Chiapas es uno de los puntos con más color en nuestro país, sus recursos naturales son un gran atractivo nacional e internacional y sin embargo es también de los estados más pobres, en la mayoría de sus calles se puede ver un duro contraste entre el turismo con suficientes recursos económicos y su población indígena que clama por la venta de sus artesanías e incluso una limosna.
En Chiapas prevalece el verde de la Selva Lacandona, el amarillo de sus piedras preciosas, lo colorido de sus bordados y tejidos, pero también el rojo de la explotación y la sangre derramada durante años intensos de conflicto. En ese mismo contexto está también el color de miles de migrantes que añorando mejores oportunidades, encuentran en el Estado un punto de paso, una ilusión de llegar a un mejor destino.
El pasado jueves más de 150 migrantes, hacinados en un contenedor sufrieron un terrible accidente automovilístico, el tráiler en el que viajaban en condiciones infrahumanas se impactó contra un muro, provocando que la caja se desprendiera y girara sobre el asfalto, dejando un saldo de 55 fallecidos y 73 lesionados. En tanto que los 24 ilesos sólo pueden describir la tragedia, cómo la ubicación dentro del tráiler fue elemental para sobrevivir al impacto y la situación de asfixia que vivieron gran parte de sus compañeros.
Lo anterior es un suceso que por desgracia no es la primera vez que se presenta, en esta ocasión fue el impacto automovilístico lo que además de la tragedia dejó al descubierto un negocio lleno de corrupción y maltrato a los derechos humanos. La migración ilegal es una problemática constante que afecta a América Latina, tan sólo en este camión había personas provenientes de Guatemala, Honduras, Ecuador, República Dominicana y México. Su intención era llegar a Estados Unidos, con la ilusión de una oportunidad laboral que les brinde mejor vida a ellos y sus familias.
Llegar a otro país no es cosa fácil. El camión que los transportaba pertenecía a una empresa de Veracruz, según el reporte de la fiscalía. A lo que la empresa Zeta Transportes S.A. de C.V. declaró que no pertenecía a su flotilla, contradiciendo la información oficial. Una realidad del tráfico de personas es que gran parte de los camiones utilizados son clonados para burlar los filtros de seguridad e incluso robados.
En esta ocasión los pasajeros habían pagado hasta 60,000 pesos sólo para garantizar su traslado a Puebla o Tamaulipas, donde después se encontrarían con otras personas que les ayudarían a cruzar la frontera. El cruce de frontera tampoco es algo barato y mucho menos seguro, hay quienes lo intentan en repetidas ocasiones y llegan a perder la vida en esos intentos.
La edad tampoco es una limitante, pues, aunque los hombres son quienes intentan trasladarse con mayor frecuencia, también lo hacen mujeres y niños, quienes por desgracia también forman parte de las estadísticas de decesos. En Estados Unidos más de 11 millones de personas provienen de otros países, de ahí la urgencia de que se apruebe cuanto antes una reforma migratoria, sin embargo, han pasado más de 35 años sin que exista una. La migración es un asunto complejo que requiere el diálogo constante entre las naciones, porque para frenarla son necesarias mejores oportunidades laborales, pero también condiciones óptimas de vida que garanticen mejores servicios de seguridad, salud y educación.
Mientras tanto las autoridades en México tienen la obligación de hacer una investigación profunda, pues no es el primer camión detectado con migrantes y muchos de estos llegan a su destino pese a pasar más de un filtro de seguridad. Detrás de este negocio hay figuras de mucho poder, bajo el amparo corrupto de personajes en el gobierno que llegan a ser financiados hasta por el mismo narcotráfico. Por ello nuestro gobierno debe mantener su postura solicitando respeto a los mexicanos en otro país, pero también ha de responder sobre las acciones que fomentan el tráfico de personas dentro de nuestra nación.
Zaira Rosas
Galilea Montijo, Inés Gómez Mont, Ninel Conde, La Barbie, El Chapo, tienen en común más de lo que podríamos imaginar, pero su principal nexo comienza con la fama, existe cierta fascinación por la vida de las celebridades que hace que de inmediato desperdiguemos todo lo que sabemos sobre su vida, aún sin saber si los hechos son del todo ciertos.
Me parece fascinante y digno de estudio que más personas sepan del caso de Inés Gómez Mont que de otros acontecimientos con mayor relevancia y sobre todo que gran parte de medios de comunicación aprovechen para hablar de su colección de bolsas, sus amistades y vida farandulesca, en lugar de analizar por qué es actualmente prófuga de la justicia.
