* Pancho Colorado, personaje clave * Los narcos y el estudio de la Universidad de Texas * Cuatro bajas en la banda del H * Los que el juez Reyes soltó * Agandalle en el Congreso * El espurio y sus cómplices * Yunes reestructura la deuda * Olmeca TV cambia de casa * Carlos y Nathaly, sólo un susto
MUSSIO CARDENAS ARELLANO
Publicada en mussiocardenas.com
10 de noviembre de 2017
A lomo de caballo, Fidel grabó su imagen junto a Pancho Colorado, el empresario de inmensa figura, el que lavando dinero para los Zetas terminó en prisión, el de los contratos del fidelismo y las tierras en Coatzacoalcos, el del soborno en campaña con el que el crimen organizado entró a Veracruz.
Y Fidel cuenta que nada es ilegal.
Aquel día, en la célebre cabalgata de Ozuluama, un click y ya. Fidel Herrera fundía su historia a la del narcoempresario que lo mismo le trabaja a Pemex que al gobierno de Veracruz y al de Coahuila, o adquiere caballos cuarto de milla en EU, obligado —se justifica— por la banda de Los Zetas.
Aquella fotografía persigue a Fidel y lo incrimina. Y hay huella en otras operaciones de rastro público: obras, servicios, pagos millonarios y compra de predios a costo ínfimo en el sur. Así de generoso fue el ex gobernador.
Su amigo, Francisco Antonio Colorado Cessa, dueño de ADT Petroservicios, el que purga 20 años en la cárcel de Bastrop, Texas, por la compra de caballos para el grupo criminal, el que llegó a pagar dos millones de dólares por un par de equinos, el que en conversaciones telefónicas con su hijo instruye a llevarle “hieleras” al senador Héctor Yunes Landa, es citado una decena de veces en el informe de la Clínica de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Texas.
Ahí detona, una vez más, la relación Fidel-Zetas, los 12 millones en campaña que luego se tradujeron en la entrega de Veracruz a la banda criminal, el santuario Zeta, tierra sin ley donde la impunidad del crimen organizado permeó en el aparato judicial.
Toca el informe el nexo de los Zetas con los hermanos Moreira, Humberto y Rubén, uno ex gobernador y otro gobernador de Coahuila, y con Fidel Herrera y Javier Duarte, ex gobernadores de Veracruz.
Son las voces de zetas bajo condena y zetas convertidos en testigos protegidos, que terminaron colaborando con el gobierno de Estados Unidos. Sus testimonios se alojan en expedientes de juicios contra la banda criminal, y en ellos la protección oficial comprada, el soborno en campaña, el lavado de dinero en el que Pancho Colorado fue clave.
“Entre el 2013 y el 2016 —define el informe—, integrantes del cártel de Los Zetas fueron juzgados en tribunales en Austin, San Antonio y Del Río, Texas, por asesinato, conspiración para importar drogas y armas y lavado de dinero. Estos juicios dieron a conocer nueva información y corroboraron información que ya había sido documentada sobre las operaciones de Los Zetas y abusos a derechos humanos cometidos por el cártel”.
Y ahí el caso Veracruz.
Y ahí Pancho Colorado, al que Fidel Herrera le prodigó contratos en la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca del gobierno de Veracruz. Fueron 22 contratos con un monto de 20 millones 554 mil pesos para la perforación de pozos para uso agrícola.
Y su ADT Petroservicios, en cuyos cuadros directivos se mueve Francisco Silva Ramos, el representante legal, hermano del ex vocero de Javier Duarte, hoy diputado federal, Alberto Silva, alias “El Cisne” o “El Pato de Tuxpan”.
Refiere el informe de la Clínica de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Texas que es la voz de zetas y testigos. Aquí algunos fragmentos:
“Una de estas compañías, ADT Petroservicios, fue un activo importante en las operaciones de lavado de dinero de Los Zetas. Francisco Colorado Cessa, el acusado en los Juicios de Austin, fundó la compañía.
“Ese mismo año, Los Zetas comenzaron a expandir su influencia en la esfera política. “Efraín Torres, uno de los fundadores de Los Zetas, proporcionó grandes cantidades de dinero a un candidato a la gubernatura del Estado de Veracruz. Según la declaración bajo protesta de un agente del FBI, este candidato fue Fidel Herrera, quien ocupó el cargo de gobernador de Veracruz del 2004 al 2010. Durante los Juicios de Austin, varios testigos también mencionaron pagos a la campaña electoral de Fidel Herrera en el 2004”.
Efraín Torres, alias Z-14, murió en un enfrentamiento en Villarín, a kilómetros del puerto de Veracruz, en una carrera de caballos que congregó a políticos fidelistas, empresarios y narcos.
Prosigue el informe:
“Según las declaraciones de Hinojosa (José Carlos, ex contador del Cártel del Golfo antes de la escisión de su brazo armado, Los Zetas), además de estos pequeños negocios, Los Zetas, a través de Francisco Colorado Cesa y su compañía, ADT Petroservicios, también llevaron a cabo operaciones de lavado de dinero a una mucha mayor escala.
