La otra cara de la política

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LA POLÍTICA INTERNA DE MÉXICO: ¿FORTALECIMIENTO O ESTANCAMIENTO?

by Angel Lara Platas

Por Ángel Lara Platas

En las últimas décadas, México ha experimentado cambios significativos en su panorama político, transitando de un sistema de partido hegemónico (el PRI) a una democracia multipartidista. Este proceso ha implicado avances como la alternancia en el poder y un sistema electoral más competitivo. Sin embargo, persisten serios desafíos que impiden un fortalecimiento político genuino y completo.

Aunque la pluralidad de partidos y las victorias de la oposición en el ámbito federal y estatal son claros indicadores de un sistema democrático más abierto, la fragmentación política y la polarización han complicado la gobernabilidad. Además, persisten problemas estructurales como la corrupción, la inseguridad y la debilidad del Estado de derecho, que socavan la confianza ciudadana y limitan la efectividad de las políticas públicas. La consolidación de la democracia requiere, además de un sistema electoral funcional, instituciones fuertes e independientes y un respeto irrestricto a la división de poderes.

 

¿Está México a la altura de los países desarrollados?

Si bien México es una de las economías más grandes del mundo, su desempeño en indicadores clave de desarrollo humano y social lo sitúa lejos de los países más avanzados. En términos de Producto Interno Bruto (PIB) per cápita, México se encuentra significativamente por debajo de naciones como Estados Unidos, Alemania o Japón. Además, indicadores como la calidad de vida, la innovación y el Estado de derecho muestran un rezago importante.

El país enfrenta desafíos considerables en áreas como la salud y la educación, y a pesar de su tamaño económico, la desigualdad social sigue siendo un problema persistente. La falta de un sistema de protección social robusto y la informalidad laboral contribuyen a una brecha cada vez mayor entre los diferentes estratos de la población. Para alcanzar el nivel de los países desarrollados, México necesita abordar estas carencias de forma sistémica, invirtiendo en capital humano y fortaleciendo sus instituciones.

 

 

 

Retos para el liderazgo político y económico en Latinoamérica

México tiene un papel histórico y geográfico para asumir un liderazgo regional, pero para consolidarlo necesita superar obstáculos internos y externos.

Política interna consolidada: Un liderazgo externo sólido se construye sobre la base de una política interna estable y predecible. La persistente inseguridad, la debilidad del Estado de derecho y la inestabilidad institucional alejan la inversión y limitan la proyección internacional del país.

Diversificación económica: La excesiva dependencia de la relación comercial con Estados Unidos, si bien es una fortaleza, también representa una vulnerabilidad. Para ser un líder regional, México debe fortalecer sus lazos económicos con el resto de América Latina, fomentando la integración comercial y la cooperación en sectores estratégicos.

Inversión en capital humano e innovación: El liderazgo en el siglo XXI se basa en la innovación tecnológica y el conocimiento. México necesita incrementar su inversión en investigación y desarrollo, así como mejorar la calidad de su sistema educativo para competir con economías basadas en el conocimiento. Esto le permitiría dejar de ser solo un país manufacturero y convertirse en un centro de innovación.

Unidad y visión regional: A pesar de los lazos culturales y lingüísticos, México ha centrado su atención en Norteamérica. Para liderar la región, debe retomar y fortalecer su rol como impulsor de la integración latinoamericana, asumiendo una voz más activa y propositiva en los foros regionales e internacionales.

 

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