¿Es una risa sardónica, una convulsión de los músculos de la cara que imita la risa o se trata de un rictus sarcástico, o una mueca tragicómica esbozada como consecuencia de la imposibilidad de vencer la realidad con sus decisiones suicidas? En 18 meses de catastrófica gestión de amlo, de su gabinete y de Morena, todavía no encuentro motivos para sonreír, por lo que me pregunto: ¿se está burlando del pueblo de México porque al fin alguien llegó a darle su merecido? Nunca he creído en las culpas absolutas, por lo que me cuestiono: ¿en dónde termina la responsabilidad de López Obrador y comienza la de una sociedad irritada pero resignada a su suerte al permitirle avanzar con singular eficacia en un acelerado proceso de destrucción de la economía y de la paz social, con el descarado apoyo del crimen organizado? Basta con ver las despensas que los narcotraficantes obsequian al pueblo depauperado.
Artículo de fondo
La tarea más difícil hoy en México es ser propositivo y evitar la polarización, aunque se tenga toda la voluntad para serlo.
El Presidente rechazó con agresividad las propuestas del sector privado para rescatar la economía. Ni siquiera va a recibir a los dirigentes de los empleadores del país. Si van a quebrar, que quiebren, dijo.
Falsea las cifras de la pandemia e insulta a los médicos que se juegan la vida para atender a los contagiados, en hospitales saturados y sin mayor protección ni instrumentos, porque no se compraron.
En lugar de oír a los exsecretarios de Salud que están hablando del tema y tienen prestigio internacional, los ofende y les atribuye dobles intenciones.
Sólo presta atención a un doctor ambicioso y frecuentemente charlatán que lo tiene embelesado.
De los casi siete millones de seguidores que el Presidente tiene en Twitter, el 61.1 por ciento son bots, respondió esa red a López Obrador, a la que el mandatario cuestionó con una calumniosa insinuación.
Es decir, casi cuatro millones de personas que no existen y están diseñadas para atacar a quienes, como en cualquier democracia, ejercen la crítica al poder.
Un ejército de millones de difusores de odio y rencor, programado por la Presidencia de la República o sus tentáculos para agredir y desacreditar. ¿Quién polariza en México?
Muy difícil ser propositivos cuando se falsean deliberadamente los datos de contagios y muertes por coronavirus.
Tres grandes medios de comunicación de influencia internacional exhibieron la farsa del gobierno de nuestro país con los números de contagios y muertos por coronavirus: The New York Times, El País y The Wall Street Journal.
La respuesta no ha sido rectificar, o un púdico lo vamos a examinar, sino agredir por conducto del vocero designado en la pandemia, Hugo López-Gatell, que dibujó una conspiración de esos medios en contra del gobierno mexicano.
Un Presidente preocupado por combatir seriamente los contagios llamaría a los exsecretarios de Salud para formar un consejo asesor y empujar todos en la misma dirección.
López Obrador no acepta sugerencias y pasa al ataque, agrede y falta a la verdad: “No miento, estamos levantando el sector Salud, lo dejaron en ruinas… con el Seguro Popular no había médicos ni medicinas, y sí mucha corrupción”.
Imposible omitir que miente. El IMSS se lo entregaron con números negros y al final del sexenio anterior se le inyectaron 73 mil millones de pesos en recursos financieros. El Seguro Popular daba cobertura a 54 millones de mexicanos.
En el actual gobierno se recortaron los recursos al sector Salud, y Pemex perdió en el primer trimestre el equivalente a cuatro años el presupuesto de la Secretaría de Salud.
Para los médicos, en la conferencia del viernes, el Presidente tuvo, literalmente, un mensaje de odio: “Antes los médicos sólo buscaban enriquecerse. Llegaba el paciente y le preguntaban: ¿qué tienes? Me duele acá, doctor. No, replicaba el doctor, qué tienes de bienes”.
¿Cómo ser propositivos así?
Algunos gobernadores lo han sido, como Alfaro, de Jalisco, y Rodríguez (El Bronco) en Nuevo León, entre otros.
La respuesta a sus propuestas fue obstaculizarles la adquisición de pruebas para el Covid-19 y de ventiladores. Les mandaron material inservible para uso médico y López-Gatell descalificó sus medidas (como el uso de cubrebocas obligatorio).
Resulta que Jalisco y Nuevo León, a pesar de sus grandes concentraciones urbanas, están en la parte más baja de la lista de contagios y muertes por coronavirus. Jalisco, en el 27 de contagios y lugar 30 de fallecimientos. Nuevo León, en el 22 de contagios y 28 de muertes.
Sucedió lo impensable: El Bronco salió más sensato que AMLO para enfrentar la pandemia.
En economía los empleadores han sido propositivos y les dan con la puerta en las narices, una y otra vez.
No responden porque en el sector privado hay una evidente crisis de liderazgo. Siguen proponiendo y el resultado es el mismo.
El Consejo Coordinador Empresarial organizó una Conferencia Nacional para la Recuperación Económica que concluyó con 68 propuestas para entregar al Presidente. Les dijo que no los va a recibir, los mandó con Graciela Márquez, y pasó al ataque:
“No puede ningún grupo imponer sus políticas, (eso) corresponde al Estado, al gobierno federal”. Así les fue a los propositivos. Si van a quebrar empresas, que quiebren, respondió el Presidente.
De 68 propuestas, ¿no hay una sola que sirva? ¿Ni una?
Siguió la embestida presidencial: “No habrá rescate para los potentados… a mí me eligieron para cuidar los dineros del pueblo”.
No hay manera de hacerlo entender que es necesario –como hacen en otros países– apoyar empresas viables para conservar los empleos y mantener vivas las cadenas productivas, que están formadas por personas.
Visto con realismo, no es asunto de hacerlo entender. No cree en la economía mixta.
Entre marzo y abril se perdieron 650 mil empleos.
¿Cuántos se van a perder en mayo? ¿Ochocientos mil?
Los empleadores se han equivocado al no explicar a los trabajadores recortados que se van a la calle porque el gobierno no apoya la subsistencia de las empresas.
Si no se ponen en guardia los van a linchar en unos meses, cuando el hambre apriete.
El gobierno transferirá a los empleadores la culpa de los desempleados.
Y con un ejército de cuatro millones de personas falsas en redes, programadas para difundir agresiones y rencor social, no hay manera de ser propositivos.
con información de: https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/pablo-hiriart/la-tarea-mas-dificil
La mayoría de periodistas no hemos dejado de salir a la calle a reportear y tener contacto con personas que podrían estar contagiadas.
En los primeros días de mayo el experimentado reportero Daniel Moreno Chávez, director de Animal Político, publicó en sus perfiles socio digitales un mensaje a su público para informar que había tomado una decisión difícil y que era la de reducir en 30 por ciento los salarios de sus periodistas para poder enfrentar la crisis económica ocasionada por la pandemia por Covid-19.
Fue un mensaje honesto y seguramente muy difícil de escribir.
A Daniel lo conozco en persona, nos llevamos bien y es un periodista a quien respeto y admiro y entiendo que tiene que asumir también su rol de directivo de un medio y su mensaje fue muy claro explicando que la empresa propietaria de las marcas Animal Político y Newsweek en Español, ha tenido problemas de solvencia por la baja en sus ingresos, que se ha venido agravando con la emergencia sanitaria.