Al hacer el ejercicio de googlear el nombre de la conductora se toparán con titulares que hablan de sus navidades de lujo, la colección de bolsas, sus fiestas y demás banalidades, pero pocos hacen un análisis profundo de los negocios y vínculos por los cuáles hoy se le acusa de lavado de dinero y evasión de impuestos. Su caso no es el único.
Hoy también es tema de conversación Galilea Montijo y otras actrices por su vida de lujos, los vínculos que puedan tener con el narcotráfico y todo esto vende no por sus historias, sino por tratarse de figuras públicas. La historia es menos atractiva cuando se trata de una persona común.
El problema inicia cuando además de interesarnos la historia queremos vivirla, desgraciadamente en muchas ocasiones no sabemos diferenciar de ficción y realidad, con el crecimiento exponencial de este tipo de narraciones, comenzamos también a aceptarlas como algo común e incluso a aprobarlas, sobre todo cuando sentimos cierta afinidad por los personajes involucrados, dejamos de juzgarles de manera objetiva.
Lo anterior ha pasado en múltiples ocasiones donde incluso los narcotraficantes ya son considerados héroes nacionales, los asesinos se vuelven figuras públicas por su belleza como fue hace años con Ted Bundy y en el caso de las actrices hasta justificamos sus actos ilícitos bajo historias de amor.
La vida de personas famosas nos resulta tan atractiva que basta ver cualquier puesto de revistas para comprobarlo, preguntar cuál es la impresión más vendida y descubriremos que seguramente es aquella que trae todos los chismes de la farándula. ¿Por qué sentimos tal fascinación? Es algo inherente a nuestro instinto de supervivencia, en los primates las jerarquías sociales surgen por dominación, pero en nuestra era esto va más ligado al prestigio.
Poco a poco cuando alguien se vuelve famoso, también aumenta su probabilidad de ser un referente, y como seres humanos siempre tenemos la necesidad de pertenecer, al grado de que incluso podemos llegar a adaptar estilos de vida de otras figuras sin darnos cuenta, como su lenguaje, la vestimenta, etc.
Por ende, utilizar a figuras públicas para promocionar productos, hacer campañas e incluso como distractores siempre resulta funcional. Aunque nos consideremos con un intelecto superior, estas historias siempre llegarán a nosotros. ¿cómo podemos evitarlo? Dejemos de dar el poder de la fama a figuras cuyo ejemplo no es el mejor para nuestro entorno, basta de admirar a alguien por su fortuna sin considerar si esta la hizo a base de sangre y corrupción, basta de creer que el valor de una persona está en sus posesiones o seguidores y hagamos populares a verdaderos modelos de vida.
La fama, el poder y el dinero siempre serán el fin de mucha gente, pero al final del día descubriremos que lo que todos estamos cazando realmente es un atisbo de felicidad y esa no se encuentra con sólo seguir de cerca la vida de los demás. Comencemos a juzgar a los personajes de nuestro entorno por su impacto positivo, su generosidad, empatía y acciones que verdaderamente trasciendan para un bienestar colectivo. Sólo así las futuras generaciones tendrán mejores ejemplos y dejaremos de normalizar los actos de corrupción y caos que surgen día a día en nuestro entorno.
Camino un 25 de noviembre por el centro de la ciudad, hago énfasis en la fecha porque es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y el comienzo de 16 días de activismo que proponen concientización a través de diversas actividades, la mayoría de estas se enfoca en portar un color como el naranja, que es el oficial de la campaña o incluso morado. Sin embargo, seguimos sin atender de raíz el verdadero problema: la violencia. Mientras recorro un callejón en pleno corazón de la ciudad, me topo con un hombre que de inmediato me grita todo tipo de improperios, acelero el paso porque noto que no hay una sola persona en todo el trayecto y lo que eran en realidad 100 metros me parece al instante una eternidad.
El hombre de inmediato empieza a tocarse mientras me grita y ahora ha comenzado a seguirme, acelero más el paso sin siquiera poder voltear para corroborar que se ha quedado en el tramo solitario. Mi corazón está acelerado del terror, es medio día, he llegado a la avenida principal, atascada de gente y aún así segundos atrás me sentí sumamente en peligro, mi historia es algo común, le ha ocurrido a infinidad de mujeres, lo sé porque en cuanto lo platiqué en mi oficina a todas les había pasado algo semejante en distintos puntos.
Hace menos de un mes leí el caso de un hombre que incluso eyaculó encima de una mujer en una fila de una farmacia, el agresor fue captado por las cámaras, pero logró huir sin mayor problema. Mi agresor ni siquiera sería buscado porque probablemente se trataba de un indigente y si intento poner una queja al respecto, la respuesta de las autoridades sería: No hay nada que podamos hacer. Aún así esta sigue siendo una historia menor, al compartirla la respuesta natural era recomendarme no estar sola o hasta preguntarme cómo vestía.
