“Nadie es desgraciado sino por su propia culpa.” – Séneca.
Aquí antes que en cualquier espacio se lo advertimos desde principios del año 2017, la prioridad del PRI en el proceso electoral del 2018 no era llevar a la presidencia a su candidato, sino salvar en lo posible la ya de por si empañada administración de Enrique Peña Nieto.
Una vez más, el mal cálculo de los priistas los pone en el ante sala del escándalo inminente, la renuncia obligada de Santiago Nieto al frente de la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (FEPADE) obedece únicamente al hecho de que sus investigaciones tarde o temprano lo llevarán a la misma puerta de la Residencia Oficial de Los Pinos, y tocarán al mismo inquilino de la mansión.
La versión publicada por el Diario Reforma este lunes, refuerza las versiones que en esta misma columna le informamos meses atrás, la Fiscalía de Brasil tendría en su poder las grabaciones en donde se ve y se escucha a funcionarios mexicanos, negociar jugosos contratos con la trasnacional Brasken Idesa perteneciente al corporativo Odebrecht en donde se acuerda acompañar campañas electorales a favor del hoy presidente de México, a cambio de concesiones para trabajar al lado de Petróleos Mexicanos (PEMEX).
Esa manía de algunos poderosos de mantener a como dé lugar la ventaja de sus negociaciones, llevó al mismo Marcelo Odebrecht a grabar los encuentros con los funcionarios mexicanos, entre los que destacarían dos ex gobernadores del estado de Veracruz -uno ex cónsul y otro actualmente preso-, funcionarios del primer círculo Peñista -Emilio Lozoya y cia.- e incluso al mismo presidente Enrique Peña Nieto, con lo que la Fiscalía de aquella nación mantiene contra las cuerdas al gobierno mexicano.
Ya se recuerdan aquel 20 de septiembre de 2012 cuando el presidente electo de México, visitaba Brasil en una gira de trabajo de dos días por aquella nación carioca.
Ahí Peña Nieto elogio en su visita a Sao Paulo en una reunión con empresarios brasileños en la sede de la Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo a la empresa Petrobras afirmando “que el gobierno que encabezará a partir del primero de diciembre buscará aprovechar el modelo de sociedad de Petrobras con la IP, para modernizar a Pemex”.
Días antes en Colombia el político mexiquense afirmaba ““Lo que yo propongo es la modernización de Pemex. No una privatización, sino un mecanismo que facilite la participación del sector privado”.
En ese momento Emilio Lozoya fungía como vicecoordinador de Asuntos Internacionales del presidente electo, lo que le dio manga ancha para el contacto directo con los responsables de Odebrecht y todas sus filiales.
Las recientes declaraciones de Carlos Fadigas, ex director de la compañía Braskem, la filial petroquímica de Odebrecht, al afirmar que acompañó “de tiempo completo” la campaña presidencial de Enrique Peña en 2012, colocan al propio Peña Nieto en turbulentas aguas sobre su constante manejo corruptivo.
Se sabe por parte de las autoridades brasileñas que Fadigas actualmente es testigo colaborador ante la justicia de aquel país para esclarecer el caso de corrupción internacional conocido como Lava Jato.
Según consta en una transcripción del encuentro en una reunión privada con inversionistas realizada en febrero de 2013, Fadigas expresó “no sólo de él, sino también de su equipo fueron acompañados en el proceso”.
Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) obtuvo nuevos documentos que revelan que Braskem intervino durante la campaña de Peña con tres transferencias por 1.5 millones de dólares en total a Latin America Asia Capital.
Esta firma, ubicada en Islas Vírgenes, ha sido relacionada por testigos protegidos en Brasil con Emilio Lozoya Austin, quien se desempeñaba en 2012 como coordinador de Vinculación Internacional del candidato del PRI.
El 14 de agosto, REFORMA y MCCI publicaron que en plena contienda electoral de 2012, la constructora Odebrecht transfirió 3 millones 140 mil dólares en siete depósitos a la empresa ligada a Lozoya, en pago por supuestos favores.
Con los nuevos documentos, ahora se sabe que tres de esas transferencias provenían de Braskem, que en aquellos días construía la planta Etileno XXI en Veracruz en alianza con la mexicana Idesa.