Sin embargo, Daniel aclaró que esta reducción salarial no era una imposición y que cada periodista podía voluntariamente sumarse o no y además reiteró su compromiso de mantener la cobertura que han dado a la pandemia.
Animal Político no ha sido el único medio afectado. Muchos medios en el mundo enfrentan la misma situación. En México La Jornada y El Universal ya habían anunciado reducciones salariales para enfrentar la crisis económica que el coronavirus SARS-Cov2 ha ocasionado.
Son decisiones de empresas propietarias de medios, decisiones de empresarios y directivos que afectan a su plantilla laboral.
Y no solo afecta a periodistas, también afecta al personal operativo, administrativo y técnico de estas empresas; afecta a secretarias, mensajeros, prensistas, iluminadores, microfonistas, operadores de consolas, choferes, etc, etc.
Pero hay que destacar que los efectos en las y los periodistas sólo se han sumado a las de por sí precarias condiciones laborales que enfrentamos.
La falta de transparencia de las empresas de medios hace casi imposible conocer cuántos colegas tienen contratos de ley, con prestaciones, seguridad social, vacaciones, etc. No sabemos cuántos nos enfrentamos a la condición de contratos como prestadores de servicios; es decir, por honorarios y por tanto sin acceso a los beneficios que debería otorgar la ley laboral.
Más aún, al dedicarnos a una actividad esencial, la mayoría de periodistas no hemos dejado de salir a la calle a reportear y tener contacto con personas que podrían estar contagiadas por el coronavirus o ya padecer Covid-19.
Las empresas de medios no dotaron a sus periodistas de equipos de protección sanitaria para poder atender sus obligaciones de informar a la sociedad sobre esta realidad.
Al menos cinco periodistas y dos colegas que trabajan en oficinas de prensa han fallecido víctimas de esta pandemia.
En la última semana Ciro Gómez Leyva ha dicho públicamente que tres periodistas de su equipo en Radio Fórmula dieron positivo por Covid-19, pero ningún otro medio ha hecho ese ejercicio de transparencia.
Y es probable que haya colegas periodistas que puedan tener el virus en su organismo, pero no lo dicen por temor a perder su empleo, su única fuente de ingresos.
Esta es la otra pandemia que como gremio estamos enfrentando.
Las tres derrotas que ha sufrido López Obrador en una semana y media tienen la gran virtud de enseñarnos cuál es el antídoto para su autoritarismo: la unidad activa de los atropellados.
Quienes deberían tomar nota, si quieren frenar la destrucción económica que está en curso, son los empresarios.
Mientras no se den a respetar –por la influencia de unos pocos ganadores momentáneos con la 4T–, no habrá reversa en las decisiones disparatadas que llevan al país a la ruina, a las empresas a la quiebra y a millones de mexicanos al desempleo y a la pobreza.
Lo sucedido ayer con la ‘ley Bonilla’ es importante, además del hecho en sí, porque la unidad de voces en defensa de la democracia le recordó a la máxima instancia del Poder Judicial cuál es su papel.
Y al Presidente, que hay límites a su fiebre de acumulación de poder.
Fracasó el laboratorio morenista para extender el mandato de López Obrador en la Presidencia, cuando ayer la unanimidad de los ministros de la Suprema Corte rechazó prolongar tres años el mandato del gobernador de Baja California.
La decisión echó abajo un golpe constitucional que fue estimulado, avalado y financiado por un círculo de amigos del Presidente. No lo pudieron sostener.
Y provocó un justificado regocijo que nos recordó la exclamación del humilde molinero que derrotó a Federico el Grande en una causa judicial contra el monarca: ¡Aún hay tribunales en Berlín!
Perdió el intento de sentar un precedente para extender el periodo de AMLO.
En la construcción de esa aventura estuvieron manos cercanísimas al Presidente, como Ricardo Peralta, subsecretario de Gobernación, que desde la dirección de Aduanas (que ocupaba) negoció y sobornó (según reveló el presidente del Congreso de Baja California, quien habló de un millón de dólares) para dar luz verde a la reforma de la Constitución local.
Ahí estuvo, de lleno, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, que trató de pactar con el presidente del PAN, Marko Cortés, la aprobación de esa reforma. Disparó por la culata.
Luego la propia secretaria acudió, en representación de su jefe, a la toma de posesión del gobernador de BC, a quien le aseguró, en discretísimo diálogo, que la norma (aprobada por el Congreso del estado) iba a prevalecer.
En la maniobra estuvo el propio Bonilla, amigo íntimo de López Obrador, al que llevó a entrevistarse con los directivos de los Padres de San Diego.
Toda una conjura contra la democracia se vino abajo.
De ninguna manera es una victoria definitiva sobre el sector totalitario del gobierno.
Con el fallo no se curan la insensatez económica ni la desidia inhumana con que se enfrentó la pandemia, pero es una grata señal de que las instituciones están vivas.
Hay sectores de la sociedad que podrían dar la batalla, en sus ámbitos de competencia, para evitar la destrucción económica del país.
Los empresarios tienen músculo para hacerlo, y hasta ahora se comportan como súbditos que piden permiso en Palacio Nacional hasta para sacar un desplegado que llama a la concordia.
Otros sí se dan a respetar, porque toman en serio su representación.
Hace poco más de una semana el Presidente vio frustrada su toma del Poder Legislativo, cuando quiso imponer una ley que le otorgaba facultades plenipotenciarias para cambiar el Presupuesto a su gusto.
Falso que se suspendiera la sesión de la Comisión Permanente –que convocaría a periodo extraordinario del Congreso y votar esa ley– por recomendación de subsecretario de Salud, como dijo Mario Delgado, espadachín en jefe del proyecto presidencial.
Se suspendió porque la oposición se mantuvo unida. Ni un solo panista, priista, emecista o perredista se echó para atrás. Supieron decir no, argumentar, confrontar y derrotar la pretensión absolutista.
Con un solo legislador de oposición que negociara su voto o inasistencia, habría triunfado el golpe. No ocurrió. Aún hay sentido del decoro en los partidos.
Unidos, los médicos enrostraron al Presidente y su desprecio por esa noble profesión. Las federaciones y colegios de especialidades exigieron una disculpa pública de AMLO por haberlos tratado como hampones de bata blanca.
La opinión pública se puso del lado de los médicos y AMLO presentó, a regañadientes, a medias, una disculpa. La unidad y el sentido del honor se impusieron.
Tal vez los empleadores podrían tomar nota para saber cómo actuar cuando les rechazan todas sus propuestas.
Cuando el Presidente los regaña por no avisarle de sus convenios con el BID.
Cuando les dice potentados que no recibirán ayuda.
Cuando las malas decisiones del gobierno mandan a la quiebra a decenas o cientos de miles de empresas y a la calle a millones de trabajadores y empleados.
De decoro y de unidad hablamos al referirnos a los médicos, a los legisladores de oposición, a los ministros de la Corte.
Han tenido tres victorias sobre la embestida del Presidente, pero será una batalla diaria y de seis años.
López Obrador no entiende de colaboración, sino de subordinación.
De Pablo Hiriart
OPINIÓN / Uso de Razón / Pablo Hiriart / 06.mayo.2020 /
* El mayor riesgo de México es caer en manos de los cárteles de las drogas, lo que ya está sucediendo por la desidia e indolencia del gobierno.
La crisis económica traerá la mortandad de decenas de miles, o cientos de miles de empresas, porque el gobierno dejó a su suerte a los emprendedores y a sus empleados que levantaron hoteles, restaurantes, fábricas y negocios.
