A pesar de que Cuitláhuac García dijo la semana anterior que “no habrá invitados especiales” a su Cuarto Informe que dará en Pánuco, tendrá una invitada de súper lujo: la jefa de gobierno de la Ciudad de México Claudia Sheinbaum, quien ya confirmó su asistencia.
Con lo anterior arrecia el rumor de que Cuitláhuac ahora sí se va. “Después del Informe su siguiente paso será pedir permiso al Congreso para separarse del cargo y vámonos. Se irá a apoyar la campaña de Claudia a la presidencia de la República”, es el comentario general.
El fin de semana comenté que si bien todo es ji ji ji y ja ja ja entre Cuitláhuac y la jefa de gobierno, Claudia no lo quiere ni como carga maletas en su campaña, pero acatará sin objeción las órdenes de Palacio Nacional y una de ellas es que escuche al devaluado gobernador el próximo 16 de este mes.
También comenté que el candidato natural para suceder a Cuitláhuac es el alcalde de Xalapa Ricardo Ahued, que a pesar de no ser militante de Morena es el caballito de batalla de López Obrador en Veracruz por honesto, honrado y trabajador. Cosa que no pueden decir la mayoría de morenos y morenas veracruzanos.
Este domingo, después de que se supo que Claudia vendrá al Informe y arreció el rumor sobre la salida de Cuitláhuac, recibí un par de llamadas de personas cercanas al Secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros, que me aseguraron que el gobernador sustituto será su jefe.
Confieso lector que apenas pude contenerme al tenerlos del otro lado de la línea, pero cuando colgué mi celular solté la carcajada.
Si el presidente le pregunta a Cuitláhuac a quién quiere en su lugar, dirá que al titular de la SEV Zenyazen Escobar. Pero si lo que se desea es que Veracruz siga siendo bien administrado, el gobernador sustituto podría ser el secretario de Finanzas, José Luis Lima Franco, que ha realizado una excelente labor manejando los fondos públicos.
Otro que se menciona es el diputado federal Sergio Gutiérrez Luna. Pero vamos por partes.
Si el gobernador es Ricardo Ahued, sus primeras providencias serán mandar al diablo al Secretario de Gobierno Eric Cisneros y es muy probable que también haga lo mismo con el recién nombrado en la Secretaría de Seguridad Pública, Cuauhtémoc Zúñiga. Con esto, dará un manotazo de autoridad sobre la mesa que aplaudirán los veracruzanos, y aplacará a los morenos “puros” que no lo quieren porque nunca lo vieron tomando edificios públicos, bloqueando carreteras ni pintarrajeando paredes.
Si el elegido es Zenyazen refrendará en Finanzas a José Luis Lima Franco. Y lo mismo hará Lima Franco con Zenyazen si es elegido gobernador sustituto.
Sergio Gutiérrez será gobernador por dos años sólo si intercede por él su buen amigo el secretario de Gobernación Adán Augusto López. Y una de sus primeras providencias con Eric Cisneros no será correrlo, sino meterlo en prisión.
Quien pondrá el grito en el cielo con Sergio como gobernador será Rocío Nahle, la favorita de Andrés Manuel para el 2024 que no puede ver ni en pintura al minatitleco.
Cuando fue presidente del Congreso Federal, Sergio Gutiérrez se gastó las perlas de la Virgen placeándose por toda la entidad y opacando a Rocío. Ésta pidió ayuda a Cuitláhuac y a Eric para contrarrestar la creciente popularidad del legislador. Los dos obedecieron, pero lo único que lograron fue que la popularidad de Sergio creciera.
Quien se le fue a la yugular incluso con ofensas fue Eric, de ahí que Sergio se la tenga guardada y se la cobre muy cara si llega a la gubernatura.
A menos que Andrés Manuel se saque otra carta de la manga, de entre los cuatro saldrá el gobernador sustituto si es que en verdad Cuitláhuac García se va de Veracruz.
Si esto sucede lo sentiré por Claudia Sheinbaum que antipática como es, desprovista de carisma y don de gentes, rechazada por más de la mitad de los chilangos; mal vista por los empresarios; por las mujeres maltratadas a las que no escucha; por los estudiantes a los que ignora, por la clase media a la que repudia, por los pobres a los que no ve y llevando en su equipo de campaña a Cuitláhuac, tiene casi segura la derrota en su bolsillo.