No es una campaña politica en contra de Nahle. Ni tampoco para perjudicar a Veracruz. Desde Javier Duarte a la de hoy, solo se registran los escandalos de ineptitud, omisión y corrupción. Los políticos como los Yunes y Cuitláhuac nos exhiben. La actitud de Rocío es la que molesta – “les guste o no les guste”-en el caso de la maestra Irma Hernández víctima de la delincuencia organizada. Se exige control absoluto en el tema del cobro de piso. Miles de veracruzanos son víctimas de la nefasta modalidad y las autoridades están rebasadas. Esta es la realidad…
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Una extraña figura con apariencia de felpa, ojos tristes y estética nostálgica se ha infiltrado en boutiques de lujo, editoriales de moda, redes sociales e incluso mesas de discusión financiera: los Labubu, pequeñas criaturas de vinil que se han convertido en objetos de deseo, status y, para algunos, síntomas de algo más profundo.
Originarios del universo artístico de Pop Mart, una marca china especializada en juguetes de diseño, los Labubu nacieron como parte de una línea de arte coleccionable. Sin embargo, el fenómeno global que protagonizan va más allá del coleccionismo: ediciones limitadas, precios que superan los $20 000 pesos en reventa y filas de horas para conseguirlos han transformado a estos personajes en símbolo de exclusividad. En Asia y Europa ya se comparan con productos Hermès por el culto que generan.
Pero mientras una parte del mercado los eleva al pedestal del lujo contemporáneo, otras voces los consideran una señal de alerta. De acuerdo con el economista estadounidense Peter Atwater, especializado en psicología del consumo, en épocas de incertidumbre o recesión, la población tiende a volcarse en artículos “emocionalmente reconfortantes” y visualmente infantiles. Lo mismo ocurrió con los Beanie Babies tras la crisis de los 90 o con las Polly Pocket durante la recesión del 2008.
Desde esta mirada, el furor por los Labubu no solo es estético: es sintomático. En tiempos donde el costo de la vida sube y el futuro laboral es incierto, invertir en objetos pequeños, lindos y “seguros” proporciona una sensación de control. En palabras de Atwater: “no es casualidad que busquemos confort en lo tangible cuando lo macroeconómico se vuelve abstracto y amenazante”.
En redes sociales circula una teoría similar que habla del lujo accesible, ante tiempos de incertidumbre siempre buscaremos opciones de confort y que muestren nuestro bienestar como puede ser el lápiz labial o incluso el chocolate.
¿Estamos entonces en recesión? Técnicamente no en todos los países, pero hay señales claras de desaceleración económica global. El crecimiento del PIB en economías como la de EE.UU., Alemania y Japón ha sido mínimo en los últimos trimestres, mientras que la inflación ha elevado el precio de bienes básicos, reduciendo el poder adquisitivo. En México, aunque el término “recesión” no se ha declarado oficialmente, los índices de confianza del consumidor han caído, y el mercado informal ha crecido considerablemente.
En medio de este contexto, los Labubu se viralizaron por su diseño entrañable, la dinámica de misterio al comprarlos —donde no sabes qué figura te tocará— y la exclusividad que genera su escasez. Se volvieron protagonistas de contenido en TikTok, sorteos en redes sociales, y elementos clave en estrategias de marketing para marcas de moda y diseño. El “arte para llevar” se convirtió en inversión emocional.
Como era de esperarse, la piratería no tardó en llegar. Réplicas a precios muy bajos invadieron mercados digitales, desde Shein hasta tianguis locales, afectando la autenticidad de la experiencia y alimentando un ciclo de consumo impulsivo sin conciencia sobre derechos de autor, impacto ambiental o explotación laboral.
La gran pregunta es: ¿es un fenómeno duradero o pasajero? Algunos analistas creen que, como ocurrió con los Funko Pop, los Labubu podrían perder valor con el tiempo, especialmente si se satura el mercado o cambian las tendencias visuales. Sin embargo, otros afirman que al estar ligados a una narrativa artística y ediciones limitadas, su valor puede mantenerse en ciertos círculos de coleccionistas.
Frente a este escenario, el reto no está en satanizar la figura en sí, sino en repensar nuestro vínculo con el consumo. ¿Compramos por deseo auténtico o por pertenecer a una tendencia? ¿Valoramos el objeto o la validación social que nos ofrece?