¿Quiénes van a tener los recursos para comprar esos hoteles, esos restaurantes y esas fábricas o negocios?
Los cárteles del narcotráfico. Al menos una buena parte, para legalizar sus ganancias de las drogas, la extorsión y el secuestro.
Desde luego el gobierno, con su proyecto estatista y anti sector privado, va quedarse con empresas que no puedan pagar sus impuestos porque la 4T no les dio ninguna facilidad fiscal para sobrevivir.
Pero el gran ganador será el narco, que adquirirá a bajo precio fuentes muy valiosas para el lavado de dinero.
El total desinterés de López Obrador por combatir a los cárteles los ha empoderado como nunca, y México se convertirá en una gigantesca lavandería de recursos provenientes de actividades criminales.
Roberto Saviano, el periodista italiano de fama mundial por su conocimiento del modo de operar del narco, escribió el domingo, con explícitas referencias a México, que “por cada empresario sano en riesgo de bancarrota, hay un clan dispuesto a invertir con inyecciones de capital”.
Nuestro Presidente le está entregando en bandeja de plata el país a las bandas del narcotráfico, y lo están tomando, como hemos visto en videos y noticias de estos días.
“Donde no llegue el Estado, llegarán las mafias”, apuntó Saviano.
Y López Obrador, hábil en muchas cosas, pero que no está capacitado para gobernar un país, dijo el jueves reciente en su conferencia matutina, para justificar la falta de apoyos al sector privado:
“Si quiebra un comercio, ni modo que acuda al gobierno para que lo rescate. No, ahí ve cómo le hace”.
Bueno, si quiebra uno, el problema es del dueño del negocio. Pero si quiebran decenas o centenares de miles, el problema es de todos, empezando por el gobierno.
Eso no lo entiende el Presidente, un radical anti-IP.
Donde no llegue el Estado llegarán los cárteles del crimen organizado.
Y lo estamos viendo. El martes 21 entraron ochenta hombres armados, en 25 camionetas Lobo con el logo del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), a Valparaíso, Zacatecas.
Con el rostro cubierto y vestidos de negro se pasearon por la ciudad, convivieron con la población, exhibieron su armamento de alto poder, recibieron muestras de apoyo de la gente y ofrecieron su respaldo, “lo que se ofrezca, raza, ya saben”.
Así en Zacatecas, en Sinaloa, en Jalisco, en Tamaulipas… Reparten despensas, juguetes, propaganda. Y no encuentran autoridad que los detenga.
Aún no asimilamos lo que significa que el Presidente se lleve con los narcotraficantes –aunque él no lo sea– con una cordialidad impropia de un jefe de Estado.
Los cárteles se han empoderado, matan a más gente que nunca antes: 35 mil 588 homicidios cometieron el año pasado y no se les persigue.
Con la cuarentena no han dejado de matar: hemos tenido los meses más violentos de la historia.
La indiferencia del gobierno federal les ha permitido adueñarse de amplias regiones de Guanajuato, lucrar con el huachicol y asesinar como les venga en gana, a pesar de los heroicos esfuerzos de la policía estatal.
Era una percepción extendida que el Presidente tenía simpatías hacia los capos del narco, y con dos acciones despejó dudas: soltó a Ovidio Guzmán, hijo del Chapo, cinco horas después de haber sido detenido en Culiacán.
Y para el cumpleaños de Ovidio fue al ejido donde vive la familia del narco y compartió una taquiza con los lugareños, además de ir a saludar a la mamá del preso más famoso de Estados Unidos.
Hubieran dicho que “pacificar el país” consistiría en entregárselos a los narcos, y que habría más violencia y mayor impunidad.
Con la caída de -7 por ciento de la economía que se pronostica para este año, un millón 400 mil personas con empleos formales quedarán sin ingresos y no hay ningún programa social que los cubra a ellos y a sus dependientes.
Más los que están en edad de trabajar y no van a encontrar empleo, porque no habrá. Y los informales.
¿De dónde van a tomar recursos para comer y sobrevivir? En el gobierno no habrá contrataciones, el sector privado, sin apoyo, tampoco va a contratar. ¿Entonces?
Un porcentaje de esa población entrará a trabajar en la economía criminal.
Las mafias serán las grandes ganadoras de la desastrosa política económica y social del gobierno. La inseguridad se va a disparar. Ya está ocurriendo.
Mientras, los desorientados porristas de AMLO en los medios y en las redes exprimen su atrofiado ingenio para acusar, ¿y qué tal García Luna? ¿Por qué no dijeron nada de García Luna?
Ven todo, empezando por López Obrador, como una guerra de propaganda. Es enfermizo.
García Luna está preso en Estados Unidos acusado de haber protegido al Chapo. Si la hizo, que la pague. Y este gobierno, que ahora dice que conocía esos supuestos nexos, no lo detuvo.
El episodio de García Luna –aún si fuera culpable– no convierte a México en un narcoestado.
La tolerancia y simpatía del gobierno hacia los cárteles criminales, sí nos llevan en esa dirección.
Mas aún cuando el Estado se repliega: las mafias ocupan ese lugar vacío. Va a suceder con un sector de la economía que el gobierno deja morir. Habrá quienes la tomen en sus manos.
Con información de EL FINANCIERO
Desde el Café
No son iguales… pero parecen gemelos
Bernardo Gutiérrez Parra
El escándalo de los ventiladores que Manuel León Bartlett Álvarez vendió al IMSS con un sobreprecio de entre el 80 y 85 por ciento, sacó de sus casillas a Andrés Manuel López Obrador que no tuvo empacho en volver a mentir: “Quien sea acusado de actos de corrupción, de cualquier ilegalidad tiene que ser investigado, sancionado y no debe de permitirse la impunidad. No somos iguales a los gobiernos de antes, a veces calienta porque nos confunden, pero no somos iguales, nosotros llegamos aquí para limpiar de corrupción el gobierno, para desterrar la corrupción”.
Puede que no sean iguales, pero cómo se parecen.
Con lo pichicato que es Andrés Manuel para soltar dinero y con el control que tiene sobre los contratos, el del hijo del director de la CFE tuvo que haber pasado forzosamente por su escritorio; forzosamente.
El presidente tuvo que haberlo visto, tuvo que saber que era por adjudicación directa y tuvo que haberlo palomeado porque de otra manera nadie lo habría autorizado. Así que no venga con cuentos.
Su impaciencia por acabar con la corrupción se está volviendo una obsesión patológica, pero ni viviendo veinte vidas lo logrará porque la corrupción es un mal endémico. Así como hay hombres y mujeres buenos, honestos y trabajadores, así también hay transas, ladrones y corruptos.
Y los hay en todos los países porque la corrupción es una pandemia mundial incurable. Sólo que en naciones como Nueva Zelanda y Dinamarca los buenos son mayoría en relación a los malos. En México es a la inversa. Si antes los ladrones y corruptos eran priistas y panistas, ahora siete de cada diez miembros de la 4T son corruptos y ladrones. Y aquel que lo dude que se dé una vueltecita por Veracruz.
Alguien debe decirle a Andrés Manuel que nadie, en ninguna época, ha acabado con la corrupción; lo único que han hecho es inhibirla. Si piensa que será la excepción a la regla y pasará a la historia como el hombre que acabo con ella se equivoca. Y se equivoca porque cuando llegó al poder lo hizo acompañado de un grupo de corruptos, no sólo de su mismo partido, sino de partidos de oposición que no se purificaron cuando se pasaron a Morena.
