Impactantes noticias estamos recibiendo cotidianamente, me referiré primero a la Secta del Hambre de Kenia, en donde han aparecido 90 cadáveres en fosas comunes realizadas por el líder de la secta Paul McKenzie Nthenge, quien convenció a sus feligreses de dejar de comer para conocer a Dios.
Un ex miembro de la secta que comento, reveló que McKenzie, pedía a sus seguidores que renunciaran a sus trabajos, se abstuvieran de comer y rechazaran el tratamiento médico, quienes así lo estuvieron haciendo en el bosque de Shakahola, en donde McKenzie adquirió 300 hectáreas que utilizaba para cultivar y desde ahí predicaba a sus cientos de seguidores.
Recordemos que, en nuestro país en el Palacio de Bellas Artes, el 15 de mayo de 2019, se realizó un homenaje, se dice que, por iniciativa del senador del partido Verde Rogelio Israel Zamora, al líder de la secta Luz del Mundo, Nassón Joaquín García, a quien le llaman “El Apóstol de Jesucristo” quien ha sido condenado a 16 años de prisión por abusar de niñas a quienes obligó a ser sus esclavas sexuales, quien como todos esos mesías exprimen de dinero a su feligresía, también le congelaron una cuenta de 19 millones de dólares; y en dicho palacio asistieron destacados miembros de Morena como Martí Batres, Félix Salgado Macedonio y Julio Ramón Menchaca.
Otra noticia sumamente sorprendente ha sido que, el INE, ha aprobado el registro como Agrupación Política Nacional a la organización Humanismo Mexicano, fundada por miembros de la secta la Luz del Mundo, que es lidereada por el diputado de Morena Emmanuel Reyes, quien ha indicado que su agrupación apoya abiertamente a la Cuarta Transformación de AMLO, de la que pudiéramos decir que también se trata de una Secta, ya que él no quiere militantes sino fieles, con sumisión absoluta y servilismo hacia su mesías, líder, pastor y guía, en donde Morena no tiene un candidato sino un ídolo a quien le deben obediencia ciega, y tienen la disponibilidad para aceptar cualquier forma de explotación o violencia, como una esclavitud aceptada de buen grado y se ha descubierto que es un negocio sumamente productivo.
Señalo que también es una secta, porque también ha vendido un falso producto toda su vida, para supuestamente obtener beneficios y al igual que todos los líderes de las sectas, son psicópatas sin escrúpulos, que sólo han visto para su beneficio, disfrazados con una piel de oveja y se provechan de la ignorancia o precaria condición económica de sus feligreses, quienes tienen creencias extravagantes y están resentidos de una sociedad en la que no encontraron un desenvolvimiento productivo.
Tanto los mesías, pastores y guías, como el así nombrado una vez, mesías tropical de palacio nacional, son los salvadores de sus seguidores, y mientras los dirigentes y los más allegados se llenan los bolsillos de dinero, a base de mentiras y promesas falsas, los seguidores continúan idiotizados creyendo que les darán la vida eterna o los sacarán de pobres, pero como los feligreses de los mesías de las sectas, terminarán muertos o violados.
Legisladores apátridas y amátridas que, no obstante que les ordenan destruir el país, le siguen apoyando a un presidente violador de la ley, igual que ellos que están colaborando con él a una dictadura con apoyo de un ejército arbitrario, del que siempre se quejó y ahora lo requieren hasta para administrar la destrucción del país que el presidente orquesta y que, así como acaban los mesías de las sectas con su feligresía, de la misma manera acabarán con la vida de nuestro país, en donde la armonía dejó de existir y es imposible viajar y transitar por las calles en forma normal sin sentir las agresiones y odios que se han fomentado en el presente sexenio.
Si en Kenia se descubrió la secta del hambre, en nuestro país existe ya una secta que fomenta la destrucción, el odio, la pobreza y la s