En México 9 de cada 10 mujeres son asesinadas al día, los atentados comienzan así, como algo que el común de la población considera leve. Entre las mujeres asesinadas al día, también hay menores de edad, niñas que fueron arrebatadas de sus padres o incluso que tuvieron que convivir con el agresor porque se trataba de un familiar.
Las calles de nuestro país serían el escenario perfecto para cualquier historia de terror, pues de 2015 a 2020 más de 700 niñas fueron asesinadas en la vía pública y 558 en sus viviendas. El feminicidio es una realidad latente, constante, que exige de manera urgente atención, respuestas y medidas constantes por parte de las autoridades, pero no es la única, también nos enfrentamos a delitos sexuales, a violación de derechos y muchos otros con un mismo origen.
El problema de raíz sigue siendo la violencia de género, el desinterés social ante cifras aterradoras y una constante desigualdad de género. Nuestra cultura es tan machista que, si en vez de caminar sola me hubiera acompañado un hombre, tengo la certeza de que el depravado con el que me cruce sólo habría agachado la cabeza.
Pero de nada me sirve que me digan que debo ir acompañada, vestir diferente o las palabras de consuelo, porque sé que sigo expuesta, igual que cada una de las mujeres en mi país. Si un callejón en pleno centro es un punto de peligro, también lo es el hogar donde un hombre gritaba a su pareja, lo es la escuela donde un estudiante atacó a su compañera, la parada del camión a altas horas de la noche, cualquier espacio público o privado es el escenario perfecto de un crimen si su población no es atendida, si las leyes no castigan.
Las pautas a seguir para verdaderamente atacar el problema las conocemos de antaño: promover marcos normativos integrales, fortalecer las instituciones, etc., para que entonces la ley pueda ser más justa, pero entonces nos topamos con la equidad, al día de hoy la ley sigue siendo en su mayoría controlada por los hombres, ¿cómo podrían ellos entender una violencia que no sufren?, sin duda hemos avanzado, pero el camino es largo y apenas hemos dado uno o dos pasos. Necesitamos profundizar más en el tema, entenderlo y poner los reflectores sobre estos datos e historias incómodas, porque México no es naranja, se pinta día con día del rojo de la sangre de sus mujeres.
La pandemia nos enfrentó a distintos momentos duros, constantemente hablamos principalmente de los problemas financieros, pero otra situación constante fue la pérdida. Más de 5 millones de personas han fallecido alrededor del mundo, 257 millones de infectados, todos ellos han entendido de manera forzosa que la vida no es eterna.
Del 2020 a la fecha hemos estado llenos de duelos, de perdidas en múltiples aspectos y nadie nos enseña como lidiar con ello, hemos tenido que decir adiós a la gente que más amamos, normalmente entendemos un ciclo de vida en el que la gente tarde o temprano se va, pero han sido tantas las despedidas y tan repentinas que difícilmente sabemos manejarlas.
Algunos duelos han sido inesperados y no todos son alusivos a la pérdida de un ser humano, también hemos vivido duelos ante los fracasos laborales, la frustración de un negocio fallido o la separación de familiares o amistades porque en medio de una convivencia forzada nada resultó como esperábamos. Los padres asumen que su estancia en este mundo terminará antes que la de los hijos, pero muchos padres vieron salir a sus hijos para nunca más verlos regresar, teniendo que luchar de nueva cuenta y hacer frente a la vida, porque esta nunca se detiene.
Vivir el dolor de una despedida es algo común, pero difícil de entender, no bastan palabras de consuelo, no existe entendimiento y de momento es fácil perder las ganas, por ello siempre se agradece el rescate que brindan los seres queridos, familiares o amigos, capaces de hacernos recapacitar, devolvernos al presente y centrarnos en la necesidad de continuar.
Con todo lo anterior también cambiaron los rituales de despedida, nos acostumbramos a un número de pasos para saber soltar y en medio de una contingencia sanitaria a veces es imposible sostener por última vez al ser amado, ¿cómo obtenemos paz ante esto? ¿qué mas nos queda que dar tiempo al tiempo?, desgraciadamente además de la salud física, también tendríamos que poner atención a la salud mental, pues en medio del encierro y las pérdidas nuestra mente sufre distintos embates que de igual forma deberían ser atendidos.
