El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define la palabra reto como: Objetivo o empeño difícil de llevar a cabo, y que constituye por ello un estímulo y un desafío para quien lo afronta
Las firmas de contaduría veracruzana están viviendo tiempos difíciles, donde se dan casos de endeudamiento y liquidación de los activos de su negocio e incluso la pérdida del patrimonio familiar de muchos contadores. Diversos son los problemas, entre los que destaca:
- La no obligatoriedad de auditarse fiscalmente las empresas por una firma de auditores.
- El hecho de que ya no es necesario hacer declaración de persona física si solo se tiene una fuente de ingresos laboral.
- El incumplimiento de pago de SEFIPLAN de los honorarios por servicios por las firmas de contadores, en algunos casos tienen una antigüedad de años.
Además:
- A futuro no se requerirán los servicios de contadores para realizar auditorías a municipios, entes descentralizados, organismos autónomos y para municipales.
- Una ya próxima recesión mundial que impactará negativamente en la demanda de auditorías tradicionales, por lo que la contaduría deberá acoplarse a los nuevos “tiempos” para seguir operando en un entorno cada vez más difícil y competitivo.
Un aspecto a considerar de manera urgente es contar con la capacidad de adaptación, ampliando la gama de servicios profesionales y no limitarse a las auditorias para verificar la razonabilidad de la información financiera y fiscal. Como ofrecer auditorias especializadas de desempeño, de calidad o integrales y servicios de consultoría de gestión, riesgos, desarrollo de indicadores, financieros e innovación. Para esto se requiere que todo el personal incluyendo a los socios ejerzan con un espíritu de “educación permanente”, y no
Limitarse a la asistencia tradicional de conferencias de reformas fiscales, en los que algunas firmas envían a su gente si son gratis. Se debe invertir de manera permanente en la formación acudiendo a seminarios, posgrados y certificaciones internacionales, no solo certificaciones locales de los colegios de contadores, ya que muchos contadores veracruzanos solo se certifican para obtener el visto bueno de la SHCP para realizar auditorías de carácter fiscal.
Se requiere incursionar más en el sector privado y depender menos del sector público (la ubre de esta vaca ya está seca y no volverá a tener leche como antes), sin embargo la realidad veracruzana es que no hay un desarrollo industrial empresarial fuerte en Veracruz, y las cadenas comerciales tienen sus corporativos fuera del estado. Las firmas deberán aprender operar fuera de sus demarcaciones locales y tener alcance nacional e internacional.
Sin embargo no todo recae en los hombros de las firmas de contadores, en lo que se refiere a la competitividad también parte de la responsabilidad es de las instituciones de enseñanza superior privada y pública.
Las instituciones privadas, desafortunadamente su objetivo primordial es obtener dinero de sus clientes- alumnos (finalmente son negocios lucrativos). Y por lo mismo, no siempre ofrecen calidad educativa, ya que contratan en la mayoría de los casos maestros sin experiencia o poca experiencia de ayudantes o burócratas de muy bajo perfil, y papeles académicos que “acreditan” su calidad.
Otro problema es la actualización, ya que en la mayoría de los casos no hay hábito de lectura de revistas académicas o profesionales, y menos si no les llega gratis al igual que los periódicos. Algunas universidades cuentan con unos programas de formación (actualización) académica con curso básicos de la profesión, rara vez especializados de alto nivel, de yoga, nutrición, que son las Tics, motivacionales, como redactar, etc. Pero no los cursos que de verdad se necesitan para tener competitivos a los profesores de la contaduría.
Los planes de estudio son anticuados ya sean de licenciatura o maestría, que no llegan a actualizarse, y de los cuales son copias de planes de estudio de otras instituciones, ya que muchos profesores no les interesa, ya que implica que ellos deben estudiar lo nuevo de la Contaduría y no están dispuestos a realizar un esfuerzo personal. Muchos planes de estudio no cubren las necesidades de la profesión y se da el caso de algunas facultades de Contaduría que no contemplan materia como auditoría interna, modelos de control, control interno, pensamiento contable contemporáneo, en algunos temas el rezago es de medio siglo.
Es una necesidad apremiante que los académicos de la profesión busquen obtener certificaciones de carácter internacional así como la de ANFECA, para efecto de lograr formar alumnos competitivos en el mercado laboral.
En el caso de las universidades públicas, existe el problema es la asignación de plazas a familiares incondicionales, aunque no sirvan para nada, excepto de ser serviles y lambiscones. Y frecuentemente las coordinaciones de programas de maestría y especialidad son manipuladas por grupúsculos de pseudo maestros y pseudo investigadores a efecto de repartirse la cobranza de materias de cada programa de posgrado, encontrando que imparten no una, sino varias materias.
Fortalecer la movilidad con instituciones académicas serias y no hacer simulaciones que son en realidad paseos de los alumnos y maestros.
Otro problema es la realización de semanas de vinculación que lejos de invitar a empresas y firmas con el fin de realizar el reclutamiento de los mejores alumnos universitarios en su lugar, efectúan carreras deportivas, torneos de futbol, voleibol concurso de karaoke y cine entre otras actividades para alumnos y académicos, que lejos de contribuir al desarrollo académico, es una semana perdida en contra del desarrollo estudiantil y la pérdida de conseguir un empleo. Se requiere desarrollar verdaderas relaciones universidad-empresa con verdaderas políticas de educación continua y no simulación de académicos. Grandes son los retos para la contaduría veracruzana y con esto alcanzar un verdadero y sólido desarrollo profesional.
La reflexión es suya, hasta la próxima.
