“Debemos obrar, no para ir contra el destino,
sino para ir delante de él.” – Christian Friedrich Hebbel.
Franklin D. Roosevelt dijo “En política, nada ocurre por casualidad. Cada vez que un acontecimiento surge, se puede estar seguro que fue previsto para llevarse a cabo de esa manera.”
Con base en ello, el actuar de los principales políticos en nuestro país tiene una razón, una causa y evidentemente un efecto, que es llegar al poder a como dé lugar.
Uno de los más hábiles actores políticos con vida en este país es veracruzano, inclusive en la historia política de la entidad se afirma que el ex gobernador Rafael Hernández Ochoa, decía que él encabezaba a una generación que llegaría a ser gobernante del Estado junto a otros dos personajes más, que en su tiempo comenzaban en la política.
Así con esa visión, esos tres personajes, llegaron a gobernar Veracruz, como lo predijo en su momento el ex gobernador Hernández Ochoa.
Dante Alfonso Delgado Rannauro, era ese personaje que encabezaba a esa generación –junto a Fidel Herrera Beltrán y Miguel Ángel Yunes Linares-, que transformó a Veracruz para bien o para mal, pero que a final de cuentas habría sido la última en heredar los conocimientos de la política post revolucionaria.
Como ya es de todos conocido, Delgado Rannauro debió pagar la osadía de confrontar al régimen priista que, en las postrimerías de su ocaso, le hizo sufrir las consecuencias de oponerse a la decisión presidencial, lo que le costó pasar una temporada en la cárcel por instrucciones de Ernesto Zedillo Ponce de León, el último tlatoani del otrora poderoso PRI.
De esa experiencia el ex gobernador veracruzano, construyó la base de lo que hoy por hoy es su proyecto personal y particular en la fundación del Partido Movimiento Ciudadano, antes Convergencia.
El proyecto basado en una ideología política socialdemócrata, basada en la participación ciudadana, la democracia social, la protección a los derechos humanos, la igualdad de género y oportunidades en el país, las ciudades resilientes y el empoderamiento de los ciudadanos para el funcionamiento colectivo.
Si algo debemos reconocerle a su fundador es que comprendió que el priismo posrevolucionario se había alejado de su ideario, convirtiéndose simplemente en una maquinaria de estado que arrastraba más negativos que positivos, pues el desgaste natural de ser gobierno –por más de 70 años- había minado hasta sus entrañas al antiguo régimen priista por asuntos como la corrupción, el presidencialismo, el corporativismo, el compadrazgo, etc.
Delgado Rannauro identificó la urgente necesidad de abrir la política a la ciudadanía con un partido con tendencia política reformista, que abordará los valores sociales desde un prisma progresista que invitará a un nuevo rumbo.
De esta manera desde su conformación en 1996 a la fecha, el proyecto se ha ido consolidando hasta convertirse ya en una opción política en evidente crecimiento, el cual ha gobernado Oaxaca, con Gabino Cue a mediados de 2010, para en 2018 llegar al Gobierno de Jalisco con Enrique Alfaro y en 2021, Nuevo León de la mano de Samuel García.
De cara al 2024, MC ha señalado que abiertamente no haría alianza con la coalición Va por México (PAN-PRI-PRD) por el simple hecho de que con el PRI no iría ni a la esquina.
Pero recientemente encuentros sostenidos por el propio senador Dante Delgado develarían el velo de una posible coalición entre MC y el PRD, tras el desayuno sostenido con el ex gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, el cual fuera informado en las mismas redes sociales del ex gobernador guerrerense.
Sí a ello, se abre la posibilidad de que desde el senado se esté construyendo una posible Coalición con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) la cosa se pone muchísimo más interesante.
Y es que estás tres fuerzas políticas unidas representan las únicas opciones nacionales que aún no han encabezado la primera magistratura federal, lo que abre la posibilidad a que la sociedad volteé a ellas por la simple máxima de darle oportunidad a los que no han llegado a ser gobierno.
Cabe recordar que así reflexionó la ciudadanía cuando hicieron ganar a Vicente Fox y el PAN, lo mismo ocurrió con Andrés Manuel López Obrador y su Morena.
La sociedad mexicana vota con las tripas y no con el razonamiento, por ello, es que las campañas políticas se basan en emociones, para atraer a la masa a la que aparenta ser la mejor oferta política.
En los hechos, la posibilidad de construir esta coalición es alta, ante las muestras dadas por el PRD ante la negativa a ser tomado en cuenta por PAN y PRI, y en PVEM, a jugar siempre con el que más posibilidades tendría de ganar.
Al tiempo.
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