Cualquier pérdida también es una herida, que necesita de primeros auxilios, en ocasiones de emergencia, pero rara vez le atendemos. Sin embargo, la Secretaria de Salud sí ha emitido ciertas recomendaciones, principalmente para saber cómo despedirnos. Entre las sugerencias realizadas algunas pueden servir para todo tipo de duelos: Preparar un escrito hablando de nuestros sentimientos, hacer cartas a nuestros seres queridos diciendo todo aquel que ya no pudimos, cartas a nuestras emociones, describiendo por qué están ahí, también tener una caja de recuerdos de la gente que amamos o darle la simbología de un gran amor a un objeto.
De igual forma se emiten pautas de autocuidado pues uno de los síntomas más comunes ante la pérdida es la desorientación, olvidarnos de cubrir nuestras necesidades más básicas en medio del dolor, me atrevo a decir que ante estas circunstancias también aparece el núcleo más cercano, alguien debe tomar las riendas del aterrizaje y procurar que los dolientes tengan lo básico como agua y comida. Poco a poco es importante retomar el sueño, ejercicio y procurar alejarse de cualquier tipo de vicio como el tabaco o el alcohol.
Las recomendaciones abarcan también aspectos emocionales, cognitivos e incluso espirituales, así de necesario es el cuidado de la salud mental, pues se expande en múltiples ámbitos de nuestra vida, cuando no se atiende empieza a mermar el funcionamiento de cualquier persona en cada una de las esferas de su vida, por ello es indispensable que comencemos a prestar atención.
Decir adiós es difícil a cualquier edad, pero aprendamos desde ahora a vivir los instantes del presente, a decir a las personas cuánto les queremos y valorar cada momento que disfrutamos de la vida, así los recuerdos felices serán la mejor medicina y cada día pensaremos un poco menos o con menor dolor en esos momentos que se han ido o que no llegarán.
En México se ha vuelto ya tradicional el evento comercial del Buen Fin, que consiste en un fin de semana donde gran parte de negocios deciden implementar distintas ofertas. En ocasiones las tiendas han sufrido todo tipo de conglomeraciones por los precios bajos, principalmente en la compra de electrodomésticos, sin embargo, en esta ocasión las condiciones previas son distintas.
México lleva mucho tiempo con un gran porcentaje de su población en situación de pobreza, pero la pandemia incrementó las dificultades para la mayoría, la pandemia sumó 4 millones de pobres en nuestro país. Bajo estas condiciones, gran parte de empresarios se quejaron del entorno, pues se dificultó mantener los ingresos ante un menor flujo de personas en las calles, y un evidente declive entre el número de posibles compradores, además si bien este fin de semana es muy probable que varios lugares se encontraran abarrotados, me atrevo a decir que el número de personas circulando fue menor a otros años.
Aunque la mayoría de comercios se suma a esta estrategia de mercadotecnia, considerando las condiciones que enfrentamos y las dificultades, conviene analizar algunas recomendaciones, pues la idea de que todo está a mejor precio puede hacer que más de una persona termine adquiriendo algo que no necesita.
Uno de los principales consejos es justamente tener claras cuáles son las compras verdaderamente necesarias, no porque algo en remate se cruza en nuestro camino significa que será útil en nuestra vida. En este periodo es muy común que algunas tiendas aprovechen para sacar elementos antiguos que previamente estuvieron en liquidación y no se vendieron, principalmente aquellas que ofrecen ropa.
De igual forma antes de comprar, una acción indispensable es comparar y buscar aquello que se ajuste a las necesidades de cada persona, por ejemplo, en cuestión de electrodomésticos algunas tiendas departamentales elevan ligeramente sus precios, sin embargo, sus facilidades de pago a veces son mayores o incluso el porcentaje de descuento puede ser mejor si el objeto se adquiere de contado.
Asimismo, antes de realizar cualquier compra con tu tarjeta verifica todas las promociones, existen bancos que durante esta temporada realizan bonificaciones especiales, pero mucho cuidado con los intereses y con las fechas de pago, pues es ahí donde podemos terminar pagando más de lo que imaginábamos.
¿Con qué puntos tenemos que estar muy alerta? Uno de los medios donde más estafas tienen lugar es internet, así que si encuentras promociones verdaderamente irreales que anuncian liquidación de tienda verifica que el sitio donde quieres realizar la compra es seguro, no entregues tus datos sin antes tener referencias confiables. En la otra cara de la moneda, lo cierto es que algunos negocios ofrecen mejores precios a quien compra por internet, además actualmente existen nuevos métodos de pago promocionándose que también suman descuentos a las compras realizadas.