Cada vez que dice que la corrupción ya se acabó y que los corruptos no tienen cabida en su gobierno, se muerde la lengua. ¿Qué son (por poner dos ejemplos) Manuel Bartlett y Ana Gabriela Guevara? ¿Hermanitas de la caridad?
Andrés Manuel “instruyó” a la secretaria de la Función Pública Irma Eréndira Sandoval a que “investigue” el asunto del hijo de Bartlett y lo que hará la mujer será esperar línea del propio AMLO. Si este baja el pulgar, Bartlett Álvarez quizá sea inhabilitado, pero si ordena que no lo toquen, Irma Eréndira tendrá que hacer las mismas maromas que hizo con Bartlett papá, es decir, buscará cualquier resquicio legal para absolver al junior a fin de que se siga despachando con la cuchara grande.
Si Andrés Manuel es incapaz de echarse a la bolsa un peso que no sea suyo, se corrompe por omisión y aceptación al mirar hacia otro lado mientras algunos de sus funcionarios se corrompen a lo bárbaro.
Y no sólo hay secretarios corruptos en Morena, también hay legisladores federales y locales, alcaldes, síndicos, regidores, directores, subdirectores, gobernadores y canchanchanes de los gobernadores metidos en el ajo. Y Andrés Manuel que tiene todo el poder debe saberlo muy bien.
¿Que no son iguales a los anteriores corruptos? Por Dios, nomás basta verlos de lejos para jurar que son gemelos.
bernardogup@hotmail.com
Pláticas en el encierro 4*
Entrevista al Dr. Edgar Ocampo Téllez
Crónicas Ausentes
Lenin Torres Antonio
-México entre dos crisis, la sanitaria y la petrolera, por lo que se hace necesaria una reflexión seria e información cierta tanto de las condiciones en que México afronta la crisis sanitaria del coronavirus como la crisis petrolera. La historia de México no se puede concebir sin el tema petrolero. Últimamente paralelamente a la crisis sanitaria del COVID19 se ha venido hablando de la crisis petrolera que vive el mundo, desde esta perspectiva Dr. Edgar, que por cierto es un académico reconocido, que por mucho tiempo ha investigado el tema petrolero, ¿qué significado tienen la crisis petrolero para México?:
-Para poner en contexto la situación, hay que entender que es una crisis global, una crisis planetaria, el petrolero mueve todo, no es una crisis que le pegue únicamente a los países productores de petróleo, es una crisis que le pega al sistema de esta sociedad moderna, somos una sociedad que fue creada con base en la explotación intensiva de los hidrocarburos, fundamentalmente del petróleo. Todo el transporte mundial depende del petróleo, , y lo que el covid19 le está haciendo es afectando a la movilidad mundial, todos los autos están parados, todos los aviones están parados. El problema que tenemos, es como dos trenes que están en la misma vía a velocidades muy altas, exactamente en la dirección opuesta, por un lado, tenemos a una sociedad que fue creado con base en el petróleo, que todo funciona en base al petróleo, en general, los combustibles fósiles dominan como fuentes de energía a nivela planetario, aportan el 80% de la energía mundial, de ahí tenemos el 7% la madera utilizada de forma tradicional en regiones rurales, la hidráulica aporta el 4% y la nuclear que aporta el 2%, entonces la movilidad está basada en el petróleo y el covid19 está afectando a la movilidad, justamente es a la industria petrolera a la que más está afectado el covid19, todos los autos están parados, todos los aviones están en el suelo, los barcos ya no están cruzando los mares como lo estaban haciendo, los trenes tampoco están en movimiento, y eso implica una reducción en el consumo de los combustibles, como las gasolinas, las naftas, la turbosina para los aviones, el diesel que se utiliza en el transporte pesado, las refinerías no puede colocar ese tipo de combustibles en el mercado, no tienen ya donde almacenarlo, por lo tanto, han parado la recepción de crudo, y esto conlleva que los países productores en este momento no tienen dónde colocar su petróleo, y cerrar la producción petrolera no es tan fácil, no es así cómo lo hacemos en nuestras casas qué vamos cerrar la llave y lo hacemos y se acabo, no es tan fácil, implica inversiones muy fuertes, de largo plazo, de largo aliento que no pueden ser cerradas tan fácilmente. Lo vimos es que en estas primeras semanas de inmovilidad, la capacidad de almacenamiento de crudos y de combustibles permitió más o menos controlar los primeros momentos de la angustia del mercado petrolero, pero en el mes de abril se volvió crítica la situación, por eso vimos que el 20 de abril en Cushing Oklahoma el precio del barril de petróleo llegó a un nivel nunca antes visto, menos cuarenta dólares, o sea los tenedores de futuros del barril de petróleo de West Texas International tenían que pagar 40 dólares para deshacerse de sus títulos, porque el martes 21 de abril, lo que ocurrió ahí es un simulacro de lo que va a ocurrir en las próximas semanas. La reducción, este paro brutal de la movilidad, porque todo el mundo está en casa, nadie sale, nadie viaja, nadie se mueve, ha implicado una reducción, una contracción de la demanda de petróleo de más o menos 30 millones de barriles al día, el mundo consumía más o menos en noviembre de 2019 100 millones de barriles de petróleo todos los días, de esos 100 millones, Estados Unidos aportaba 13 millones diarios, Rusia 10 millones diarios, Arabia Saudita 10 millones diarios, y así tenemos una serie de países, Irak, Irán, Kuwait, etc., que aportaban entre 3 y 4 millones de barriles de petróleo diariamente, una reducción tan rápida, tan brutal en un lapso tan corto no le permite a la industria petrolera ajustarse rápidamente, México es de los países petroleros menos afectados porque no tenemos una gran producción de petróleo, no tenemos ese problema de colocar en el mercado el petróleo volúmenes tan impresionante como lo hace Arabia Saudita, Rusia o los Estados Unidos, entonces tenemos una dinámica un poco diferente. Pero en sí el covid19 está afectado a la movilidad mundial, y está afectado a la industria más, aunque no nos guste ni estemos a favor de esta industria malévola, importante que es la industria petrolera, que nos provee la movilidad a nivel planetario, y ese es el problema. En México estamos sintiendo los efectos un poco después de lo que se está viviendo en los otros mercados, sin embargo toda esta disrupción que ocurrió en los mercados internacionales provocó el desplome de todos los crudos, el crudo mexicano está en 6 dólares, el canadiense está en 2 o 3 dólares, cuando en realidad el costo de producción está por arriba de los 25 dólares a nivel general, es decir las regiones más baratas del mundo cuesta 25 dólares y las más caras, como en Canadá, cuesta entre 60 o 70 dólares producir un barril de petróleo, en estos momentos la industria petrolera se está demoliendo, está siendo totalmente abatida, se está derrumbando, y es justamente la que provee la posibilidad de la movilidad.
-Dr. Edgar Ocampo, cuando nos habla de la dependencia y consumo que tiene el mundo del petróleo, que rondaba entre los 100 barriles diarios, y la contracción que ha sufrido la demanda de petróleo de más o menos 30 millones de barriles al día provocada por la inmovilidad planetaria a causa de la crisis sanitaria del coronavirus, son elementos que ignoramos cuando se habla de la crisis petrolera, y que además ésta es una crisis global, en ese sentido, ¿estamos hablando que un mundo se puede colapsar y puede entrar en recesión económica a partir de una crisis petrolera?