Consumir con conciencia implica informarse, cuestionar, apoyar a artistas independientes, preferir versiones originales aunque sean más costosas, y sobre todo, no olvidar que nuestro valor va más allá de nuestras posesiones, la mejor inversión está en alimentar nuestra identidad, sin necesidad de likes ni rarezas coleccionables.
La escena fue dantesca. Unos cobardes delincuentes, narco- terroristas encubiertos apuntando poderosas armas a la cabeza de una mujer de la tercera edad hincada ante sus pies. Humillada y sometida la profesora Irma Hernández Cruz perdió la vida después del secuestro. Nada válida la sangrienta acción. No era del bando contrario sino solo una ciudadana a la que se le obligó pagar derecho de piso. Nos puede pasar…y esto es una realidad.
“La novela total de Carlos Fuentes.”
Mtro. José Miguel Naranjo Ramírez.
Resulta muy complicado intentar explicar una novela tan voluminosa, compleja y con tantos temas abordados. Sin embargo, a pesar de la inabarcable variedad temática, la obra tiene un hilo conductor en la figura de Felipe II, rey de España. Bien puede afirmarse que Carlos Fuentes está desnudando el poder autoritario del régimen de Felipe. A partir de él, todos los demás personajes giran a su alrededor. La tercera parte de la novela lleva el subtítulo: “El otro mundo”. En esta sección el lector ya tiene identificado a los protagonistas centrales y aunque siguen surgiendo algunas innovaciones en la historia, invenciones y mezclas interesantes, ya no existen riesgos de perderse en la trama, sólo se debe seguir leyendo con atención e ir desentrañando el origen de cada personaje y con ello se va aclarando la totalidad de los hechos, lo que incluye conocer el surgimiento misterioso de los protagonistas que no son históricos, principalmente el nacimiento de los tres hombres con seis dedos y una cruz de carne en la espalda, mismos que están relacionados con todas la mujeres de la corte de Felipe; uno de ellos fue el que llegó al nuevo mundo y regresó a informales lo que había encontrado: oro, idolatrías, muertes, sacrificios y riquezas por robar.
Un hecho importante que se narró en el primer artículo fue el encuentro de los personajes[1]ubicados en “La ciudad del sol”, los cuales son: Pedro, Simón, Ludovico, Celestina y el propio Felipe. Después de veinte años Felipe se reencontrará con Ludovico y Celestina. Todos ellos son personas adultas, en el caso de Pedro, debemos recordar que murió en el nuevo mundo. De Simón hasta ahora no se explica nada. Lo clave de este reencuentro está en que Ludovico y Celestina le platicarán a Felipe la historia de cómo nacieron los tres muchachos que están en su corte. De estos muchachos además de sus características físicas anormales, debemos recordar que uno llamado Juan ha estado en la alcoba de Isabel, la esposa de Felipe. Ella lo ha gozado y disfrutado. El otro fue casado con la liliputiense Barbarica, la sirvienta de la dama loca. Y el tercero llegó con Celestina.
Arriba señalé que el autor realiza interesantes mezclas en esta vasta historia. Por ejemplo, el don Juan que se encuentra al lado de Isabel, queda muy claro que está inspirado en el don Juan de Tirso de Molina, de José Zorrilla y en general en toda la tradición literaria del emblemático personaje. Por eso este personaje se acuesta con medio mundo. Con Isabel, con Inés la hija del Comendador de Calatrava, en fin…Otra mezcla que resalta es el encuentro de los tres jóvenes con el caballero de la triste figura, sí, el mismo que cabalgó por la región de la Mancha. Ahora bien, les explico el origen de cada muchacho de seis dedos y una cruz en la espalda. De entrada, los tres son hijos de Felipe el hermoso, el papá de Felipe II. (No olvidar que Carlos Fuentes cambia la historia, por lo tanto, no vayan a pensar que comete un error histórico grave, la historia lineal es lo que menos le importa.) El primer hijo siendo un bebé, se lo llevaron Ludovico y Celestina, piensan que es uno de los hijos de esas mujeres violadas por el hermoso. El segundo muchacho misterioso si es hijo de Celestina, producto de la violación que le cometió el papá de Felipe en el día de su boda. Y el tercero nació de una loba. Celestina lo vio nacer. Felipe creyendo que todo le pertenecía, violó a una loba. Empero, Celestina decidió abandonar todo, entonces, le dejó a los tres niños a Ludovico y éste se encargó de criarlos y educarlos, aquí ingresamos a: “El otro mundo”.