Otra forma de comparar, es revisar los precios antes de la temporada de promociones, asegúrate de que los descuentos sean reales y no una simple ilusión. También en cuanto a tecnología verifica que lo que adquieras es algo vigente, pues en este rubro existe algo que se llama obsolescencia programada y a veces aunque los aparatos sigan funcionando de inmediato son opacados por innovaciones y su periodo de vida útil es más corto.
Finalmente te invito a realizar algunas preguntas antes de adquirir algo: ¿lo necesitas? ¿por qué lo quieres? ¿cuál será su uso y tiempo de vida? ¿es algo urgente o puede esperar?, con estas preguntas estarás tomando decisiones más pensadas y seguramente estarás brindando un mejor uso a tu dinero, ya que durante periodos como este es muy sencillo dejarnos llevar por la ilusión de que el descuento se acabará y terminar adquiriendo incluso aquello que nunca utilizamos, así que más vale estar alerta.
La Conferencia de la Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021, mejor conocida como “COP 26” se desarrolla del 31 de octubre hasta el 12 de noviembre, en la ciudad de Glasgow, Escocia, con la intención de atender de manera colectiva entre las Naciones, todo lo referente al cambio climático y el cuidado del medio ambiente, temas de suma urgencia e importancia, pero que en la mayor parte del mundo se siguen tratando como algo que aún puede esperar, cuya resolución mágica llegará a medida que se desarrolla el mundo.
Contrario a esta creencia, los análisis de emisiones de gases de efecto invernadero, el desgaste de nuestros ecosistemas y otros parámetros ambientales, han demostrado que a medida que nuestra población se desarrolla y se expande, también se incrementan los niveles de contaminación, por ende, la posibilidad de que nosotros mismos como especie seamos los creadores de nuestra propia extinción.
Escenarios de películas como “El día después del mañana” no son del todo ficción si pensamos en las consecuencias drásticas que enfrentamos actualmente derivadas de un desequilibrio ambiental, para tratar de aminorar estos efectos es indispensable que las regulaciones de los gobiernos obliguen a la sociedad y sobre todo a la industria a disminuir emisiones de quema de carbón, petróleo y gas.
Lo anterior evidencia que México tiene un gran deterioro en este punto, pues mientras uno de los objetivos de esta conferencia es reducir el uso de combustibles fósiles, en nuestro país uno de los grandes proyectos productivos va encaminado a incrementar la producción de este tipo de combustibles. Lo que a ciencia cierta demuestra nuestro atraso, justificándolo bajo la necesidad de generar empleos y fortalecer la economía.
Este punto también se pone en eterno debate al frente de la COP 26, pues los países más pobres o vulnerables, incluido México, esperan que los países de primer mundo les brinden los recursos necesarios para poder invertir en cuidado ambiental. Lo cierto es que justo como en todo lo demás, son los sectores más vulnerables los que terminan siendo afectados por actividades y comportamientos de quienes tienen un mayor desarrollo.
Respecto a todo lo anterior se manifestó Greta Thunberg, la joven activista que clasificó a la COP 26 de “bla bla bla”, una reunión donde todos participan pero realmente no se acuerda nada que reduzca de manera real al cambio climático, hizo un llamado a la sociedad en general pero principalmente a los jóvenes a ser partícipes del cambio que se necesita para preservar nuestro mundo, y dijo muy atinadamente: “sabemos que nuestros emperadores están desnudos”, haciendo alusión al cuento del traje del rey en el cual todo mundo fingía vislumbrar un traje inexistente, en este caso ya no se puede fingir que creemos que esto se solucionará con avances repentinos y estamos viviendo de manera directa las consecuencias de tanta omisión.
Podríamos creernos infinidad de teorías de conspiración de cómo el poder se ha encargado de destruir nuestro mundo, pero la realidad es que todos somos igualmente responsables de la inconciencia que nos ha hecho llegar hasta este punto, si no comenzamos a tomar acciones inmediatas como sociedad desde nuestros hábitos de consumo, tendremos que enfrentar un incremento en olas de calor, la escasez del agua y grandes sequías, que a su vez originan desabastos, los cuales como siempre terminan afectando a quienes menos tienen.
Aunado a los temas anteriores están los pueblos indígenas, pues por lo general son sus tierras y reservas las que se explotan en un supuesto beneficio de la economía, pero olvidando el impacto ambiental. El tema en sí debería ser portada internacional, pero poco se aborda, poco le damos atención y mucho afecta nuestro presente y futuro. Urge que nuestros gobiernos tomen medidas reales al respecto, pero más importante es que en lo individual seamos conscientes de nuestro impacto y actuemos con responsabilidad, pensando en alcanzar un futuro.
