Por Ferdusi Bastar Mérito
La directora de la Conagua nombrada por nuestro presidente, Blanca Jiménez Cisneros parece que entró a la universidad, pero para hacer alguna de sus necesidades, y perdón por la expresión, pero sus increíbles declaraciones a los medios y el catastrófico y criminal resultado de su pésima actuación, no nos dan otra opción.
Declara esta docta y humanista “ingeniera” que las inundaciones provocadas por el rio Grijalva, con todo y sus cuatro grandes presas de control, no se pueden evitar, y que los tabasqueños debemos estar conscientes de que aquí nos tocó vivir y adaptarnos a estas inundaciones. Esta tránsfuga de las aulas ya le ha creado muchos conflictos a la 4T, el último en la frontera norte y ahora en el sureste.
En todo el mundo las presas se construyen para regular las aguas y evitar las inundaciones. Así , en la depresión del 29, Estados Unidos construyó la Presa Hoover, que adicionalmente da vida a Las Vegas, para evitar las desastrosas inundaciones que año con año provocaba el rio Colorado. Y hace 85 años que no se han repetido esas inundaciones. Sera que este y cien ejemplos más que se pueden citar, lo sepa la “ingeniera” Jiménez Cisneros, que nos gustaría saber en que universidad obtuvo su título?.
Y la cosa no es tan complicada ni inaccesible. Por ejemplo, si un rio tiene un gasto promedio anual de 120 millones de metros cúbicos al año, una presa que se construye para regular sus aguas, hará que el gasto mensual sea de 10 millones de metros cúbicos, y su equivalente diario, ya sea por turbinación o por desfogue. Y el rio tendrá un nivel estable siempre, desde luego sin desbordar ni inundar.
Y los delitos, al igual que los pecados, se producen por obra u omisión. Y al omitir desfogar y después accionar un desfogue criminal, hay multitud de delitos graves, incluso de lesa humanidad, en que ha incurrido esta mala funcionaria. Daño a la propiedad privada y federal, daño a la economía, daño a la naturaleza , a la ecología, a la infraestructura, a las vías de comunicación, con cien etcéteras más, y violación a derechos fundamentales, como el derecho a la vida, hay declarados 8 fallecimientos que son verdaderos homicidios, derecho a la salud, derecho al trabajo, entre muchos otros.
En lo personal ya presenté mi denuncia ante la Fiscalía General de la República, y mi queja ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y convoco a todos los tabasqueños a que hagan lo mismo. Decía Gandhi que lo más malo de las cosas malas que hace la gente mala, es el silencio de los buenos. Y el silencio es complicidad.
Vivimos el tremendo absurdo de que somos el único país en el mundo, en que no una, cuatro presas, no solo no evitan la inundación, sino que la provocan, y su brillante administradora afirma que es inevitable. Excelente el amplio programa de reparación y atención de la emergencia de nuestro Presidente, pero esto no es suficiente para los tabasqueños, lo criminales deben estar en la cárcel, no en su gobierno.
Y en Tabasco tenemos multitud de ejemplos de la “ingeniería” de la Conagua. Compuertas del Macayo, mal construida en lugar inapropiado, muchos bordos construidos en lugares absurdos y siempre en forma ineficiente y con filtraciones, o las horribles bardas de la ignominia construidas en el malecón de Villahermosa, en que abundan las filtraciones y se han tenido que reforzar con miles de costales de arena. Ingeniería de la edad de piedra que no debe tener cabida en la 4T.
Y nuestro Presidente anuncia la creación de una Comisión del Grijalva que administrará las presas y reitera constantemente su combate y no aceptación de la corrupción ni la impunidad. Karl Marx decía que cuando la burocracia falla crea más burocracia y que desempeñar un puesto para el que no se tiene la capacidad, es corrupción pura.
Por tanto le sugerimos respetuosamente a nuestro Presidente que no cree más burocracia, y que combata la corrupción y la impunidad poniendo a disposición de la Fiscalía General de la República a los criminales funcionarios incrustados en la Conagua, comenzando por su directora. Esa es la solución.
CONAGUA, LA INEPTITUD Y ESTULTICIA DE SU DIRECTORA
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