No se debe olvidar que toda esta historia se la están contando Ludovico y Celestina a Felipe. Al nombrarse el subtítulo: “El otro mundo”, esto implica que los personajes vivirán en tierra santa, concretamente en la zona de Palestina. Allí pasaron diez años. Allí se educaron y aprendieron el valor de la memoria. La memoria como un acto de conocernos individual y colectivamente. La memoria como un acto de identidad. España no puede renegar de sus circunstancias, de su devenir. España si tiene memoria debe reconocer que es una enorme mezcla de judíos, árabes, más el encuentro con el nuevo mundo. Esto no lo dice Fuentes en la novela, pero ahora mismo recuerdo que Miguel de Cervantes sostiene que los papeles que encontró donde conoció la historia de Don Quijote son de un moro llamado Cide Hamete Benengeli, sabemos que es un invento, pero que el personaje inventado sea un moro explica mucho esa cultura completamente mezclada. Por lo mismo, los personajes se cuestionan, preguntan, y, sobre todo, aprenden sobre la importancia de la memoria:
“ –Todos nos hemos preguntado, en un momento de nuestra existencia, esto: si nos fuese otorgada la gracia de revivir nuestra vida, ¿cómo la viviríamos una segunda vez?, ¿qué errores evitaríamos?, ¿qué omisiones subsanaríamos?, ¿debía decirle, esa noche, a esa mujer, que la amaba?, ¿por qué me abstuve de visitar a mi padre el día anterior de su muerte?, ¿volvería a darle esa moneda a ese mendigo que me extendió su mano en la entrada de la iglesia?, ¿cómo escogeríamos, de vuelta, entre las personas, ocupaciones, partidos e ideas que constantemente debemos elegir?, pues la vida es sólo una interminable selección entre esto y aquello y lo de más allá, una perpetua elección, nunca decidida libremente, aun cuando así lo creamos, sino determinada por las condiciones que otros nos imponen: los dioses, los jueces, los monarcas, los esclavos, los padres, las mujeres, los hijos.”
El lector podría pensar y cuestionar para qué plantearse una idea irrealizable; el tener una segunda vida, ya que esto es imposible. De acuerdo, no obstante, si usted realiza este tipo de reflexiones con honestidad, le servirá para rescatar según la edad que tenga, lo que puede y debe hacer en el tiempo de vida que le quede. Lo anterior incluye aceptar hechos y circunstancias que no dependieron de usted y que buenas o malas así sucedieron. Están consumadas y lo consumado no puede modificarse. Regreso al tema de la identidad. España nos llegó. España nos dominó. España nos impuso su lengua, su religión. Eso ya no lo podemos cambiar. Lo que si podemos hacer hoy es a partir del reconocimiento de la realidad real, no la inventada, construirnos de forma independiente, autónoma. Más, esa autonomía no reniega de su pasado, lo acepta como antecedente para construir a nuestras posibilidades el presente y diseñar un mejor futuro. El que los protagonistas debatan sobre su existencia individual, de automático los lleva a comprender su existencia colectiva. No podemos analizar la una sin la otra. Allí está la grandeza y el progreso de los pueblos que piensan, cuestionan, deliberan, critican, proponen. Ese ejercicio los ayuda a liberarse de traumas, complejos, prejuicios y a partir de allí, empezar a construir el camino que se quiere transitar.
Toda esta larga historia la dialogan Felipe, Ludovico y Celestina en el palacio del rey. Los tres ya se sienten viejos y cansados. Afuera se escucha un fuerte tumulto. Ludovico le dice a Felipe que el pueblo está cansado de tanta opresión, corrupción, engaños, explotación, mentiras, demagogia, tributos, pobreza…que todas esas personas que se manifiestan siguen los sueños de su viejo compañero Pedro, el cual, si bien ya está muerto, sus ideas reencarnan en miles y miles de personas que sueñan con un mejor mundo:
“–Entérate: el pueblo de España, poco a poco, en secreto, ha gestado las instituciones de la libertad. Verás cómo germina la planta de la libertad. No la destruyas. Dale esa oportunidad del sueño de Pedro… – Sueñas Ludovico; y no miro convivencia posible con idolatrías y antropófagos. – No han sido mejores nuestros crímenes en nombre de la religión, el poder dinástico y la ambición bélica. Si te muestras tolerante aquí, seguramente serás persuasivo allá. Como la moral de Quetzalcóatl fue pervertida por el poder de allá, la de Jesús ha sido pervertida por el poder de aquí. ¿No podemos volver juntos, ayunos de terror y esclavitud, a esa bondad original, aquí y allá?”