-Sí, es un escenario que debe ser considerado, en estos momentos no podemos desestimar ningún escenario, me parece que todas las naciones deberían establecer protocolos de reacción ante éste tipo de escenarios de colapso, el paro de la movilidad a nivel planetario en un breve tiempo de dos o tres meses le está afectando al sector petrolero de manera brutal, lo va a destruir, más o menos entre el 30% o 40% de esta industria petrolera, que nos permite la movilidad, va a quedar totalmente destruida, y estoy siendo mesurado en mis cálculos, podría ser hasta el 50%. El problema que tenemos es que cuando la pandemia pase y la economía mundial retome su vigor, la industria petrolera no esté a la altura, entonces haya un déficit o una escases brutal de petróleo, y ese es un riego muy grave, porque todo depende del petróleo. Uno de los sectores que más me preocupa en su dependencia con el petróleo, es el sistema agroalimentario, todo el sistema agroalimentario mundial es básicamente una máquina que transforma las calorías del petróleo en alimentos, desde que tu mueves el suelo, desde que tu lo fertilizas, entran en juego máquinas que consumen combustibles fósiles, que están hechas a base de derivados de combustible fósiles, mangueras, empaques, aceites, fluidos, llantas, todo tiene que ver con el petróleo, luego cosechar, luego transportar los alimentos requieren cantidades colosales de petróleo, refrigeración, el hecho que se puedan transporte los alimentos a los supermercados, los puntos de ventas, donde la gente con automóviles que también consume derivados del petróleo, vayan a comprarlos a y regresen a sus casas, y que tengamos refrigeradores para poderlos almacenar, y luego gas para poderlos cocinar, todo el sistema agroalimentario es básicamente una maquina que transforma calorías del petróleo en calorías de alimentos, se requiere más o menos 10 calorías de petróleo por cada caloría de alimentos que llega a nuestra mesa, ese es el sector que más me preocupa y que más puede ser afectado. Cómo está leyendo la industria petrolera la situación, la industria petrolera como no está siendo apoyada, va a ser apoyada en su momento, pero en este momento no la están apoyando, la industria está tomando medidas, la industria piensa toda la capacidad mundial de almacenamiento de crudo y de combustible está totalmente saturada, y ese almacenamiento que ronda los 4500 millones de barriles va a quedar ahí después de la crisis, y esa cantidad de almacenamiento va a tener que regresar al mercado y va a ser una competencia fuerte con los productores de petróleo, entonces los productores de petróleo no pueden meter el acelerador hasta que se agoten sus inventarios, en estos momentos son sobre inventarios, ese es por un lado, y por otro lado, las empresas petroleras están analizando que la crisis del covid19, esta terrible pandemia, y todas las medidas, van a afectar brutalmente la economía, por lo tanto la economía va a caer, no va haber tanto consumo de combustible, por lo tanto, no va haber tanta demanda de petróleo, entonces las empresas petroleras están haciendo ajustes muy rápidos, están despidiendo de forma masiva al personal, están recortando inversiones, están cancelando proyectos, y están parando las actividades, quiere decir que si la economía mundial llegará a tener una respuesta después de esta emergencia hacia el crecimiento, es muy probable que la industria petrolera no esté ahí para acompañarla, entonces tengamos un segundo golpe que va a ser un incremento brutal de los precios del petróleo, porque las compañías están pensando que la demanda va a estar baja y están tomando medidas muy drásticas, desde mi punto de vista medidas demasiadas drásticas, entonces cuando se recupere la economía, si la industria petrolera no está ahí, si nadie la va a apoyar, no vamos a tener ese combustible que permite la movilidad, ese es el riego a que nos enfrentamos.
-Dr., cuando se declara la pandemia del covid19 por parte de la OMS, hubo países que tardaron más tiempo en parar su economía, y aplicar la inmovilidad a la población, por ejemplo, España se resistió muchísimo, entre otros. En México permanente hubo una presión de la oposición al gobierno de la república que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador, cuestionándolo por qué no paraba la economía, estas presiones también se dieron en los Estados Unidos, después de escucharlo podemos responder que no es fácil tomar estas decisión, porque implica desmovilizar la ciudadanía, y en una mundo donde la economía depende de esta movilización, para Usted ¿qué hubiera sido lo más racional ante estas emergencias sanitarias y económica, y si el mundo pudiera haber tenido las herramientas tanto intelectuales como de políticas públicas para enfrentarlas?
-El covid19 ha detonado o acelerado todas las crisis iniciatorias que ya estábamos empezando a visualizar, crisis ambiental, crisis del agua, crisis poblacional, crisis de los recursos energéticos, crisis de los recursos naturales, la especie humana después de la 2 Guerra Mundial empezó a desarrollarse de manera exponencial como un virus, como si fuéramos exactamente un virus, poblamos todo el planeta, lo arrasamos, lo destruimos, pusimos a nuestra disposición toda la biodiversidad, todo los recursos naturales, los ecosistemas los dañamos, abrimos minas, instalamos infraestructura industrial para nuestro servicio, carreteras, etc., no tuvimos como especie un sentido de la regulación, un sentido de la sobriedad, en el sentido de que no podemos ir más allá porque estamos pegándole a lo que nos sustenta. En especial de todas esas crisis iniciatorias de las que te hablo, del agua, del medio ambiente, de los bosques, de los mares, de las emisiones del CO2, a lo que me he dedicado es a la finitud de los recursos de los combustibles fósiles, porque esta sociedad fue creada con base a la explotación y al uso intensivo de los combustibles fósiles, petróleo, gas y carbón. Desde hace unos veinte años surgió la idea ingenua que podíamos sostener esta colosal sociedad con base en las energías renovables y eso es absolutamente falso. Las renovables no nos van a sacar del aprieto, las renovables ha sido un paliativo, un distractor, para pensar que ahora si podemos ser respetuosos con el medio ambiente, y no es así, porque las renovables son una extensión tecnológica de los combustibles fósiles, porque cada pieza de estas energías renovables como la eólica, la solar, la hidráulica, la geotérmica, la biomasa, requieren de insumos colosales de combustibles fósiles, le seguimos pegando al planeta, no hemos recapacitados en el sentido que estamos llegando a los límites de nuestra capacidad de crecimiento, seguimos pensando que el confort va a seguir siendo el mismo, ahora con las energías renovables. Ya nos encontrábamos en una exacerbación de estas crisis iniciatorias, ya las veíamos, ya las estábamos viviendo que estaban llegando a la cúspide y llega el covid19, y el covid19 lo único que hace es acelerarlas, detonarlas y enfrentarnos a esta cruda realidad, el covid19 lo que hace fundamentalmente es destruir la economía, si hiciéramos un ejercicio mental, pensando que no existiera el covid19, pero que las medidas del covid19 están ahí, estamos cerrando hoteles, estamos cerrando restaurantes, estamos cerrando centros vacacionales, estamos cerrando el comercio, estamos cerrando la aviación, todo el transporte, la economía se está demoliendo, estamos más atento al problema del covid19, pero la realidad lo que está ocurriendo es la demolición de nuestra economía, y esa economía está impactando al sector que provee la energía para la movilidad, y no se están generado los protocolos para reaccionar a una situación así, y en caso que se generaran los protocolos para reaccionar a una situación así, esos