El mundo está en constante evolución, es inherente que, con el desarrollo de la civilización, también se transformen las formas de comunicación, la distribución del poder y los juegos constantes por obtenerlo. De esto surge una creciente lucha de las instituciones y grandes corporativos por avanzar a la par de los cambios, para seguir vigentes o quizás lograr el control de la mayor cantidad de personas.
Parece irreal que en pleno 2021 aún hablemos de supremacía o dominación, pero lo cierto es que seguimos siendo esclavos y ahora de forma voluntaria. Ahora el control se ejerce a través de pantallas en las cuales gastamos la mayor parte de nuestro tiempo, en esas pantallas depositamos lo más profundo de nuestra identidad, cada segundo entregamos datos que nos definen y clasifican, permitiendo que cualquier aplicación que reciba esos datos pueda conocer a profundidad nuestras emociones, por ende, trabajar con ellas e incluso vender la información al mejor postor.
¿Cómo es posible que de manera voluntaria entreguemos tanto? Nos gana el ocio, la búsqueda de entretenimiento y la facilidad con la que generamos una conexión, sabemos verdaderamente lo que hacemos, el tipo de información que brindemos y por supuesto conocemos las consecuencias, pero preferimos ignorarlas y centrarnos en los supuestos beneficios. Como individuos raramente pensamos en el impacto que tiene nuestra huella digital, pero si lo sumamos considerando a cada uno de los integrantes de la sociedad, podemos llegar a escándalos como el de Cambridge Analytica.
El punto en común es el manejo constante de los datos de los usuarios y casualmente donde más datos solemos depositar hoy en día es través de aplicaciones o plataformas de comunicación, las cuales casualmente pertenecen en su mayoría a una misma compañía: Facebook que a partir de ahora cambiará de nombre a Meta. Mark Zuckerberg anunció que el cambio de imagen de la compañía se debe a nuevos objetivos, a la evolución de internet que desean liderar.
La imagen del nombre va acompañada de un infinito, que nos refiere a todos los tiempos, pero principalmente hoy nos habla del futuro, no sólo de la compañía, sino de nuestra comunicación, la forma de relacionarnos y sobre todo de nuestra dependencia hacia lo digital. Es tal el avance que tienen este tipo de plataformas que los mismos empleados que amaban en sus orígenes a la compañía, comienzan a volverse detractores, el mismo Zuckerberg ha demostrado ser muy cuidadoso con el manejo de sus datos, conoce el alcance que tienen sus creaciones y ahora Frances Augen, ex empleada de la compañía, ha llegado para decir que se tiene una clara noción de los peligros de tanta información, pero que la prioridad ha sido la expansión.
Por ende, la aparición de Meta puede presentarse como algo innovador, pero a ojos de grandes críticos es meramente una estrategia de expiación, un intento de salvarse de rumores y daños que podrían disminuir el valor de las acciones en la bolsa e incluso Meta puede ser el disfraz de la expansión de dominación que ya tienen estas plataformas.
Hace años ya lo dijo su creador ante la corte, todos los servicios ofrecidos hasta el momento son en su mayoría gratuitos, porque el verdadero fin de lucro está en la publicidad, en una segmentación tan precisa que hará que te aparezca de manera constante eso que más añoras, sólo aplicaciones como Instagram, Facebook o WhatsApp pueden darte la ilusión de tus anhelos más profundos, el problema es que ya hay estudios que también relacionan el uso de estas aplicaciones con nuestros problemas y temores, por lo que habrá que seguir de cerca hacia dónde avanzamos con mayor rapidez.
Meta quiere ser líder de nuestro futuro, ya dependerá de nosotros si cedemos el control o retomamos parte de todo lo que hemos cedido.
Mariana Rodríguez sigue siendo tendencia de manera continua, a tan sólo unos días del gobierno de su marido ya se ha colocado como uno de los principales temas de la agenda mediática nacional, gracias a su dominio en las redes sociales, cada una de sus acciones se vuelve noticia.
La más reciente fue su corte de cabello, acto que realizó por empatía con un pequeño que padece leucemia y que debido a los tratamientos está perdiendo su cabello, por lo que la influencer y ahora primera dama decidió hacerse con él un cambio de imagen. Este hecho dividió a las redes sociales, no faltó quien la tachó de oportunista, pero también hubo múltiples comentarios positivos aludiendo a su heroísmo.
Sin afán de ahondar en un punto de vista específico, si nos ceñimos a los hechos, Mariana Rodríguez cuenta con más de 2 millones de seguidores en Instagram de todo el país, las acciones que realizan personajes con su nivel de influencia son sumamente imitadas y que mejor que ser un referente en causas sociales, en vez de únicamente mencionar cuestiones sobre marcas por patrocinio como lo hacen muchas otras figuras públicas.