Felipe tendrá una segunda oportunidad de cambiar el curso de la historia. Para eso sirven las segundas oportunidades; para enmendar los errores del ayer. Este mismo llamado queda abierto para los gobernantes de hoy. La historia continúa y la próxima semana llegará a su final.
Correo electrónico: miguel_naranjo@hotmail.com
Twitter@MiguelNaranjo80
Facebook: José Miguel Naranjo Ramírez
[1] https://puntoyaparteonl.com/2025/07/03/cincuenta-anos-de-vivir-en-terra-nostra-i/
MORENA es gobierno de un solo personaje: su hacedor. No saben gobernar. El Estado fallido es incuestionable. Un billón de pesos para Tren Maya y Dos Bocas. Salud, seguridad, educación, economía en franco retroceso. No saben nada, los delitos se investigarán y la impunidad en los suyos los distinguen. Franco retroceso, mentiras, engaños, propaganda politica es el sello.
En un mundo donde estar presente en redes sociales es fundamental para ser visibilizado, también hay que considerar el impacto que la presencia digital tiene en nuestras vidas. En ocasiones puede influir de forma positiva si es que la viralización de contenidos fortalece nuestra imagen o impulsa un negocio, pero también es fundamental considerar los riesgos del mundo virtual, entre ellos el ser partícipe de un momento viral aún sin nuestro consentimiento, como es el caso del ex CEO de Astronomer, Andy Byron.
Un concierto de Coldplay en el Gillette Stadium, ante más de 60,000 personas y unos segundos en la “Kiss cam” fue todo lo necesario para que la vida de Andy Byron y Kristin Cabot, quien también laboraba en la empresa como jefa de Recursos humanos, se transformara por completo el pasado 16 de julio, pues al ser captados por la cámara mientras se abrazaban, ambos reaccionaron de manera evasiva y sorpresiva.
Al ver la reacción de la supuesta pareja el vocalista del Coldplay incluso bromeó diciendo que eran muy tímidos o tenían una aventura, por lo que el momento se viralizó a nivel mundial y de inmediato se ventilaron datos privados de los personajes como sus nombres, puestos de trabajo y que ambos estaban en matrimonios con otras personas. La situación escaló dejando memes y hasta un videojuego que invita a descubrir a la pareja en medio de la multitud para acumular puntos.
Lo que comenzó como una escena aparentemente inofensiva se convirtió en una crisis corporativa. En menos de 48 horas, Byron fue puesto en licencia administrativa, su vida personal se expuso en redes y, finalmente, presentó su renuncia. Kristin Cabot también fue apartada de su cargo mientras Astronomer iniciaba una investigación interna. Aunque ninguno de los dos hizo declaraciones públicas, los usuarios en redes se convirtieron en jueces implacables, emitiendo veredictos sin contexto ni derecho a réplica.
Este fenómeno, cada vez más común, plantea preguntas importantes sobre los límites entre lo público y lo privado en la era digital. ¿Debe una figura empresarial responder por su vida privada si no ha cometido un delito? ¿Es ético consumir y difundir contenido viral que puede arruinar una carrera?
Casos como el de Andy Byron contrastan con otros donde la viralidad ha tenido efectos positivos. Tal es el ejemplo de la cantante Connie Francis, quien volvió al ojo público cuando su canción “Pretty Little Baby” de 1962 se popularizó en TikTok. La canción acumuló más de 10 mil millones de vistas en redes sociales y superó los 80 millones de reproducciones en Spotify. A sus 87 años, Francis expresó su emoción por reconectar con nuevas generaciones antes de fallecer semanas después. Su historia muestra cómo un momento viral también puede convertirse en una segunda oportunidad.
Según DataReportal, las personas pasan en promedio 2 horas y 27 minutos al día en redes sociales; en países como México, la cifra supera las 4 horas. En ese tiempo, se consumen cientos de publicaciones que pueden amplificarse de forma desproporcionada. La Dra. Clara Montes, especialista en ética digital, advierte: “La viralidad no distingue entre lo escandaloso y lo relevante. Las redes impulsan una cultura del juicio inmediato, donde los matices desaparecen”. Por su parte, el consultor en reputación corporativa Eduardo Salas señala: “Los líderes actuales deben entender que su imagen no les pertenece del todo. Representan a sus empresas incluso fuera de la oficina”.
