Inicio ColumnasPor la verdad y la confianza ROBO POR HAMBRE —VS–ROBO PERVERSO

ROBO POR HAMBRE —VS–ROBO PERVERSO

by Zaida Alicia Lladó Castillo

En el país hay aproximadamente 7 mil personas recluidas en las cárceles que purgan una condena hasta por 10 años por robar una charola de carne, una mantequilla, pollo, leche o pan, etc., el motivo “no tenían dinero y necesitaban comer”. Son personas que se les detiene, que son confinados con rapidez y que han sido condenadas sin tener ninguna posibilidad de defenderse.

Y cuando reflexiono en ello, me surge la pregunta ¿es justo que se le castigue igual a alguien que roba por hambre, que  aquel que robó cientos de millones de pesos y saqueo a su antojo –ayudado por sus cómplices–, las arcas de una institución, de un Estado o de un país y con ese mismo dinero compró un “juicio” y logró una pena menor?

Sí…me refiero al caso de  Javier Duarte, que hoy le dan el privilegio de un juicio abreviado y  una pena de 9 años, similar o menor al que roba por hambre, cuando que a él se le imputan justamente delitos de asociación delictuosa y operaciones con recursos de procedencia ilícita, nunca comparables al valor de un pan o un queso, sino del valor de lo que sería el presupuesto anual de un país europeo.

Y no es que justifique el hecho de robar, sino que,  lo que no se justifica es el hecho de juzgar con la misma vara el robo del que no tiene nada, que el que robo perverso y ventajoso.

Al robo por hambre se le denomina robo famélico y por lo general lo cometen personas de muy escasos recursos[1], que no tienen siquiera para pagar una fianza y por supuesto carecen de una defensa adecuada, de ahí que los encierren y juzguen para darles penas hasta de 10 años.[2] Y es que en el código penal no está tipificado éste por lo que, lo injusto es, que se le equipare con otras tipificaciones más graves. Como por ejemplo, los delitos que son sancionados en base a la Ley federal contra la delincuencia organizada, como lo marca el artículo 2 párrafo uno de dicho precepto, como es el caso de terrorismo, falsificación o alteración de moneda, u operaciones con recursos de procedencia ilícita, como se le imputa hoy a Duarte en uno de sus juicios.

Y ahí es cuando los mexicanos y veracruzanos nos encolerizamos por la indignación.

Los mexicanos estamos hartos de que los jueces usen como pretexto para liberar  a los ladrones de “cuello blanco”, inconsistencias en los juicios, arguyendo que se viola el debido proceso y en lugar de reponer los mismos o reparar inconsistencias, por el contrario, los procesados logran su libertad en el menor tiempo posible, o se declaran culpables para obtener el beneficio de las penas mínimas.

Lo mismo, pasó con el caso Gordillo o el de Gómez Urrutia, etc. Tranquilamente lograron su libertad, sin que se sepa dónde quedó el dinero motivo de su detención, sin la reparación de daño, es decir,  el agravio  a sus representados. Y con el mayor cinismo hoy están libres, premiados y en algunos casos hasta con fuero constitucional,  ocupando un lugar que no merecen.

Esa es la maravilla del nuevo sistema de justicia penal. Eso, con todo respeto es una tomada de pelo que sólo ha servido de negocio para algunos  que intervienen en los juicios, que se venden al mejor postor.

Pero como consuelo, hay algo de la que no se salvan los ladrones corrientes y vulgares con coraza de aristócratas: del juicio moral y social de la historia, y en ese juicio está y estará en el futuro la mancha del desprestigio –que se quiera o no – se hereda o retorna.

Como dijera Anne Ancelin Schutsewberger, una de las pioneras en el estudio de la psicogenealogia: “el inconsciente tiene buena memoria y marca acontecimientos importantes del ciclo de vida por repetición de fechas y edad”. [3] Es decir, existen identificaciones inconscientes repetitivas que heredan los descendientes y que obligan a pagar deudas de los antepasados, lo queramos o no, y a repetir las tareas interrumpidas…porque no están terminadas.

O dicho en leguaje eclesiástico: nadie se salva de la justicia divina.

Gracias y hasta la próxima.

 

[1] Comisión Especial de Reclusorios de la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México,  (2015)

[2] Garza de los Santos Olivia, Directora de Modernizando el sistema penitenciario, AC.

[3]https://www.researchgate.net/publication/236136341_PSICOTERAPIA_SISTEMICA_TRANSGENERACIONAL_FENOMENOLOGICA

 

también te podría interesar