El próximo sábado 25 de diciembre hará apenas tres meses que el diputado federal de Morena, Sergio Gutiérrez Luna, irrumpió en el escenario político del estado, pero pareciera que su presencia tuviera ya mucho tiempo entre los veracruzanos. Es el personaje político sorpresa de este año a punto de terminar.
El 1 de septiembre pasado publiqué:
“Ayer comenté que para el proceso sucesorio de la gubernatura en 2024, por Morena, con auténtico arraigo popular, están Ricardo Ahued y el delegado federal Manuel Huerta y que habrá que esperar para ver qué tanto crece José Luis Lima Franco.
Pero ya está en el arrancadero el que podría ser el caballo negro del partido en el poder: el minatitleco Sergio Gutiérrez Luna, presidente de la Mesa Directiva de la LXV Legislatura federal, quien hoy estrenará el cargo con el Tercer Informe de Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Relativamente joven (46 años), es sobrino del reconocido neurólogo pediatra en Minatitlán, Norberto Luna. Hasta la preparatoria hizo todos sus estudios en su tierra natal y de ahí emigró a la Ciudad de México para estudiar en la Escuela Libre de Derecho.
Sus veinte años de experiencia en litigio electoral y procesos electorales (ha representado a su partido ante los institutos electorales del Estado de México y de Baja California) lo han llevado al escaparate, a la vitrina en la que hoy lo puso el presidente.
Dado que se había alejado de su tierra, en los últimos dos años Sergio estuvo regresando los fines de semana a Minatitlán porque aspiraba a ser candidato uninominal y recorrió todo el distrito acompañado de la actual diputada local Jessica Ramírez Cisneros. En eso estaba y andaba cuando, por su experiencia y preparación en el tema electoral, lo llamaron a la CDMX y lo convirtieron en candidato plurinominal y ahora en diputado federal.
Habrá que encartarlo, pues”.
El día 25 de ese mes llegó a Coatzacoalcos para reunirse primero con representantes de los medios y al día siguiente con empresarios, y desde entonces no ha parado los fines de semana recorriendo todo el estado, interactuando con los veracruzanos de las más diversas actividades y hoy está posicionado ya como un serio aspirante, real, a la gubernatura en 2024. Definitivamente la clave para lograrlo ha sido el buen uso que ha hecho de los medios informativos llenando el enorme vacío dejado en tres años por el actual gobierno en su actitud de alejamiento de la mayoría de los periodistas del estado.
Una pregunta que he hecho en este espacio es por qué no lo ha parado el presidente López Obrador.
Con un detalle: el 23 de octubre y el domingo pasado 19 de diciembre encabezó dos grandes concentraciones con maestros del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), la primera en Veracruz con maestros de la poderosa Sección 32 y la de hace días en Tuxpan con la también significativa Sección 56. En su momento, a raíz de la primera, ante algunos señalamientos de que estaba pagando la movilización de los sentistas con recursos del Congreso federal, la diputada local e integrante de la dirigencia nacional, Ruth Callejas Roldán, me aseguró que no, que eran ellos quienes lo habían invitado y que los maestros estaban pagando todos los gastos. Hoy tengo plenamente confirmado que fue el dirigente nacional Alfonso Cepeda Salas quien dio las instrucciones precisas de apoyarlo con todo y de acuerparlo a donde se mueva por todo el estado.
Me parece un detalle significativo por el papel histórico que han jugado en el estado los maestros en los procesos electorales para elegir gobernador, tanto porque son multiplicadores de preferencias desde el aula por algún candidato, en contacto con padres de familia, como por sus movilizaciones el día de la votación. Todavía no hay nada definido en Morena sobre quién será su candidato en 2024, pero cómo van a contar este tipo de apoyos a la hora de la definición, y ya ni se diga de las encuestas.
Ricardo Ahued, la esperanza de los xalapeños para 2022
Otro protagonista de Morena es el presidente municipal electo Ricardo Ahued Bardahuil, en quien los xalapeños cifran sus esperanzas de que con su actuación rescatará la capital del estado, luego del lastimoso estado en que la deja el alcalde saliente Hipólito Rodríguez Herrero.