La exposición pública puede ser parte del rol de un líder, pero cuando esa visibilidad se alimenta de suposiciones más que de hechos, se convierte en una forma moderna de linchamiento. Ante esto, es fundamental que como sociedad seamos más conscientes del poder que tenemos al compartir contenido, ya no es solo responsabilidad de quien crea algo, sino también de los usuarios en general. Establecer límites digitales, cuidar nuestra privacidad y practicar la empatía no solo nos protege, también humaniza el entorno digital. En tiempos de viralidad, pensar antes de juzgar podría ser el acto más revolucionario.
“La novela total de Carlos Fuentes.”
Mtro. José Miguel Naranjo Ramírez.
En la segunda parte de la novela: “Terra Nostra”, nos trasladaremos del viejo mundo al mundo nuevo, es decir, el encuentro de los europeos con las civilizaciones originarias de lo que hoy es Latinoamérica y concretamente el encuentro con lo que actualmente es México. Mucho se ha escrito sobre el estado en que se encontraban los pueblos originarios al momento en que arribaron los españoles. A los interesados en profundizar sobre este tema, allí está la antología de Miguel León Portilla: “La visión de los vencidos”, también pueden consultar otra obra referente del fraile Bernardino de Sahagún: “Historia general de las cosas de la Nueva España”. En esos libros el lector podrá conocer directamente de la voz de los conquistados cómo sucedieron según ellos los hechos que culminó con la conquista definitiva comandada por Hernán Cortés y con ella el dominio español por un periodo de trescientos años, lo que implicó eliminar casi en tu totalidad las culturas de esos pueblos originarios e imponer una nueva forma de concebir la vida a través de la religión y utilizando como herramienta fundamental para tal objetivo la lengua castellana. Ese hecho histórico, reitero, muy documentado, es la materia prima de este segundo apartado de la novela.
A lo anterior debo agregarle lo siguiente: al estar frente a una novela, el lector no debe esperar encontrarse con hechos puntuales, datos y fechas precisas, nombres de personajes históricos, de hecho, ni siquiera aparecen nombres, sólo sobrenombres, e incluso, no existe en el encuentro del personaje del viejo mundo con los protagonistas del nuevo, sucesos lineales. Eso es lo que menos le interesó al autor. Desde luego que el lector sí logra percibir momentos históricos cumbres, acontecimientos de ambos bandos donde se realiza una fuerte crítica por sus costumbres y formas, si queremos ubicar uno en la conducta de los nativos, el autor lo desarrolla con la siguiente narración:
Unos guerreros solicitan a su diosa los purifique porque están conscientes de que morirán. Previo al encuentro con la muerte, los guerreros recibieron a unas prostitutas de los pueblos que habían vencidos. Los guerreros satisficieron sus necesidades disfrutando el cuerpo de las bellas jóvenes. Una vez terminado el placer de ellos, piden a la diosa los limpiara de sus impurezas y les propiciara el castigo que las rameras merecían. Acto seguido:
“Ni bien terminó de hablar el guerrero que la música se esparció por el llano con la antigua intensidad del polvo, y con regocijo y placer los músicos comenzaron a pegar con las manos sobre los huecos atabales, y a tañer sus palillos sobre el cuero de los tambores, y silbaban muy recio cuando tocaban los atabales muy bajo, y los bailadores con ricas mantas coloradas, verdes y amarillas, que en las manos traían ramilletes de rosas, y ventanales de pluma y oro, y con los rostros cubiertos con papahígo de pluma, hechos como cabezas de animales fieros, se unieron en corros trabados de las manos , y los brujos en la cima de las pirámide, a un signo de los dedos de largas uñas negras de mi amante, clavaron sus dagas de pedernal en los pechos de las prostitutas, y las abrieron de teta a teta, y largo hasta el cuello, y con sus manos embarradas les arrancaron los corazones, y terminaron por cortarles las cabezas y amontonaron los cuerpos mutilados al lado de los canalizos de la pirámide por donde la sangre de las hembras se fue a regar el llano de polvo amansado donde la danza se avivó…¿Qué mundo era éste, donde la belleza de las cosas, la fraternal comunidad de las posesiones , el apego a la vida, convivían con estas ceremonias del crimen?”