Si bien la publicación se puede tildar de oportunismo, lo cierto es que tanto Mariana Rodríguez como Samuel García, han hecho pública gran parte de su vida, comparten instantes desde que se levantan, cenan, se enferman, discuten, se ignoran, viajan, compran, trabajan, etc. Esta estrategia les ha valido ciertas críticas pues tanta comunicación también puede hacer más visibles los errores, sin embargo, han sido más sus aciertos y de inmediato se reponen de los fallos con nuevas publicaciones de su día a día.
Las visitas a niños con cáncer, los diálogos sobre la adopción, el cuidado de los animales y demás causas sociales han sido un gran punto de partida de la ahora primera dama de Nuevo León. Sin duda su fuerte son las redes sociales y gracias a ella el actual Gobernador tiene todos los reflectores en su mandato. Con lo anterior son múltiples los seguidores fascinados con lo que interpretan como un gran trabajo y ya los visualizan como la pareja ideal para Palacio Nacional.
Mariana ha sido comparada con otras esposas de dirigentes por su belleza, se le ha criticado por errores del pasado y comentarios frívolos, pero también se le alaba actualmente por su sensibilidad y buena intención. Tanto ella como su marido son jóvenes y exitosos, el cuadro ideal que cautiva a cualquiera en el mundo digital.
Todo lo que vemos a través de las plataformas digitales de ambos son buenas intenciones, amor a Nuevo León y el compromiso con los suyos, una pareja que trabaja en conjunto para cumplir sus objetivos.
Pero no todo lo que se ve en redes sociales es el cuadro completo, difundir cada instante del día no es el equivalente de un gobierno transparente, ver a alguien con empatía no es lo mismo que resolución, no niego que sean buenas acciones ni demerito el gran ejemplo, pero no podemos perder de vista que se trata de funcionarios públicos y que lo triunfal de su comunicación no necesariamente es equiparable a un buen gobierno.
Es muy poco el tiempo que llevan al frente del gobierno, pero mucho el impacto mediático, así que no perdamos la objetividad ante su actuar y sobre todo procuremos que la comunicación de nuestros gobernantes no sobrepase nuestra criticidad. Sigamos de cerca sus promesas para verificar la intensidad de su compromiso y corroboremos que las palabras se transformen en resultados, porque las sonrisas y fotografías no bastan para cambiar a México.
Todos tenemos un grado de influencia en alguien, puede que a veces no sepamos en quién y por ello en todo momento hemos de ser responsables con los ejemplos de vida o consejos que damos. Con la llegada del mundo digital y de redes sociales a través de las que se comparte constantemente la vida, el grado de influencia ha crecido.
Claramente existen personas que con millones de seguidores pueden volverse un referente para todas estas personas, de ahí la necesidad de que tantas marcas e instituciones les busquen para compartir con sus audiencias mensajes específicos. A estos personajes tan reconocidos en el mundo digital le llamamos influencers, y se han vuelto tan reconocidos y necesarios debido al grado de confianza que los usuarios les otorgan.
Recomendaciones de productos, guías sobre puntos turísticos, puntos de opinión y mucho más, son algunos puntos con gran valía, una simple mención puede costar miles o millones según sea el alcance. El impacto es tal que vimos la necesidad de partidos políticos en contratar a quienes podrían garantizar que los indecisos eligieran a sus candidatos, sin embargo, como ya sabemos el mejor ejemplo de su poder fue mostrado por el ahora Gobernador de Nuevo León, quien gracias a su esposa impactó en un Estado e incluso ahora quizás está en la mira como presidenciable para toda la Nación.
¿Pero que hay detrás de figuras tan poderosas? Uno de los conflictos detrás de todos los consejos y recomendaciones es justo la falta de honestidad de muchos de ellos, con miles de pagos detrás es muy sencillo hacer afirmaciones sobre productos cuyos beneficios no son realmente los anunciados, resulta simple para el benefactor hablar de los atributos y bondades de un partido o instituciones en las que ni ellos creen.
Lo peor llega cuando unos cuantos llegan a creer en este tipo de personas debido a los muchos seguidores comprados, pues en realidad el grado de confianza es inexistente. La llegada de internet y la creación de personajes con tanto poder pero tan poca responsabilidad, obliga a los gobiernos a prestar mayor atención sobre el mundo digital, regular el uso de plataformas sin llegar a la invasión o a la coerción de libertades e incluso analizar la fiscalización de las ganancias de quienes lucran con su popularidad.
