No sólo el gobernador de MORENA veracruzano, pasará como el peor de la historia del estado sino también el alcalde de su capital. Gris, omiso, negligente, carente del mínimo conocimiento administrativo. Xalapa nunca estuvo tan deteriorada como hoy. Gobernador y alcalde son una imagen patética, de lo que debe ser un funcionario público comprometido. Historias de excesos y corrupción, es lo que los distingue. Se quejan 800 empleados del agua, de no tener los mínimos elementos para realizar su trabajo y así en otras áreas, donde carecen hasta de papel del baño. El saqueo en el ayuntamiento, no aguanta una auditoría. Pareciera que los veracruzanos, tenemos el síndrome de Estocolmo y seguimos votando por saqueadores e inútiles. Daría tanto Xalapa, que tiene grandes atractivos que han sido menospreciados. Estos dos tipos de cuidado, echan por la borda el principio político de su tlatoani: 90 % de lealtad y el 10 % de capacidad. Ni lo uno ni lo otro. Y el escándalo en Comercio, es tema aparte. Vaya negociazo!!!!!
ENMOLADAS
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