El tema de los sacrificios humanos y otras costumbres bárbaras están muy documentadas en los libros arriba recomendados. Aquí en la novela el autor sólo recrea mediante sus personajes una actitud salvaje que representa el atraso de esas sociedades. Por supuesto que lo anterior no justifica la crueldad, el abuso, la explotación, el robo, la humillación y el exterminio con que se llevó a cabo la conquista. Literalmente en la novela se describe de la siguiente forma:
“Bastón de luces: cada espejo brillaba, y cada brillo era una terrible escena de muerte, degüello, incendio, espantable guerra, y en todas yo era el protagonista, yo era el hombre blanco, rubio, barbado, a caballo, armado de ballesta, de espada armado, con una cruz de oro bordada al pecho, yo era ese hombre que prendía fuego a los templos, destruía los ídolos, disparaba cañones contra los guerreros de esta tierras armados sólo ellos de lanzas y flechas, yo era el centauro que asolaba los mismos campos, las mismas llanuras, las mismas selvas de mi peregrinar desde la costa, mis cabalgatas atropellaban pueblos enteros, las ciudades eran reducidas a negras cenizas por mis antorchas iracundas, yo ordenaba el degüello de los danzantes en las fiestas de las pirámides, yo violaba a las mujeres, y herraba como ganado a los hombres, y negaba la paternidad de los hijos de puta que iba dejando en mi camino, yo cargaba a los pobres de esta tierra con pesados fardos y latigazos les ponía en camino, yo fundía en barras de oro, las joyas, los muros y los pisos del mundo nuevo; les contagiaba la viruela y el colera a los pobladores de estas comarcas, yo, yo, era yo quien pasaba a cuchillo a los habitantes del pueblo de la selva, esta vez no se inmolaban a si mismos y en honor de mí, el dios que regresó, la promesa del bien: esta vez yo mismo los mataba, yo mandaba a cortar las manos y los pies de los insurrectos, yo me hundía cargado de oro y cadáveres y llantos y tinieblas en los pantanos lodosos de una laguna que se resecaba cada vez que un cargador vencido por su peso, una mujer herrada en los labios, un niño parido en el desierto, caían, muertos, a las aguas: la laguna era un cementerio y yo emergía de ella, bañado en oro y sangre, a reconquistar una ciudad sin habitantes, un mausoleo de soledades.”
Así de doloroso y cruel fue el proceso del encuentro del viejo mundo con el nuevo. No obstante, Carlos Fuentes en la novela aborda puntualmente el tema de la memoria, la identidad y la mezcla de estas culturas. La tierra nuestra es lo que hoy conocemos como México, que, por cierto, en la época de la llegada de los conquistadores no existía México en el sentido de unidad, eran reinos y poderes autónomos que unos se disputaban el poder contra los otros, mas, nuestra identidad está marcada por el mestizaje. Somos producto de estos hechos que no tan sólo marcaron nuestra historia con tinta indeleble, sino que nos heredaron la esencia de lo que hoy somos. Nos guste o no, así es. Pensemos en nuestra lengua. Verdad es que se sigue haciendo el esfuerzo por preservar lenguas originales como el náhuatl. Empero, la mayoría de los mexicanos nos comunicamos con la lengua castellana. Con esta lengua pensamos, razonamos, nos comunicamos, escribimos, soñamos, sentimos, en fin. El propio Carlos Fuentes señaló que somos hijos de la mancha, naturalmente refiriéndose a nuestra lengua.
De manera general este es el tema abordado en: “El mundo nuevo”. Un mundo fantástico, impregnado de brujería, dioses, misterios, salvajismo. Un mundo que tenía un especial apego por la muerte, no por desaparecer, sino porque creían que era una nueva forma de vivir. Un mundo que, al chocar con el viejo mundo, el golpe lo noqueó y se derrumbó. Todo cambió. Este es el mundo heredado que nos tocó. No tiene caso quejarnos, sólo debemos aceptarlo y mejorarlo.
Finalmente, aquí es la tierra nuestra donde gobernaron Moctezuma y los virreyes españoles. La tierra donde nació mi abuelo producto de la mezcla de sangre española e indígena. Dos sangres que con los siglos se convirtió en una sola, la sangre mestiza que corre por mis venas.
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