protocolos van a ser creado para seguir en esta normalidad absurda que está llevando al colapso al planeta. Creo que la crisis del covbid19 nos debería permitir hacer una gran reflexión de lo que estamos haciendo con el planeta, y pensar que debemos ser una especie más sobria en relación con la tierra, con los ecosistemas, con la biodiversidad, respetando los ciclos naturales del planeta, y no seguir con esta obsesión absurda de crear confort, porque ahora que queremos cambiar los autos de combustión interna que funcionan con gasolinas por automóviles eléctrico, les doy una noticia, los automóviles eléctricos son peor, son más agresivos con el medio ambiente, por las materias primas con las que son fabricados, cobalto, grafeno, litio, etc., no va a cambiar en lo absoluto la situación, lo único que puede cambiar es hacer una gran reflexión, y ser más sobrios, más austeros, y empezar a tomar la decisión, que creo que Holanda empieza hablar de eso, uno de los países más desarrollados de Europa, se están haciendo el planteamiento de decrecimiento, es decir, vamos progresivamente a bajarle a nuestro colosal consumo, que considero obsceno, y seamos más rurales, más austeros, más en contacto con la naturaleza, ya hay muchos proyectos que ya se están desarrollando de premacultura, de agro ecología ,de comercio local, de restauración de suelos, bosques, ríos y litorales, etc., en vez de seguir pensando en comprar el último Ferrari eléctrico que va a ser cargado con energía eólica, eso es falso, son las grandes empresas monopólicas “renovables” que tienen exactamente el mismo comportamientos que las empresas petrolera tuvieron durante más de 100 años, es la invasión industrial del territorio por las infraestructuras renovables de la eólica y la solar, se tiene que desforestar, se tiene que desplazar a las comunidades, se tiene que agredir el suelo natural y rural, y no cambia en lo absoluto la situación, no vamos a mejorar con las energías renovables, lo único que puede mejor es reducir nuestro consumo, ser más humildes, pero somos la especie energivora más soberbia que hay sobre el planeta, y el covid19 nos ha venido a poner de rodillas, y a afectado justamente nuestro piedra angular que es la movilidad, nos encerró en casa, no nos deja usar el auto, no nos deja subir a los transportes, no nos deja subir a un avión, no podemos tomar cruceros, no podemos ir a las playas, le está pegando justamente a la plataforma base más importante de esta sociedad que es la movilidad, y mucha gente no lo entiende, y el impacto va a ser tan brutal que no vamos a regresar a los niveles que teníamos en noviembre del 2019, creo que la sociedad va a comenzar a entrar en un decrecimiento forzado por toda esta situación del covid19.
-Dr., cuando toca el tema que hay un desequilibrio de esa armonía con la naturaleza, como se ha situado el hombre como algo artificial a esa physis que está ahí, y nos situamos más allá de esa naturaleza, incluso en muchas ocasiones de una manera arrogante y pedante hablamos de defenderla, y siempre con un discurso retórico y de simulación, todo a partir de una narrativa que nos ha construido, algunos queriendo y otro no queriendo, el sistema neoliberal. Cuando usted habla que tenemos que aprender a limitar nuestros excesos, a bajarles unos rayitas a nuestra idea de mundo y sociedad, y al pensar que la única manera de ser feliz en éste mundo es subirnos a esos carriles de alta velocidad con nuestros automóviles y celulares de última generación, sitúan al hombre en esa paradoja, en esa contradicción, que nos ha llevado a ese terreno que Usted está poniendo el dedo en la llaga, si queremos volver a esa misma idea de mundo y sociedad, de los fines de la vida de esa narrativa neoliberal, sin darnos cuenta que estos significa tarde que temprano la aniquilación. Lo que me preocupa es que la sociedad no ha encontrado o construido una narrativa alterna a la del sistema neoliberal, o cuando menos ejerza una crítica exhaustiva de los fines de la vida. Cuando hablamos que nos paró en seco un microorganismo, detuvo nuestra arrogancia, y nos sitúa ante una situación límite. Si estamos hablando que la economía ya venía colapsándose, yo creo que aquí cabe muy bien volver al respeto de esa armonía con la physis, y evitar esa dependencia esquizofrénica de los combustibles fósiles. Cabe observar como el recorrido del coronavirus le está pegando a esos centros arquetipos de las sociedades modernas, de la movilidad, de la opulencia, del hedonismo, están siendo trastocados, violentados. Los intentos por hacer frente tanto al covid19 como a la crisis petrolera, hace poco en el caso de la crisis petrolera se firmo un acuerdo de reducir la producción de petróleo. Al respecto, ¿ve suficiente ese acuerdo o tardía?
-Voy a tratar de contestar tus preguntas desde la última hasta la primera que me hiciste, porque mencionaste varias veces neoliberalismo, y eso es importante. Los acuerdos que se han tratado de realizar para la reducción de petróleo son en realidad una especie de guerra destructiva contra los enemigos, contra tus competidores en el mercado, así vemos como Arabia Saudita sabe muy bien que tiene un colchón entre 14 a 16 dólares del costo de producción, y puede aguantar a pesar de perder, y Rusia también, quien no puede aguantar un precio de 20 dólares es Estados Unidos, todas las empresas, que son o menos alrededor de 9000 que se dedican a la explotación de petróleo y de gas en los Estados Unidos, todas quiebran con un precio de 20 dólares, en estos momentos está el WTI (West Texas International) de petróleo en 13 dólares el barril, ni siquiera está en 20 dólares, entonces los árabes y los rusos habían estado absorbiendo después de varios años el incremento constante de la producción de los Estados Unidos. La técnica de explotación del petróleo en los años recientes en los Estados Unidos se basa en la técnica fracking, esta controversial técnica que causa mucho daño ambiental, y que es muy intensiva en el uso del agua, de químicos que se inyectan al subsuelo, pero es una técnica no rentable, desde el 2008 la comenzaron utilizar y la producción de petróleo de los Estados Unidos comenzó a crecer, y empezó a invadir los mercados internacionales, primero el americano desplazando las importaciones de Arabia Saudita y de otras naciones, hasta llegar a exportar, entonces para regular, más o menos desde el 2016, el mercado internacional, Arabia Saudita y Rusia se habían puesto de acuerdo y la OPEP para ir bajando sus cuotas de producción para que no colapse el precio del petróleo, en esta ocasión tanto los árabes como los rusos aprovecharon la ocasión para destruir la industria americana del fracking, entonces simularon un pleito, una guerra de inundar el mercado del petróleo, entonces el precio se colapsó, el precio del petróleo árabe de menos de 20 dólares es una bomba atómica para los Estados Unidos. Para el caso particular de México, lo crítico es que todo el gas viene de Estados Unidos, y si la industria petrolera de Estados Unidos colapsa México estaría en una situación crítica, muy precaria, porque desde que se hizo la reforma energética 2012-2013 neoliberal, que abrió los hidrocarburos a la inversión privada, lo que hicieron fue conectarse a la explotación del fracking, ante esa situación México puede sufrir apagones y problemas de gas. Los acuerdos que se han llegado para paliar la crisis petrolera son ridículos, son absurdos, necesitamos reducir 30 millones de barriles al día, y lo que se puso sobre la mesa la OPEP, donde también participó México, fueron 10 millones, y no sirve para nada, no va a frenar la saturación del mercado, y el paro total de flujo de petróleo, y eso es lo interesante cuando se sature la capacidad de almacenamiento mundial se tengan que cerrar pozos