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La conducta humana suele ser compleja, hasta para quienes la estudian, atienden e investigan desde la psicología.
El concepto para la psicología tan sólo tiene dos significados. Primero, que es el de acción que un individuo ejecuta. Y en segundo, la relación que se establece entre elementos de una asociación.
En el terreno de la política – entramos a la recta final del sexenio de Don Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México – y ya veremos quiénes son los que respetan los códigos escritos y no escritos, con disciplina y lealtad. Suele ser el quinto año de gobierno, el último, ya que el sexto transita entre campañas y ajustes para el cierre en su conjunto.
La definición de candidaturas siempre causan gustos y disgustos, y es cuando “la disciplina” entra en acción y con ella “la conducta humana” se hace presente, y puede ser con la más plena “lealtad” o también “desobedeciendo”.
Desde la Ciencia Política, como parte de la ciencias sociales, y que se aboca al estudio y el análisis de las relaciones de poder, implícitas o explícitas, entre la autoridad y los individuos, los grupos, y la organizaciones; y las estructuras como los procedimientos y procesos que llevan a decisiones políticas, y que tarde o temprano ponen en la cuerda floja del equilibrio a la disciplina del ser humano, en algunos casos.
Así pues, está empezando la recta final en el sexenio del Presidente de México con el Quinto año de Gobierno y las fichas en el tablero oficial veremos y ya sabremos en no lejano tiempo, quiénes respetarán los códigos disciplinarios que inician con la lealtad al superior, en este caso a Don Andrés Manuel.
Sabiendo que el Presidente es un robalo de aguas profundas, creo debe tener calculado más allá del Plan “A” con su tripleta de hermanos,- Claudia, Marcelo y Adán-, para que lo releven en 2024 y en ese sentido, igual pudiera resultar para Gobernador en los Estados del País y quizá, hasta en Ayuntamientos con sede en ciudades de alta relevancia social, económica e incidencia política.
El Jefe del Poder Ejecutivo sabe y sobre todo entiende, que la decisión no es ni será fácil, cómoda o sencilla. La historia que él ha venido viviendo, en el cómo se transforma la conducta humana de los políticos – no todos – y que al asumir el poder o recibir la banda en su pecho, ahí empiezan a desconocer a quien los hizo, les promovió y les llevó al cargo.
La lealtad con disciplina -como parte de los códigos de ética en el quehacer de las instituciones- no es un artículo que se venda en tiendas o farmacias, están en el ADN de los valores, principios y conciencia que sólo dicta el corazón y la gratitud del ser humano.
En el quinto año suelen aparecer y hasta florecer declaraciones patrimoniales en algunos servidores públicos que poco antes parecían una mezcla de corderos y buena gente, y que buscarán continuar en la gloria del poder a costa de lo que sea necesario. Hay hasta quienes se atreven a poner a nombre de esposa o compañera de vida, bienes adquiridos, cuando ellas son amas de casa o tienen un trabajo no alto en remuneración.
Se avecinan tiempos complejos en los que la clase política gobernante como los actores activos, estén sometidos a las más grandes pruebas de disciplina y lealtad cumpliendo códigos de ética, y donde la ostentación política partidista requiere mucho equilibrio.
Es recomendable que los interesados se tomen en ayunas un licuado de sesos, corazón y dos blanquillos, sin dejar de tener a la mano un termo con té de paciencia pues, los equipos que inician un sexenio a veces no terminan donde comenzaron.
UN CAFÉ CON DOBLE CARGA
Bien decía Don Jesús Reyes Heroles: “Si está trabajando bien para qué lo quitas, y si está trabajando mal para que lo promueves”.
¡ ES CUANTO !