Es sumamente indigno que unos de nuestros grandes problemas sobre delincuencia vengan del gobierno. En la discusión sobre la militarización se dio el cohecho, corrupción y se puede decir cobro de piso. No es de ahora pues se integra en los usos y costumbres de los partidos. Pero en éste caso en específico- que se trata de cumplir el capricho del tlatoani- se pasaron. Encabezados por la corcholata más gris y sin gracia el adusto Adusto se dedicaron a la compra- venta de los senadores. Lo hicieron antes con los diputados más flexibles al capital. Le llaman cabildeo, pero en si es cooptación . Los diputados zánganos – no todos pero si mayoría- venden caro su amor como aventureras que son. En el Senado hay un poco más de recato. Aquí las reformas que realmente urgen son las que deben responder a la Nación.Ya los analistas se ocupan del tema. Para quienes vemos con objetividad esto es un mercado negro, que empequeñece a los que se venden al mejor postor, dando la espalda a la ciudadanía. Urge una limpieza profunda en los legislativos. Elegir a los comprometidos y despedir a los ineptos acostumbrados a someterse al ejecutivo. Si este sexenio de MORENA ha sido el más violento de la historia, de qué sirven los militares en las calles?
ENMOLADAS
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