Como en la primera ocasión cuando en 2005 incursionó por primera vez en política y obtuvo la entonces cifra récord de votos para Xalapa de 70 mil, en junio pasado el apoyo ciudadano que recibió se disparó a más de 111 mil votos, una cifra que en el futuro será difícil de superar, número impresionante si se toma en cuenta que esta vez no estuvo en la boleta ni se presentó el llamado efecto López Obrador de 2018.
Por todo lo que ha declarado, por todo lo que ha dicho en reuniones ya como alcalde electo, por lo que platica en corto (hace algunos fines de semana nos reunimos en su oficina), se dispone y tiene todo listo para realizar una gestión que si se cumple tal como la tiene planeada, será ejemplar en todo el estado.
Su austeridad va en serio a partir de los sueldos que se pagarán en su administración, hará una limpia total de anomalías en algunas dependencias (lo tiene ya muy estudiado y calculado con su consulta a y la asesoría de expertos), desaparecerá algunas, ningún familiar suyo trabajará en el ayuntamiento para evitar conflicto de intereses, para evitar cualquier responsabilidad por omisión con la administración saliente la auditará a fondo y actuará si encuentra indicios que ameriten denuncia, arrancará construyendo con la colaboración de empresarios y vecinos, escuchará a todos los ediles del partido que sean, mantendrá trato respetuoso y cercano con la prensa, ha advertido una y otra y otra vez que no habrá moches en su gobierno y que procederá contra quien los pida (“les autorizo que me lo reprochen en sesión pública si no lo cumplo”), se compromete a que habrá piso parejo para todos los constructores de la localidad. En fin.
Le creo, porque siempre ha sido serio y congruente con lo que dice (y en este espacio lo he consignado muchas veces), pero también porque he tenido la oportunidad de platicar con algunas personas a las que ha invitado a colaborar o ha consultado por su experiencia en las diversas áreas de la administración municipal.
Apunto, sí, que sería un grave error pensar o creer que va a resolver todos los problemas del municipio, a partir de que los recursos económicos son muy limitados, aunque creo que sabrá cómo hacer más de lo que se puede esperar porque cuando los xalapeños empiecen a ver sus resultados, luego de la triste experiencia que han vivido en los últimos cuatro años, no le van a regatear ningún apoyo, y porque él sabe cómo pedirlo, con respeto y hasta con humildad.
Veo un posible problema, que ojalá y no se le presente: que incomode a alguien de la administración estatal cuando demuestre con su actuación que sí se puede gobernar cerca de la gente, escuchándola, evitando el nepotismo, con transparencia, sin caer en subejercicios ni en el retraso en la aplicación de recursos, haciendo un gobierno plural y logrando la participación de todos, respetando a la oposición, manteniendo buena relación con los medios, haciendo que la Contraloría municipal no simule y que su titular no titubee (cantiflee) cuando le pidan explicaciones, licitando las obras y no adjudicándolas a empresas foráneas; que incomode porque deje y haga ver mal a quien ofreció que sería diferente y es más de lo mismo, o peor.
Ahued es una esperanza de que con él muchas cosas van a cambiar para bien. Hagamos votos porque así sea y nuestra bella capital resplandezca y alcance el alto grado de desarrollo que ha logrado Orizaba, por decir algo y no ir muy lejos. Hagamos votos por un 2022 mejor. Mañana todavía nos encontraremos aquí.
Para que no se me olvide quiero consignar mi agradecimiento a un compañero periodista de juventud, oriundo de Las Choapas, de muchos años, que brilló en el plano nacional, Rodolfo Casanova, quien a diario, apenas despunta el día, me hace llegar una síntesis informativa local, nacional (de todos los medios del país), internacional, de las más diversas publicaciones, sobre los más diversos temas, que me mantienen al día desde que abro los ojos, servicio con el que, opino, debieran contar nuestros políticos, porque la información es poder.
Sergio Gutiérrez, la sorpresa política del año
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