los amigos de Andy
Lorenzo Meyer, de analista y crítico del poder, se transformó con la 4T en un apologista del presidente López Obrador. Este drástico cambio se debió a que el hijo de este analista es el titular de la Sedatu, una dependencia que tiene varias demandas en Yucatán por las licitaciones viciadas y amañadas. Ahora se sabe que Román Meyer, hijo de Lorenzo Meyer, está metido en el entramado de los contratos a los amigos de Andrés Manuel López Beltrán, hijo del presidente de México. Señala Loret de Mola en su artículo para El Universal: «Román Meyer, secretario de Sedatu, está metido hasta el fondo en este entramado. Ha operado, ha incidido, ha negociado personalmente en favor del grupo. Es parte toral de este organigrama. La red de amigos de Andy ha participado también en cuando menos 5 obras millonarias de la Secretaría de Desarrollo Territorial y Urbano, incluyendo el edificio del nuevo Archivo Agrario. Ni más ni menos». Esto explicaría muy bien las razones del silencio de Lorenzo Meyer ante tantas arbitrariedades presidenciales, ante tanta corrupción e influyentismo. Habría que mencionar que al inicio de su gobierno el presidente López Obrador pregonaba: «Nada más decir, primero que en este gobierno no tienen influencia mis hijos, no se les da contrato a ningún recomendado». A los hijos no, pero que tal a los amigos de los hijos.
El próximo lunes se discutirá en la SCJN la primera parte del Plan B. Todo indica que lo echarán abajo por el «cúmulo de irregularidades»
Corresponde al ministro Alberto Pérez Dayán presentar el proyecto para discutir la constitucionalidad de los cambios propuesto al INE por la presidencia de la República en el llamado Plan B. La propuesta del ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación va por anular la primera parte del Plan B referente a la Ley General de Comunicación Social y a la Ley General de Responsabilidades Administrativas, las cuales se aprobaron, según el ministro, bajo un «cúmulo de irregularidades y violaciones» a reglamentos internos. De acuerdo con los expertos, es casi inminente la anulación de la primera parte del Plan B, la cual se empezará a discutir el día lunes 8 de mayo. Vale mencionar que la SCJN ya dio un tremendo revés a las iniciativas del presidente López Obrador, echando para atrás el paso de la Guardia Nacional a la tutela del Ejército. El presidente López Obrador ha dedicado buena parte de sus mañaneras a criticar a los ministros de la SCJN, calificándolos de conservadores y corruptos. Ha permitido el Ejecutivo que sus huestes acosen y agredan a la ministra presidenta de la SCJN, Norma Piña. Independientemente de la viabilidad de las iniciativas presidenciales, está claro que la mayoría de los ministros de la SCJN no están dispuestos a someterse a los caprichos presidenciales.
Armando Ortiz Twitter: @aortiz52 @lbajopalabra