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Estoy enterado de todo, advierte AMLO

by Arturo Reyes Isidoro

El sábado pasado, en un mensaje en Guachochi, Chihuahua, Andrés Manuel López Obrador dijo en un mensaje que ningún acto de corrupción se comete sin el visto bueno del presidente y de los gobernadores, en los casos de los estados.

Al volver al tema central de su gobierno de que el principal mal de México es la corrupción, insistió en que va a acabar con ella y expresó que ya empezaron “de arriba para abajo y hay que hacerlo así para dar el ejemplo”.

“Porque nada de que el presidente no sabe, el presidente no se enteró, el presidente no tiene buenos colaboradores, lo engañan, el presidente es bueno pero sus funcionarios no le ayudan, son corruptos. Mentira, el presidente de México se entera de todo y no hay un negocio jugoso que se haga sin el visto bueno del presidente, para que quede claro”.

Añadió: “Si hacen una transa grande, grande, grande, es porque el presidente lo permitió. Es lo mismo en los estados, si hay un negocio jugoso es porque lo permite el gobernador, nada que no se enteró”.

Agregó que por eso el ejemplo se tiene que dar “de arriba hacia abajo, barrer, limpiar”.

Dijo algo sabido por todos, o al menos por quienes se interesan por la política, aunque no recuerdo que algún otro presidente lo haya expresado abierta y públicamente. Interesantes sus palabras, que tienen varias lecturas.

Por un lado, al decirlo tal cual adquirió un compromiso para el resto de su administración: cualquier acto de corrupción del que se sepa en el transcurso del sexenio o al final del mismo no se habrá cometido sin que él lo haya permitido.

Por el otro, envió un mensaje similar a los gobernadores: cualquier negocio al amparo del poder no será posible a menos que lo permitan y no tendrán excusa para decir que es que no estaban enterados. También los comprometió al responsabilizarlos de lo que pase.

Creo que no habría que ceñir sus palabras de que se entera de todo solo al caso de la corrupción. El presidente es el hombre mejor informado del país y, al menos también, se supone, la Secretaria de Gobernación. Cuando AMLO dice de todo, creo que es de todo cuanto sucede en el territorio nacional.

En el siglo pasado, en los gobiernos priistas, siempre se decía que lo mismo el presidente de la república que el secretario de Gobernación eran los hombres mejor informados de México.

Al de Gobernación se le atribuía tal privilegio porque dependía de su área el sistema de seguridad nacional y era  el operador político para desactivar cualquier riesgo para el país o para combatirlo.

Hubo sus excepciones sobre personas mejor informadas, en especial con la figura de don Fernando Gutiérrez Barrios, de quien se decía que poseía el más completo archivo, integrado y enriquecido a su paso por la entonces Dirección Federal de Seguridad y luego por otras áreas incluyendo la Secretaría de Gobernación (SEGOB).

Al presidente le llegan al amanecer los reportes de todo lo que pasa en el país para su toma de decisiones.

En esos reportes va incluido también lo que se publica en la prensa impresa y en los portales Web, así como lo que se dice en la radio y televisión, información que envían operadores que tiene la SEGOB en cada Estado, de los que muchas veces se sabe poco o nada.

El presidente, pues, asumió su propia responsabilidad y envió un mensaje a los gobernadores: está enterado de todo, y creo que tan lo está que en más de una ocasión, por ejemplo, se ha referido, aunque en otros estados, a la inseguridad que priva en Veracruz; la ha reconocido y la ha señalado.

Ayer, mi compañero columnista Raymundo Jiménez al abordar el tema dijo en el encabezado de su columna que: “AMLO, atento a Veracruz”.

Coincido con él. Creo que precisamente por la información que posee el presidente tiene bajo su lupa al Estado y actúa ya en consecuencia.

Ayer mismo en su columna “Serpientes y Escaleras” que Salvador García Soto publica en El Universal comentó que desde Palacio Nacional salió la orden de ayudar, para rescatarlos, al gobernador Cuitláhuac García Jiménez y al del estado de Morelos, Cuauhtémoc Blanco.

“… se les está apoyando con todo desde la Federación… La instrucción fue directa del presidente López Obrador”, dijo y agregó que apoyarlos “se volvió un tema de prioridad en las reuniones diarias del gabinete de seguridad en donde se lleva un seguimiento puntual de la situación particular de Veracruz…”.

Hay indicios de que estaría ocurriendo ese apoyo.

El mes pasado, 48 horas después de la masacre en el bar Caballo Blanco de Coatzacoalcos viajé a la ciudad y constaté que había llegado un grupo de seguridad federal de élite (Ejército, Marina y Policía Federal) del que no informaron al gobierno del Estado y por lo mismo no invitaron a sus reuniones a nadie de la Secretaría de Seguridad Pública estatal ni de la Fiscalía. Me quedó claro que no confían en las policías locales.

El lunes pasado comenté la llegada el miércoles 25 de septiembre a Xalapa de la subsecretaria de Bienestar, Ariadna Montiel Reyes, quien arribó a trabajar directamente en las oficinas de la Delegación de los Programas de Bienestar, aprobando el trabajo del delegado Manuel Huerta pero sin entrevistarse con el gobernador. Si vino en ese plan es porque, como dice Raymundo, AMLO está atento a Veracruz.

Ayer mismo, el propio gobierno del Estado informó que ante la presencia del secretario de Turismo federal, Miguel Torruco Marqués, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez inauguró la exposición del estado de Veracruz en el Centro de Información Turística “Punto México”, que estará hasta el 29 de octubre y en la que participan más de sesenta expositores de arte popular.

El objetivo es que durante octubre se promuevan los atractivos de Veracruz, se dijo. ¿No es otro espaldarazo del gobierno federal para tratar de promover al Estado en la Ciudad de México? Seguramente en el altiplano no creen en los “millones” de turistas que ha venido reiterando la secretaria del ramo estatal, Xóchitl Arbesú Lago, que han llegado al Estado.

Por Veracruz, qué bueno que el presidente no solo esté atento y enterado de lo que pasa en la geografía estatal sino que ordene que apuntalen al gobierno local en áreas claves para rescatar al Estado, y para las autoridades estatales se podría decir que qué malo o preocupante que lo haga porque entonces es indicativo de que no están haciendo las cosas bien o de que están fallando.

 

 

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