José Luis Enríquez Ambell
Hablar de la escuela supone alumnos, padres de familia, maestros, útiles, lunch, transporte y uniformes escolares.
Esa combinación demanda incluir a psicólogos, sociólogos, economistas, administradores, médicos, entre otras disciplinas en busca de actualizarse a la economía, salud y otros factores.
En la sociedad hay una gran diversidad, todos somos diferentes. Lo somos, física, económica y socialmente en consecuencia, y el problema es que no todos lo advertimos y, por lo mismo, esas diferencias afectan de diferente manera, sobre todo cuando somos niños y jóvenes.
Ahora bien, el gobierno a través de la SEP procura suavizar ese impacto emocional que nos producen esas desigualdades y eso está bien porque el joven con frecuencia no cuenta con el guardarropa para sentirse como los demás y esa sensación o se convierte en un sano impulso para su superación personal o lo inhibe para toda su vida, y eso, es mucho más grave.
El uniforme escolar al padre le resuelve un gran problema económico y sobre todo porque tiene simultáneamente que vestir a dos o tres escolares y eso no es fácil.
Por lo anterior, y otras razones más, el uniforme es bueno y sólo habría que corregir las corruptelas de directores para con los proveedores, pero ésta es solo una opinión.
Se sabe que la SEP ha aclarado que no se obliga el usarlo, ni adquirir nuevos, ni tampoco útiles y materiales educativos adicionales que ya tengan los alumnos.
Hay quienes aseguran que el uniforme escolar contribuye a que los estudiantes estén más concentrados en sus clases, mejoren rendimiento y también sus calificaciones. Otros hablan de las desventajas del uso diciendo que reducen la creatividad y la exploración personal.
No falta quien muestre que son más caros que la ropa normal, aun siendo en los colegios públicos más baratos y no hace falta tener tanta ropa de calle o incluso que pueden resultar sexistas y crear diferencias entre sexos si se obliga a ir a las chicas con falda.
Además, hay quienes aseguran sobre eliminar el uso de los uniformes, pues revela la precariedad de las familias para atender las necesidades de educación de los niños y expresa el hecho de que la educación pública no es totalmente gratuita, dado que implementos de este tipo, así como, útiles escolares o las cuotas de la sociedad de padres, son costos obligatorios a cubrir y muchas veces no pueden y se llega a constituir en causa para la deserción escolar. Y eso impacta en la calidad educativa.
En lo que vamos a coincidir quizá todos en torno al uniforme escolar, es que en la actualidad debe revisarse el asunto entre más de una vertiente de opinión.
UN CAFÉ CON DOBLE CARGA
¿Cómo irán los trabajos preliminares en términos de criterios y disposiciones para el PEF (Presupuesto de Egresos de la Federación) 2023 en Veracruz?
¡ ES CUANTO !
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