petroleros forzosamente, sin acuerdos, todas las empresas tendrían que verter el petróleo a los ríos, a los terrenos, a los mares, y no creo que hagan eso, y tendrán que cerrar pozos, aunque cerrar un pozo petrolero no es tan fácil, implica operaciones muy especializadas para cerrarlos y abriros después. El problema que tenemos aquí, más que la situación coyuntural, lo que tenemos que analizar son las leyes generales que condicionan todo el comportamiento de lo que estamos viviendo, personalmente desde el 2004, 2005, empecé a entender que hay unas leyes básicas que condicionan nuestro comportamiento a la hora de aprovechar la energía, siempre necesitamos más energía. Desde que la humanidad empezó a desarrollarse en el área industrial, la característica es que cada día necesitamos más energía. Las energías renovables que se han propuestas para sustituir a los combustibles fósiles, es falso, no sustituyen, solamente se están agregando al colosal consumo de energía que estamos viviendo, entonces, hay leyes que condicionan todo lo que estamos haciendo, y no por meter renovables vamos a cambiar esas leyes, la única forma de modificar esas leyes es entendiéndolas, y tomando medidas para modificar esas leyes, es decir, no debemos generar energías a partir de otras, lo que debemos hacer es reducir el consumo de energía, pero eso implica decrecer, y a nadie le gusta decrecer, eso significa dejar el auto, debemos utilizar el transporte público, debemos utilizar la bicicleta, debemos de caminar, debemos evitar viajar hasta el otro lado del planeta para visitar zonas místicas, exóticas, y conformarnos con hacer turismo local, pero quién quiere hacer eso, nadie lo quiere hacer eso. Cuando se explica el problema desde esas implicaciones, la gente reacciona mal, la gente dice que eso no es posible, y que todo se va a recomponerse. Durante este confinamiento me nació la reflexión justamente, de como la especie humana es ciega al ver los riesgos a los que se está enfrentando, escribí en mi muro un término que se llama narcisismo antropocéntrico, que lo defino así, es el instinto soberbio del ser humano de reconocerse supremo e inmune a cualquier amenaza, “se va acabar los combustibles fósiles y va a colapsar la humanidad, no, eso no es real”, pese a saber que los combustibles fósiles son finitos y se van a agotar, y respecto a la industria petrolera me dicen que el petróleo nunca se va a acabar, “hay petróleo para miles de años” y eso es absolutamente falso. Lo que tenemos con el petróleo es que la parte más fácil ya se acabó, hemos agotado después de 100 años, con una extracción sistemática lo mejor, lo que podríamos llamar “la carne maciza”, nos queda la otra mitad, lo que llamaría “el hueso”, y es donde está el fracking de los Estados Unidos, que es el peor petróleo del mundo, nos queda el petróleo polar, el petróleo de Alberta Canadá, petróleos pesados, petróleo muy difícil de explotar, como el que está en Venezuela, en la Cuenca del Orinoco, incluso, te dicen que hay mucho petróleo en las aguas profundas, pero el peor petróleo que queda, nos va a costar más trabajo sacarlo, nos va a costar más maquinaria, más gente, más todo, y cuando haces una suma de todo esos que estás gastando y lo traduces en energía, hablamos de tasa de retorno energético, esa es una de las leyes fundamentales que nadie está observando, hace 100 años cuando comenzamos la extracción de petróleo, y la gente iba con sandalias, en burro, y llevaban mecates, no iban en vehículos, se invertía 1 barril de petróleo para sacar 100 barriles de petróleo de energía, en estos momentos estamos en una relación de 1 barril invertido para sacar sólo 5 barriles, esa tasa de retorno energético que es una ley que condiciona todo el proceso del aprovechamiento de la energía se está deteriorando a un ritmo brutal, y por eso el fracking es el más caro del mundo, y luego vienen a decirnos que están las renovables para continuar con esta obscena orgía de consumo de energía. Con el narcisismo antropocéntrico el hombre entra en negación, es un mecanismo de defensa característico de la especie humana que le impide reaccionar a las amenazas que ponen en riesgo su existencia.
* https://www.facebook.com/lenin.torres.90813/videos/659072578215064/
Semblanza: E D G A R O C A M P O T É L L E Z ocampo@inergy.lat www.inergy.lat 55 7334 3510 • Es Asesor en energía en el Senado de la República. • Es profesor invitado en la UNAM en diplomados de energía en temas de hidrocarburos, electricidad y energías renovables. • Es profesor invitado en el ITAM en el Diplomado “Programa Ejecutivo de Inversiones en Energía para Alta Dirección” en temas de hidrocarburos y electricidad. • Es profesor de Asignatura en la Universidad Politécnica de Energía de Hidalgo. • Colaboro en 2015 en la obra editorial “Reforma Energética y Desarrollo Industrial” de la UNAM, con el artículo “Niveles de Producción de Petróleo de México; Diferentes Escenarios”. • Colaboro en 2017 en la obra editorial “México 2018, La Responsabilidad del Porvenir” de la UNAM y el Colegio de México, con el artículo “Activos Energéticos y Desarrollo.”. • Ha publicado artículos en temas de energía en las revistas “PetroQuimex”, “Energy & Commerce”, “Energía a Debate” y “Petróleo y Electricidad”.
2020-04-16 – 10:47
En las últimas semanas hemos hablado de las buenas, regulares y malas acciones de la sociedad civil mexicana frente a la pandemia que azota al mundo, ahora es necesario abordar las decisiones de nuestro gobierno. Particularmente las que más nos competen son las que corresponden a las materias de salud y economía. Aunque no son los únicos sectores afectados, son los más relevantes por el daño que sufrirá el país y por ser las vías de recuperación de mayor peso.
Hablando de salud, creo que ha sido evidente que el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, ha hecho un buen trabajo; no diría sobresaliente ni nada similar, pero al menos bueno sí ha sido. Digo, tomemos en cuenta que el secretario de esta dependencia, Jorge Alcocer, no ha dicho ni hecho absolutamente nada más que cobrar su salario, el cual proviene de nuestros impuestos, por lo que mínimo debería estar al frente de las vías de solución al problema, pero no, nadie sabe de él…
Regresando al trabajo que ha hecho Gatell, me parece importante resaltar, cuando menos, los siguientes puntos:
- Conoce el tema y cómo desarrollarlo para el entendimiento de la población
- Ha sido claro en cuanto a la incertidumbre que se tiene frente al nuevo virus y las capacidades de nuestro gobierno para contenerlo
- Ha dado la cara para absorber el costo político basándose en datos, algunos cuestionables, pero al fin datos y no opiniones
- Pudo hacer recular a López Obrador, cosa que nadie más de su gabinete ha logrado.
Este último punto es el que más le ha hecho ganar credibilidad y confianza, desde mi punto de vista. Pues debemos tomar en cuenta que Andrés Manuel no le hace caso a nadie más que a él mismo, pero de alguna forma, Gatell logró imponerse y hacerlo cambiar de parecer y de actitud.
Lamentablemente, el trabajo del Doctor en Epidemiología no ha sido ejemplar, pues tenemos casos como el de la ‘fuerza moral’ del presidente o el uso del modelo Centinela para la contabilización de casos de SARS-CoV-2 (nombre del nuevo coronavirus) en el país, lo que sin duda generará un rezago cuando la Fase III sea declarada. Al mismo tiempo, el hecho de cuidar el costo político por encima de la protección del pueblo de México ha dado pie a que un sector amplio de la población haya minimizado el problema, por lo que los estragos que se sufran en el sector Salud y las muertes ocasionadas por COVID-19 (nombre de la enfermedad que produce el virus) recaerán en su responsabilidad por no advertir antes y con mayor fuerza el peligro de esta pandemia.