“Esta empresa es especialmente importante por sus supuestas transacciones con el Estado, particularmente con gobernadores. Como se abundará con mayor detalle más adelante, los testigos declararon que Los Zetas pagaron grandes cantidades de dinero a candidatos durante sus campañas para gobernador. Había un entendimiento entre el cártel y los candidatos que si ganaban las elecciones, una vez en el poder, los candidatos usarían su influencia para que se asignaran contratos federales relacionados con proyectos de limpieza de PEMEX a ADT Petroservicios. Gracias al financiamiento intensivo de Los Zetas y a los contratos públicos que se le asignaron, ADT Petroservicios creció y se expandió hasta, eventualmente, convertirse en una de las piezas clave para las operaciones de lavado de dinero del cártel”.
Cita el informe a José Guillermo Herrera, funcionario duartista:
“José Guillermo Herrera Mendoza, un político del estado de Veracruz, fue implicado en el secuestro y extorsión de Alfonso del Rayo, un empresario de bienes raíces de Veracruz. Herrera Mendoza era el Subsecretario de Turismo para el estado de Veracruz durante esta conspiración la cual empezó en diciembre del 2010. A principios de diciembre, del Rayo fue secuestrado, privado de su libertad y torturado por Los Zetas durante 9 días. Los Zetas le exigían que pagara $50 millones de pesos a cambio de su libertad. Sin embargo, del Rayo fue liberado sin pagar el rescate después de que Herrera Mendoza intercedió por él ante Carlos Nayen, quien lavaba dinero para Los Zetas. Después de ser liberado, del Rayo fue obligado a comprar un caballo de carreras para regresarle el favor que Nayen le había hecho a Herrera Mendoza”.
José Guillermo Herrera fue subsecretario de Turismo y más tarde secretario de Comunicaciones, una de las áreas donde corrieron más recursos federal durante el gobierno duartista.
Y refiere el caso del crimen de una contadora en casa de Javier Duarte, de la que no se aporta el nombre:
“Uribe (Mauricio) describió una reunión que él tuvo con Lazcano (Heriberto, el máximo líder zeta, muerto en un operativo), Cien, Daniel Menera y una contadora en una casa que le pertenecía a Javier Duarte, el gobernador de Veracruz del 2010 al 2016. Según Uribe, Lazcano mató a la contadora después de esta reunión justo en el jardín de esta casa.
“En otra ocasión, Efraín Torres, un líder de Los Zetas, le dio $12 millones de dólares a Colorado Cessa para apoyar la campaña electoral de Fidel Herrera para gobernador de Veracruz en el 2004”.
Pancho Colorado sería propietario de parte de la reserva territorial de Coatzacoalcos, vendida a precio de ganga, luego reintegrada al gobierno de Veracruz en una maniobra fraudulenta, evitando el embargo, buscando Fidel ocultar esa liga. Fallido intento, las escrituras lo hunden.
Refuta Fidel como aquel que se cree aún con capacidad de engañar. Dice que los que hablan, los que acusan, son criminales y nada más.
Pancho Colorado, su amigo, es algo más. Fue contratista de su gobierno, amigo de Javier Duarte, amigo de fidelistas y duartistas, señalado de ser el canal con el que los Zetas financiaron las campañas del PRI en 2004 y 2010.
A partir de ahí, el crimen organizado hizo suyo a Veracruz.
Lo que siguió fue la violencia, el santuario de los Zetas, el fidelismo y el duartismo otorgando impunidad a la banda criminal, sus policías coludidas, su aparato judicial entre la espada y la espada, su prensa amordazada sin poder decir que Veracruz quedó en poder de los zetas.
A lomo de caballo, Fidel grabó su imagen junto a Pancho Colorado. Un click y ya. Hoy uno en el deslinde y el otro en prisión. Y a la luz el soborno de campaña, las obras y los contratos, las tierras en Coatza, el trasiego sin freno, la violencia y el baño de sangre, el Veracruz donde el miedo manda.
A lomo de caballo se coludieron.
