Cuando AMLO alza el brazo al gobernador Cuitlahuac Garcia, distingue a la ineptitud, inoperancia, corrupción, omisión, indiferencia. No se entiende el presupuesto tan alto, para su seguridad estatal, que simplemente no tiene presencia. Un gasto inútil en patrullas, cuando ni siquiera se puede controlar a la delincuencia casera. La violencia crece tanto, que las cabezas son arrojadas a los sitios públicos . Los miembros mutilados aparecen en cada esquina, de todos los municipios del estado. Ni el gobierno federal, estatal ni municipales funcionan. Es un vacío de poder aterrador. A la población, no interesa esos discursos clientelares del Tlatoani. Claman que ya no les quiten a sus familiares, que les den a sus muertos para una santa sepultura, que no violen a sus niños ni desaparezcan a sus adolescentes. Veracruz no quiere bailar salsa, sino paz y tranquilidad. Se está manejando a discreción, el alto presupuesto designado y no sabemos hacia donde va. No pensamos extrañar a Duarte y a Yunes, pero era mejor sufrirlos, que a este estulto, ignaro gobernador. Como quinciañera – no lo disimula-espera muy entusiasmado y se preocupa por su festival de salsa, en vez de hacerlo por la muerte que acecha a cada uno de los veracruzanos. Cuanto desdén!
ENMOLADAS
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