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POR LA VERDAD Y LA CONFIANZA

by Zaida Alicia Lladó Castillo

Hace muchos años me hacía justamente esa pregunta. ¿En política, hay amistades sinceras?

Y parafraseando los dichos de mi padre Don Andrés Lladó cuando me aconsejaba que, si iba a incursionar en ese medio, me cuidara mucho porque éste en sí mismo era muy traicionero y dejaba poco espacio para cultivar amistades sinceras. Así que -me advertía -, que no me extrañara que en algún momento caminaría entre espinas y recibiría actitudes y respuestas destructivas, en ocasiones como parte de la naturaleza de mi función o también de los que me rodearan … a veces de quien menos me imaginara.

Pero me señalaba, que para eso tenía la percepción, la sensibilidad y la inteligencia, que segun él, las tenía en demasía. La percepción para poder observar y revisar la historia y actitudes de cada uno o una con quien tratara, la sensibilidad para poder tener “olfato político y piel de seda” para poder sentir las buenas o malas intenciones en lo individual o en lo grupal y, la inteligencia para poder razonar y calcular muy bien los actos, no amedrentándose -principalmente en los casos en que habría de correrse riesgos-, no cambiando convicciones ni objetivos institucionales propios de la función que toca desempeñar , sino para estar alerta de no volver a confiar en aquellos que fallan ,  los que adulan en demasía o los que dicen,  a todo sí y… nunca hablan de frente o con la verdad.

Y que razón tuvo. Porque sus consejos, aunados a los de grandes amigos (as) que a través del tiempo me ayudaron a ubicarme en cada contexto, pude navegar en ese mar de intereses que confluyen en el medio político y que me dieron elementos para saber servir con pasión, entrega y responsabilidad.

Y hoy-que estoy distanciada de la actividad de partidos-, puedo decir, al hacer el balance de mis relaciones de afecto y amistad en política, que, a estas alturas de la vida cultivé más amigos (as), que enemigos, lo que en el presente me hace sentir orgullosa porque siempre me nació y me esforcé por dar respeto y afecto a quienes lo merecían, y lo vi de regreso hacia mi persona con creces.

Y al mencionar esto, viene a mi mente una etapa de mi vida política en que más me enriquecí de ese afecto fraternal, y fue cuando tuve el privilegio de llegar a representar al distrito de Poza Rica y a mi estado, en la 56 legislatura federal (1994-1997).

Una legislatura que le tocó una etapa muy difícil, pero que de ella se obtuvo una alta productividad y grandes logros a favor del país. Donde -independientemente de nuestras diferencias ideológicas propias de pertenecer a bancadas de diferentes filiaciones-, pudimos unirnos, priistas, perredistas, panistas, etc., para sacar los temas neurálgicos que requerían pronta solución. Siempre anteponiendo el interés nacional y fuera de siglas, trabajando en las reformas vitales que más favorecieran el avance y desarrollo integral de la población mexicana. Y justamente en esa Legislatura, la bancada Veracruzana priista se distinguió por la unidad, experiencia, capacidad, liderazgo y fortaleza política de sus integrantes. Una Legislatura, que ya quisiéramos verla, con ese nivel, en el presente. Y me permito mencionar los nombres de quienes formamos parte de ella.

En esta confluimos personajes altamente conocidos: políticos, funcionarios públicos, líderes de partido y de sectores, lideres indígenas, lideres obreros o magisteriales, empresarios del sector agropecuario, etc.

Y a manera de reconocimiento, primero menciono a quienes hoy ya no están con nosotros, agregando el año de su partida: Guillermo Zúñiga Martínez (2015); Pedro Rivera Pavón (2015); Salvador Mikel Rivera. (2015); Enrique Ramos Rodríguez (2016); Marco Falcón Quijano (2017), Gladys Merlín Castro (2021), Ignacio González Rebolledo (2022), Manuel Pérez Bonilla (2023), Jorge Wade González (2023), Filemón Ramírez Pérez (2024) y Dionicio Pérez Jácome (2025). A quienes recordamos con afecto y respeto.

Y también a quienes hoy la vida aun nos permite estar en contacto y conservar la amistad: Fernando Floresgómez, Amadeo Flores Espinosa, Alicia González Cerecedo, Carlos Verteramo Pérez, Roberto Álvarez Salgado, Primo Rivera Torres. Servando Díaz Suárez, Joaquín Juárez del Ángel, Marcelo Ramírez Ramírez, Erasmo Delgado Guerra, Genaro del Ángel Amador y su servidora Zaida A. Lladó Castillo. Incluyendo a nuestros amigos diputados plurinominales Gral. Jesús Esquinca Gurruchietay Alm. Carlos Ponce de León Coluby.

 

En suma, el haber vivido esas experiencias extraordinarias, -sobre todo si la labor se hace con profesionalismo y no con protagonismo-, deja grandes enseñanzas:  acumulas conocimientos, obtienes nuevas habilidades y capacidades para el servicio, no solo político sino también humano, trabajas con pasión a favor del crecimiento de tu país, fortaleces la habilidad del trabajo en equipo y te vuelves tolerante ante la pluralidad. Pero lo principal y, aquí respondo a la pregunta de origen:  desde luego que se puede aprender a cultivar la amistad sincera en el medio político, si se cultiva respeto, si se valora mutuamente el apoyo y el afecto que se ofrece desinteresadamente, y si se tiene presente en el tiempo a quienes te aprecian, porque sabes también que podrás contar con ellos para siempre.

Gracias y hasta la próxima.

 

 

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