Archivo muerto
Cuatro bajas más a la pandilla del H. Dos de ellas, Abigail Roxana Sagrero Wilson y Dana Paula Sánchez Sagrero, fueron ejecutadas simultáneamente, el viernes 3, en la colonia Benito Juárez Norte, un sector violento de Coatzacoalcos donde se tejen historia de muerte y sangre. Dentro del bar La Changada quedó el cuerpo de Dana Paula; su madre, en el exterior, sobre la banqueta. Ambas fueron detenidas el 8 de agosto en una redada de fuerzas federales y del estado contra la banda de secuestradores a la que pertenecían, vinculadas con Hernán Martínez Zavaleta, el H o Comandante H, líder zeta en el sur de Veracruz, también preso. Ese viernes 3 fueron hallados dos embolsados. Según el reportero Rafael León Segovia, se trata de José Alberto Ramón Elvira y un sujeto apodado “La Jaiba”, integrantes de la misma banda. A Abigail Rosana y Dana Paula, junto con Zeferino Almendra Delgado, los había dejado libres el juez Rubén Reyes Rodríguez con una fianza. Se les imputaba posesión de droga y de arma de fuego. Zeferino, alias “El Sicario”, fue ejecutado 20 minutos después de abandonar el reclusorio Duport Ostión. Gracias al juez Reyes, el H perdió a tres de su célula dedicada al secuestro, tres de los cuatro que hoy ya no circulan. ¡Qué juez!… Agandalle vil en el Congreso estatal entre PRI, PAN, PRD y hasta los legisladores duartistas que cuando el yunismo los requiere muestran que lo suyo, lo suyo, es violar la ley. Primero fue la Junta de Coordinación Política, que en justicia correspondía a Morena por ser segunda fuerza en el Congreso, y que con maniobras y tretas, la jugada de Sergio Hernández, el coordinador panista, para entronizarse, le fue negada. Jalaron de todo los panistas, a sus acérrimos rivales del duartismo, a priistas, a uno verde y a uno de Morena, Sebastián Reyes Arellano, para que la pandilla creciera en número. Así, alegando que ya tenían mayoría, el yunismo asestó el golpe. Eran los días en que PRI y Juntos por Veracruz, la minifracción parlamentaria de priistas disfrazados, alegaban que el orden legal se había quebrantado y que a Morena le correspondía presidir la Jucopo. Se fueron, pues, a los tribunales, que es territorio de la mafia en el poder. Hoy el conflicto es por la mesa directiva del Congreso. Y hoy la treta la consuman la pandilla PRI-PAN-PRD-Juntos por Veracruz, marginando de nuevo a Morena. Por algo Sergio Hernández, alias Sergio el Bailador, o Sergio el Bebedor, como se le conoce a partir de aquel explosivo reclamo de la diputada panista Cinthya Lobato Calderón, consignado en un audio, se ganó el mote de espurio. Sea legal o no, el despojo es inmoral. Así se construye el camino al fracaso, el repudio social. Si por acuerdo de inicio de Congreso, Morena debía ocupar la presidencia de la Junta de Coordinación Política, mínimo se le dio respetar. Más atraco, menos votos en 2018… Mal día para el duartismo. Logra el gober Yunes la reestructuración de la descomunal deuda que heredara Javier Duarte. Se alarga el plazo de pago y disminuye el pago de intereses. A la convocatoria lanzada por Miguel Ángel Yunes Linares respondieron 13 bancos; 10 avanzaron en el proceso; 8 presentaron propuestas; ofrecieron 60 mil millones de pesos cuando sólo se requerían 38 mil millones, que es la cifra renegociada. En 2018 disminuirá en 2 mil millones de pesos el pago de intereses. Para fin del gobierno de Miyuli las finanzas estarán estables. Por ahí la libró. Queda pendiente el tema de la violencia, el festín de sangre, las ejecuciones y secuestros. Ahí, la respuesta pasa por el golpe a las estructuras financieras de los cárteles y la acción legal contra dos entes clave: los capos y sus cómplices en el poder, lo que le toca a Fidel Herrera y a Javier Duarte, y a sus respectivas pandillas… Leydi Susana Castillo Montero dejó el área comercial de la Gerencia de Contratos y Servicios del Padrón de Usuarios de CAEV. Era el brazo derecho de Félix López Ramón, subdirector Comercial. Era quien resolvía todo. Era los ojos y los oídos del ex titular, Rafael Abreu. A su cargo llega —regresa— Rosa Alicia García Bielma, separada de esa función cuando se instaló en CAEV el yunismo, bajo el señalamiento de “habérsele detectado pasivos del flujo de efectivo”. O sea, que la cuentas no cuadraban. Se ve, pues, que las infanterías de Tony Macías, el Comandante Tony, están de regreso. Y Yunes azul ni en cuenta… Olmeca TV con todo el dineral que acumula, cambia de casa y deja a parte de su equipo humano sin empleo. Abandonó las instalaciones de Galena, la vieja planta de agua de Marco Antonio Anaya Huerta, y se fue a Notisur, el rotativo de la colonia Guadalupe Victoria. Con Anaya hubo encontronazo por el tema financiero, un pasivo fiscal inmenso, negocios en las sombras y diferencias irreconciliables con sus “socios”. De ahí que Olmeca TV se mudara. A los empleados que despidió aún no les da lo justo y de ahí las quejas, protestas y una que otra demanda laboral… Fuera del susto, todo está bien. Carlos y Nathaly sufrieron aparatoso accidente hará tres semanas. Ocurrió cerca del Teatro de la Ciudad, tarde, muy tarde. Del vehículo, pérdida total. De ellos, ni un rasguño, sólo la autopromesa de cuidar su vida. Y no tomar la curva a tanta velocidad…
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