Los documentos revelados por MCCI –que incluyen estados de cuenta de transferencias desde el Meinl Bank– fueron integrados a la carpeta de investigación FED/FEPADE/UNAI- CDMX/0001139/2017, que tiene abierta la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE).
“Ya hemos tenido conversaciones con el Gobierno de México, no sólo con el Presidente Enrique Peña Nieto, también con Emilio Lozoya, actual presidente de Pemex, y me parece que la dirección en la que quieren ir es muy coherente con la campaña”, dijo Fadigas a inversionistas en la reunión en la que reveló que Braskem había acompañado “de tiempo completo” al candidato priísta.
Lozoya ha negado en reiteradas ocasiones vínculos con Latin America Asia Capital y ha asegurado que demandará a los testigos brasileños por dañar su honor. Braskem, por su lado, se ha deslindado de actos ilícitos cometidos por Odebrecht en sus operaciones en México.
En la primera semana de abril de 2010, Peña, entonces Gobernador del Estado de México, viajó a Brasil para reunirse con Marcelo Odebrecht, y en octubre de 2011 -cuando ya se perfilaba como candidato presidencial- se agendó otra cita de ambos personajes en Toluca, de acuerdo con una investigación de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).
Ésta es la primera vez que se conoce de este segundo encuentro, el cual es mencionado en una cadena de correos electrónicos interceptados por la Policía Federal de Brasil.
Según estos correos, el 25 de octubre de 2011 Marcelo Odebrecht agendó una reunión de dos horas con Peña Nieto; ese mismo día voló de Toluca a Xalapa para encontrarse con el entonces Gobernador Javier Duarte y, por la noche, acudiría a la entrega de un reconocimiento que una fundación presidida por Cuauhtémoc Cárdenas le otorgó al ex presidente brasileño Luiz Inacio Lula Da Silva.
El día anterior visitó en Los Pinos al presidente Felipe Calderón, en compañía de Carlos Fadigas, el director de Braskem. En dos días, Odebrecht se reunió con personajes de tres partidos (PRI, PAN y PRD).
Peña Nieto se volvió a encontrar con Marcelo Odebrecht en la ciudad de Querétaro el 12 de noviembre de 2012, a unos días de tomar protesta, de acuerdo con otra cadena de correos obtenida para esta investigación.
Por esos mismos días habló con Carlos Fadigas sobre el proyecto Etileno XXI, según relató el director de Braskem en otra reunión con inversionistas efectuada el 9 de noviembre de 2012, de cuya transcripción MCCI también tiene copia.
“Tenemos el pleno apoyo (para el proyecto Etileno XXI) no sólo del actual presidente Calderón, sino que también hemos tenido contacto con el Presidente electo, Enrique Peña Nieto. Conoce el proyecto. Lo hemos discutido con él, y también apoya cien por ciento”, aseguró Fadigas en aquella reunión.
Apenas asumió la Presidencia, Peña Nieto se reunió de nuevo con Fadigas, quien actualmente está procesado en Brasil por corrupción.
En octubre de 2013, Peña tuvo una cuarta reunión privada con Marcelo Odebrecht en la residencia oficial de Los Pinos.
Es así como la prioridad del PRI, no se encuentra en el proceso electoral del 2018, ni en conservar la presidencia, sino en salvar el pellejo del presidente en tremendo escándalo de orden internacional, mismo que tarde o temprano lo colocará evidentemente tras las rejas, pues, no es posible que con el mismo ejercicio del poder se pueda seguir pervirtiendo la justicia, removiendo a funcionarios que solo cumplieron con la encomienda para la que fueron consignados.
Hoy más que nunca, el factor Duarte, es y seguirá siendo la peor de las apuestas a las que Enrique Peña Nieto jugó, sabedor que, con sus excesos, el ex mandatario veracruzano construyó la caída del priismo nacional y por consiguiente la derrota del partido en el próximo proceso electoral.
La escalada a este tema se verá reflejada, llegado el momento en los reproches que orondo habrá de emitir el propio presidente de Estados Unidos, Donald Trump en las negociaciones del TLCAN, cuando en su cara le refute al presidente de México que carece de toda calidad moral para negociar a nombre de nuestra nación tratado alguno con tremendos antecedentes de corrupción.
La prioridad del PRI no es ganar la elección, sino salvar en lo posible el escándalo que se avecina.
Al tiempo.
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