Y contrario a lo anterior también existen casos de fraude donde el grado de influencia que se muestra es excesivo pero la realidad es que se trata de comercios inexistentes, que utilizan comentarios o perfiles falsos para acreditar su reputación y engañar a figuras cautivas que de inmediato caen en el encanto de fotografías de productos maravillosos que en realidad ni siquiera existen. Esta es una de las formas más comunes de estafa de la actualidad.
¿Cómo evitar caer en alguno de estos modus operandi? La solución es sencilla, antes de adquirir un producto conviene analizar a quienes lo están recomendando, revisar a detalle los perfiles y la actividad que realizan, pero sobre todo corroborar la identidad y veracidad de los vendedores y buscar en todo momento a referentes cercanos como familiares y amigos.
Respecto a estas figuras en ámbitos públicos o políticos, hemos de considerar que también son ciudadanos, por ende, cumplen un derecho, sin embargo, ellos mismos deberán ser más éticos y responsables con su poder de comunicación, tal como en su momento tuvieron que hacerlo medios de prensa, radio y televisión, hoy estos medios han extendido su dominio al mundo digital.
Las lecciones más grandes de la vida, son aquellas que recibimos de otros, aquellas que sin tener que vivirlas nos llenan de ilusiones o aprendizajes, nos brindan nuevos panoramas y perspectivas. Si los otros son semejantes a nosotros, probablemente se trate de lecciones que eventualmente tendremos que experimentar, pero cuando los otros son de otra generación, el espectro de conocimiento se extiende y me atrevo a decir que incluso abarca otras vidas.
Así es convivir con personas mayores, quienes nos hablan de un mundo que ya no parece el nuestro, de sus vivencias y valores, que, al compartirlos, aunque disten mucho de los propios sí podemos entender parte de nuestro entorno. Al escuchar historias del ayer las paredes de grandes edificios cobran mayor significado, entiendes sus colores, percibes con mayor certeza ciertos olores y comprendes por qué fueron así los grandes amores.
En cambio, escuchar a alguien más joven es llenarte de vida, poder vislumbrar el futuro y sobre todo contar con la oportunidad de moldearlo para que lo que ocurra mañana sea mejor. Tuve la oportunidad de convivir con jóvenes de preparatoria durante una semana entera y platicar con ellos horas enteras de los temas más casuales y aún así trascendentales. Gracias a ellos comprendí que su generación no se preocupa por el gobierno, pero sí de las políticas, que ya no creen en las personas, sino en sus acciones, que no buscan modelos, quieren historias y cada día viven por ellas.
Viven de sueños e ilusiones cargados de libertad, esta palabra me atrevo a decir que es la que más les representa, pese a vivir en una era de encierro con múltiples retos en puerta, son capaces de hacer de 4 paredes un espacio de plenitud y expresión. Hay quienes los describen como despreocupados o que nada les importa, pero esto último es lo más alejado de lo que pude percibir, sólo que sus preocupaciones son otras.
Les preocupa un mundo más feliz, verde, con mayor empatía y convivencia con el otro, son más abiertos, pero a través de los canales de comunicación que ellos determinan. Hablar del mundo bajo las perspectivas de otros les puede generar ansiedad, sin embargo, comparten su visión a través de videos, bailes, juegos y otras formas de expresión.
La familia en la que muchos de ellos han crecido dista mucho de lo tradicional, por ello entienden sin mayor complejidad la diversidad, la apoyan e incluso defienden porque es parte de su mundo. Lejos quedó para muchos la figura de papá y mamá, son otros familiares sus seres más cercanos, vislumbran la necesidad de un trabajo, pero no sólo para subsistir, lo hacen para vivir, para crear y compartir con los demás una nueva forma de vida.
Tenemos mucho que aprenderles, pues para ellos entender el feminismo, la diversidad sexual o la libertad de elección personal no tiene ninguna complicación, para ellos es claro brindar el mismo respeto y atención que reciben. Son ejemplo de dinamismo, de creatividad e intensidad, pues por tratarse de mentes jóvenes son el reflejo de todo lo que absorben, de ahí la importancia de siempre conectar entre generaciones.
Para inculcar en cada uno de ellos los valores que queremos ver reflejados el día de mañana, los jóvenes son la oportunidad para crear un mejor entorno, sembrar en ellos la capacidad de resolver con creatividad todo tipo de problemas, brindarles oportunidades de crecimiento, preparación para lo retos y sobre todo comprensión a sus ideas. Si hoy comenzamos escuchando con presteza sus inquietudes y emociones, mañana cosecharemos un brillante futuro.