Cambiando ahora al sector económico, es innegable que las decisiones en este rubro sí han corrido a cargo del presidente, pues hemos observado con claridad a un secretario de Hacienda ‘ninguneado’ a más no poder. Arturo Herrera ha sido humillado en público por el ejecutivo federal al desechar sus ideas a micrófono abierto en varias ocasiones, haciéndolo quedar como un tonto que no sabe de lo que habla, cuando en realidad es al revés.
Porque no es que Herrera sea mal economista, el problema es que no tiene carácter, le faltan valor y coraje para defender sus posturas y se encuentra sumiso a lo que Obrador le exija. Insisto, trabajar para Andrés Manuel debe ser muy difícil, pues no escucha consejos ni sabe reconocer errores. Pero eso no exime al secretario de las malas decisiones que se tomen en esta importantísima área del gobierno, pues de nada sirve tener buenas ideas (que las tiene) si no las puede llevar a cabo.
Ya han circulado muchos videos en redes sociales de micro, pequeños y medianos empresarios expresando no sólo su repudio, sino su lamento al tener que cerrar definitivamente sus negocios ante la negativa de Hacienda de tener consideraciones ante la pandemia y por lo menos otorgar prórrogas para el pago de impuestos. No están pidiendo que se les perdonen ni que les quiten la carga de pagarlos, lo menos que piden es tiempo, pues las condiciones en las que están laborando les impiden generar ganancias redituables que les permitan seguir pagando, tanto nóminas como los servicios de renta, luz, agua y los sinfines de etcéteras. Evidentemente, esto golpea fuertemente a la economía mexicana y las afectaciones pronosticadas por especialistas en la materia auguran situaciones de pobreza similares a la época de la Revolución.
Es por esto que la crisis en nuestro país es inminente. Nuestro gobierno ha tomado muy malas decisiones en los ámbitos mencionados y las consecuencias las pagaremos todos. No me malinterpreten, mi intención no es ser pesimista y augurar un ‘apocalipsis’ nacional ni nada por el estilo, sino que entendamos que lo que se avecina se pudo haber evitado si tan sólo hubiéramos puesto más atención a los ejemplos que nos mostró el mundo antes de sufrir los estragos de esta pandemia y si el mandatario nacional supiera escuchar y acatar consejos y recomendaciones de los especialistas en la materia. Tengámoslo presente el año que viene…
En fin, mi consejo a quienes amablemente me leen es que nos preparemos física y mentalmente para lo que viene, pues no será fácil ni ligero, sino todo lo contrario. De ser posible, acatemos la recomendación de quedarnos en casa para evitar la propagación del virus y así cuidar de nuestra salud y la de nuestros seres queridos. Procuremos comprar nuestros productos de necesidad básica en las tiendas de la esquina, consumamos en los negocios locales para así poder ayudarlos a salir de esta complicada situación. Por el momento, es lo mejor que podemos hacer para ayudar. #FuerzaMéxico
Y tú, ¿Kime cuentas?
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Por: Silvia Susana Jácome
En 1990, durante un encuentro con intelectuales organizado por Octavio Paz, el escritor Mario Vargas Llosa habló sobre el sistema político mexicano al que calificó como “la dictadura perfecta”.
Eran las épocas de esplendor del Partido Revolucionario Institucional, un instituto político que se había mantenido en el poder desde su creación en 1929 y que, a diferencia de las dictaduras latinoamericanas, ejercía el poder con un barniz de democracia.
Era, lo sabíamos, una simulación. No era el poder encarnado en un solo hombre, sino en un solo partido manejado por una élite política con un enorme poder. Ya desde entonces se hablaba del Grupo Atlacomulco, en el que se ubicaban políticos de gran influencia como Carlos Hank González, Alfredo del Mazo y Arturo Montiel. Años más tarde, el grupo llegaría a Los Pinos a través de Enrique Peña Nieto.
El pragmatismo del PRI era tal que podía adaptarse a cualquier circunstancia; del autoritarismo de derecha de un Gustavo Díaz Ordaz pasó a un régimen identificado con las izquierdas con Luis Echeverría o José López Portillo quien, incluso, llegó a nacionalizar a la banca mexicana. Pero luego vendría la era de los tecnócratas neoliberales representados por Miguel de la Madrid, Ernesto Zedillo y, sobre todo, Carlos Salinas de Gortari quien se dedicó a vender –o a desaparecer- buena parte de las empresas paraestatales.
Diez años después de la frase de Vargas Llosa –en el 2000- el PRI perdería la presidencia con un candidato sin personalidad –Francisco Labastida Ochoa- enfrentado a un candidato –el panista Vicente Fox- con un enorme carisma y en quien el pueblo había depositado enormes esperanzas.
Pero el régimen no cambió. Se tenía la percepción que la dictadura perfecta solo había cambiado de colores, pero seguía siendo de la misma naturaleza; el neoliberalismo y la tecnocracia no solo no desaparecían sino que se fortalecían con la presidencia de un empresario exitoso como Fox Quesada.
Una señal que abonaba a la continuidad de la dictadura fue la percepción de fraude que quedó en el ánimo de buena parte del electorado en relación con la elección de 2006, en la que el IFE reconoció el triunfo del panista Felipe Calderón quien, cínicamente y al referirse a la manera en que llegó al poder, expresó que “haiga sido como haiga sido, pero ganamos”. Fue la primera elección en la que Andrés Manuel López Obrador contendió por la presidencia y el resultado oficial lo colocó apenas un 0.58 por ciento por debajo de Calderón.
Doce años después las cosas son muy diferentes. López Obrador contiende por tercera ocasión –ahora a través de su propio partido, Morena- y gana con un amplio margen y con una legitimidad indiscutible al obtener casi el 53 por ciento de los votos, muy por arriba de su más cercano perseguidor –Ricardo Anaya- que apenas y llegó al 22.4 por ciento.
A pesar de los presagios que anticipaban conflictos postelectorales y una serie de impugnaciones, la noche de la elección transcurrió en calma, con el reconocimiento del resultado de los tres candidatos derrotados, el anuncio del Consejero presidente del INE quien dio a conocer las cifras preliminares que daban el triunfo al tabasqueño, y el reconocimiento, también, del presidente Enrique Peña Nieto.
No podemos soslayar que fue un proceso marcado por la violencia. Se registró más de un centenar de homicidios en contra de candidatas y candidatos o de personajes vinculados con la política, y tras la jornada electoral, hubo episodios violentos en Puebla y el asesinato del alcalde de Tecalitlán, en Jalisco. Tampoco podemos olvidar las campañas marcadas por las descalificaciones y la guerra sucia. Contra todo eso habrá que seguir trabajando, pero el terremoto que se preveía luego de la jornada electoral nunca llegó.
Viene lo más difícil, la reconciliación ofrecida por el virtual presidente electo y una transición que deberá ser pacífica y ordenada. Pero, por lo pronto, parece que ha quedado atrás la dictadura perfecta que vislumbraba Vargas Llosa y nos encaminamos a una democracia más acabada, imperfecta aun, pero democracia al fin.