“Es más fácil luchar por unos principios que vivir de acuerdo con ellos”. – Alfred Adler.
En Poza Rica, el pulso político comienza a definirse con claridad. Las señales, cada vez más contundentes, apuntan a que Adanely Rodríguez, candidata de Morena a la alcaldía, se perfila hacia una victoria sólida y representativa, no sólo de su partido, sino de una militancia que exige renovación y autenticidad en el liderazgo local.
El escenario opositor parece fracturarse sin remedio.
Movimiento Ciudadano (MC), que intentó erigirse como la alternativa fresca, terminó enredado en su propio laberinto político. La reciente declaración de Luis Carbonell, dirigente estatal del partido naranja, al dar la bienvenida al senador Manuel Huerta Ladrón de Guevara calificándolo de “extraordinario aliado y político”, echó por tierra cualquier discurso de independencia y congruencia.
El reconocimiento abierto a Huerta —señalado por su papel en la construcción de traiciones internas en Morena— confirma lo que en corrillos ya se comentaba: el proyecto de MC en Veracruz nació bajo el signo de la conveniencia y la simulación.
El Tribunal Electoral del Estado de Veracruz (TEV) ha aportado un elemento clave a esta trama. Según sus resoluciones, existen razones suficientes para sostener que se fraguó un presunto mega fraude en la contienda, orquestado desde las filas de MC con la colaboración de un sector de Morena encabezado por el propio Huerta Ladrón de Guevara.
De esta forma, se disipa la versión de que líderes como Juan Javier Gómez Cazarín habrían sido los responsables de la inminente debacle electoral. La realidad es otra: las lealtades compradas y las alianzas oscuras están hundiendo al proyecto opositor.
Frente a esa maraña de intereses, Adanely Rodríguez emerge como un rostro nuevo y, sobre todo, confiable. Su trayectoria dentro de Morena refleja la esencia de un partido que nació de la lucha social y que hoy, pese a sus contradicciones internas, mantiene como bandera la transformación.
Adanely representa a esa militancia formada desde abajo, que confía en la política como herramienta de cambio y no como simple negocio de coyuntura.
Su ascenso no es casual. Responde al hartazgo de una ciudadanía cansada de las traiciones y de los pactos bajo la mesa. Rodríguez se convierte, en este momento electoral, en la apuesta natural para consolidar la Cuarta Transformación en Poza Rica.
Su campaña no solo suma voluntades, también articula esperanza: la de un proyecto que busca profundizar los cambios en Veracruz y refrendar que Morena sigue siendo la opción mayoritaria y legítima.
En suma, lo que se vive en Poza Rica es más que una elección municipal. Es el choque entre la política de la simulación y la política de la renovación. Y todo indica que será Adanely Rodríguez quien encarne esa victoria contundente que marcará el rumbo inmediato de la 4T en la región.
Al tiempo.
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