Seguramente me ponía como camote y hasta me decía de lo que me iba a morir, sabiendo como sé que es su carácter violento y por la forma en que ha reclamado a otros compañeros míos.
No le gustó y molestó al diputado federal, exsenador y excandidato a la gubernatura del PRI Héctor Yunes Landa que publicara ayer que su hija le hizo fuchi a los diputados locales priistas (solo tres) cuando la invitaron a que se sumara a ellos.
O no le gustó que dijera que en su nuevo movimiento LIDER con el que pretende refundar el PRI debía comenzar por convencerla para que se afiliara al tricolor (es diputada del PVEM) porque si ella no lo sigue qué se puede esperar con los desencantados priistas.
Me escribió
“Decidí eliminar el mensaje que te escribí después de leer lo que escribiste de mi hija y de mí. No quise caer en tu juego de agravios como tú lo acabas de hacer conmigo en tu columna. No puedo omitir sugerirte que antes de asegurar algo en tu columna lo verifiques.
Si tu ánimo es agraviarme puedes frasearlo diferente sin necesidad de dar por hecho algo que no te consta.
P.D. Espero que cuando estés por escribir algo sobre mi hija, tengas presente que yo nunca he agraviado a tus hijos, sino todo lo contrario.
Buenas noches”.
No creo haberlo agraviado con mi comentario. Sigo creyendo que su reto es mayúsculo ante un partido venido a menos, del que la mayoría de los mexicanos ya no quiere saber nada, y como prueba de ellos está el resultado de la elección de julio pasado.
Sigo pensando que la mejor forma de iniciar con éxito su tarea sería que su hija dijera públicamente que deja las siglas del Verde, que se suma al PRI ahora cuando ya casi todos le vuelven la espalda, y que además es la primera en apoyar a su padre. Cuánto le serviría.
Como padre lo entiendo, pero su hija ahora es una figura pública, aunque tal vez piense que por esa circunstancia no deba decirse nada de ella. Como a su primo hermano Miguel Ángel Yunes Linares, lo ciega su amor filial. Totalmente entendible, lo digo como padre también.
La verdad, me hubiera gustado que ella me hiciera el reclamo, el reproche, la aclaración, la petición de réplica, me pidiera una aclaración, e incluso que, como dice el dicho, me pusiera como trapo de piso o de cocina. Considero que tiene la capacidad para hacerlo. Pienso que no la ayuda sobreprotegiéndola, pero cada padre con su hijo.
Me hubiera gustado que el diputado me aclarara lo que dije antes que me reclamara un agravio hacia su persona como piensa que lo hice, o incluso las dos cosas juntas pero que despejara toda duda.
No sé cómo tomar la referencia a mis hijos, sino solo como un simple comentario, como una advertencia o como una amenaza. Javier Duarte me agredió con la complicidad de Gina Domínguez tomando represalias contra uno de ellos, el que no participaba en política sino solo se dedicaba a trabajar.
Acaso si un día el diputado llega a la gubernatura tengan que irse de Veracruz, pero lo cierto es que son adultos y responden por sus hechos y acciones y saben que si cometen errores se pagan y a veces muy caro. Ellos su vida, yo la mía.
Mi reconocimiento a Miguel Ángel
El 27 de junio anterior, último día de las campañas electorales pasadas, a solo cuatro días de las elecciones, con el título “Queríamos alternancia no permanencia”, me opuse abierta y públicamente a que el joven candidato del PAN Miguel Ángel Yunes Márquez llegara a la gubernatura. Di mis razones. Escribí:
“Creo que con Javier Duarte ya tuvimos suficiente, pero no aprendemos y seguimos permitiendo la concentración del poder en una sola persona. Aunque en Veracruz el problema es más grave ahora porque se trata no solo de eso sino de eternizarse en el poder, no de la continuidad sino del continuismo, se trata de ahogar la participación de nuevas opciones que refresquen el ejercicio del poder que sufre un desgaste natural. En 2016 se votó por la alternancia no por la permanencia de un solo hombre y su familia en el poder.
“No tengo nada personal contra Miguel Ángel Yunes Linares ni contra su hijo mayor cuya aspiración es legítima pero fuera de tiempo por el conflicto de interés que crea el hecho de que estén en poder de la gubernatura. Se trata de un claro caso de nepotismo aunque los veracruzanos hablan de ‘una monarquía’ donde se hereda el poder. Una definición de nepotismo (https://definición.de/nepotismo/) dice: ‘En los Estados donde rige la meritocracia (un sistema para el cual el mérito justifica el ascenso en el marco de una escala jerárquica), el nepotismo está considerado como un acto de corrupción. No se acepta, a nivel social, que un dirigente político decida destinar recursos públicos a un familiar o amigo por cuestiones de simpatía o afecto’.
“Hasta ahora el gobernador ha sido respetuoso de mi derecho a opinar y lo reconozco. Pero estoy en contra, lo digo abierta y públicamente con mi nombre y apellidos y asumo las consecuencias, de que pretenda mantenerse en el poder a través de su familia aprovechándose del poder absoluto que ejerce, ese poder absoluto del que alerta Krauze. Temo que si los veracruzanos no los frenan en las urnas el próximo domingo se eternicen en el gobierno y en el poder”.
Los veracruzanos los frenaron en las urnas en un acto verdaderamente democrático, acaso el primero en la historia de Veracruz.
Tan pronto lo publiqué, familiares, amigos, vecinos lectores míos, compañeros, conocidos, muchas personas me dijeron que había ido demasiado lejos y que me vida corría peligro. La gente me lo decía en la calle. Llegaron a sugerirme que me escondiera y que no apareciera hasta que hubiera terminado el gobierno anterior. No le di importancia aunque ahora debo confesar que al cabo de varios días en que me lo repetían me quiso dar temor. Le reiteré a mi familia que el mío era un oficio de riesgo, desde siempre, que no se inquietaran y los preparé por si “algo” me pasaba.
Miguel Ángel Yunes Linares fue extremadamente respetuoso. No hubo reclamo, petición de réplica, aclaración, reproche, desmentido, amenaza directa ni velada, mensaje intimidatorio, nada, y hoy esta circunstancia me da la oportunidad para reconocérselo públicamente. He sido crítico de su gestión y no he sino molestado hasta ahora por él o por algún allegado suyo.
Y me fue bien
El diputado Yunes Landa quién sabe cuántas cosas me decía en el mensaje que borró porque señala que no quiso caer en el “juego de agravios”. Lamento que lo haya tomado con un agravio. Incluso le ofrezco disculpas en forma pública y sin ningún titubeo.
Pero creo también que de todos modos me fue bien con él, que solo hayan sido el texto que borró y el que me dejó, digo esto si tomo en cuenta que a Manrique, que conducía un noticiario en la radio, lo citó en su despacho de la Subsecretaría de Gobierno, lo hizo pasar, lo encerró con llave, le reclamó, le puso una pistola en la cabeza y lo planeó con un machete.
No quiero ni imaginármelo como gobernador lleno de poder, hipersensible a la crítica periodística. Pero el mío es un oficio de riesgo y tendré que seguir corriéndolo, siempre consciente de que también puedo equivocarme aunque dispuesto a reconocerlo.
Al diputado Yunes Landa, mis saludos y mis respetos. Y que tenga éxito en su nueva tarea, que pase una feliz Navidad y que tenga un próspero 2019.
Molesta comentario a diputado
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