MORENA entregó la Plaza. Al puro estilo de los narcos. Los delincuentes tienen manos libres para seguir actuando, como en otros sexenios. Pero hay una diferencia: poseen el 35% de injerencia en el territorio nacional. Aunque lo nieguen no son pocos los estados con problemas de lucha por el territorio sino todo el país. A diario se dan numerosos casos de extrema violencia en todas partes. Los homicidios, feminicidios, desaparecidos están a la alza. Hoy en la mayoría de los medios de comunicación, impera la nota roja. En lo que respecta a la guerra cruenta entre carteles de la droga, no son afectados sólo los integrantes de esos grupos. Resulta que hay daños colaterales, según los denominan, donde caen cientos de cuerpos ultimados en los tiroteos o en explosiones de artefactos bélicos. Los pobladores no sólo abandonan sus hogares sino sus estados. Salen huyendo con grandes traumas y pérdidas materiales. En un 90% – el 10 son la clase politica-los mexicanos vivimos traumados, angustiados y desesperados. Todo se junta. Enfermedades, violencia, desempleo, carestía. El Peje no cambiará su estrategia de seguridad. Lo amenazó. Vive en un palacio al cuidado de decenas de marinos, soldados, guardia Nacional, que lo abrazan y cuidan de los balazos. 123 mil muertos en tres años. Y lo que falta. Las escenas de infractores correteando a los guardianes del orden son más comunes y la ciudadanía tiene mucho que perder. La transformación de cuarta.
Enmoladas
La ciudadanía no debemos permitir el saqueo del erario. Ya nos robaron. No más. MORENA es un barco de piratas. En su navegación van saqueando lo que pueden. Nos encontramos en el 5o lugar de corrupción en el mundo. Ese gastado y cínico argumento de ir en contra de ella es un vil engaño. Están robando “no poquito como antes” sino de manera desproporcionada. Por dónde le rasquen salen a flote los millonarios hurtos. Por eso la desesperación en MORENA de repetir. Le agarraron el modo y están embelesados. Nunca habían tenido y hoy que les llegó se enloquecieron. Lo que no se vale es la manera como utilizan el dinero para las votaciones, confesión de su Tlatoani. Hablamos de cientos de miles de millones de pesos, cuando hay más de 50 millones de mexicanos en la pobreza. Eso de que es un gobierno de pobres, para los pobres y por los pobres es un miserable slogan de propaganda. Cuando se acabe el dinero, caeremos-ya estamos-en la peor crisis económica que habra tenido México. Y los ciudadanos empobrecidos lamentaremos no haberlos frenado. No aprendimos la lección del pasado, con funcionarios públicos ineptos y muy rateros. Ambiciosos a lo máximo.
En MORENA andan muy orondos presumiendo su elección de Estado pasado. Donde usaron los consabidos gastos millonarios para la compra y venta de votos, la participación del narco, el uso de la burocracia y otros apoyos nada legales de sus cómplices. Desprecian el 54% de abstención, porque al puro estilo calderonista “haiga sido como haiga sido” se llevaron 4 de 6. Eso avivó más su ambición desmedida y ahora están en campaña para embolsarse al Estado de México. No hay solución a los problemas básicos del país, pero están en la sucesión. Indudable que para ellos la forma no es fondo. Con cinismo y violando las leyes electorales se van por todo el pastel. El tlatoani observa divertido y cínico el gran circo. No le importa nada pues a él que no le vengan con que la ley es la ley. El país se hunde ante la mirada preocupada del mundo y está dividido al 50 %, aunque 70 millones no decidan aún. Es de pena ajena ver a las que llaman corcholatas sin dignidad alguna, recurriendo a artimañas tan soeces como los acarreados. El erario tirado a la basura. Violencia, carestía, desabasto de medicinas, Covid 19 de vuelta valen madre. Para MORENA lo que importa es el rey, ese miserable que pide respeto a los derechos de los delincuentes cuando 120 mil mexicanos han sido masacrados en lo que va de su sexenio. El que al cielo escupe a la cara le cae, advierte el pueblo sabio.
Una derrama económica millonaria para la compra- venta de votos y un trabajo electoral de meses distinguió las elecciones pasadas. MORENA tenía la orden presidencial de ganar el carro completo y por poco lo logran. Con un abstencionismo del 54%, ganaron 4 de 6 de los estados donde hubieron elecciones para gobernador. La ausencia de candidatos de peso de la oposicion en coalición( PRI-PRD-PAN) y la traición de los gobernadores de Hidalgo, Oaxaca y Quintana Roo también ayudaron mucho. No son ellos somos nosotros. La ciudadanía es responsable de los resultados que habían sido cantados. La ausencia en las urnas relaja al partido en el poder. Mientras menos participación mayor ventaja para la mayoría. Aquí es donde debemos reflexionar seriamente. Palabras más o menos se asegura una advertencia presidencial: “se trata de la lucha por el poder y por eso no extrañe lo que tenga que hacer”. De escalofrío. Es una terrible advertencia del autoritarismo. Van muy en serio para retener sus cotos de riqueza y poder. Estamos a tiempo. Hay que exigir a los partidos opositores más entrega y labor inteligente. Nos salen muy caros para tan pobres resultados.
En vez de andar con ocurrencias los gobiernos debieran resolver. Se insiste en el tema de la violencia porque ya no se puede estar en paz ni siquiera en los panteones, iglesias. No hay lugar público en donde no se perprete a diario un asesinato. Más de 100 mil homicidios, en lo que va del sexenio. Lo más delicado es que las autoridades pacten con la delincuencia organizada y les cubran con un manto de impunidad. Ahora los infractores corretean a la guardia civil, marines y soldados. Escenas vergonzosas sobre todo para los militares antes orgullo del país. El empoderamiento a los carteles del narcotráfico por parte de la presidencia de México es intolerable. Los mexicanos ya perdieron la capacidad de asombro al parecer. Quedaron cegados y no ven con claridad hacia dónde vamos. Cuando aclaren su vista querrán quedar ciegos, así de determinante es la cuestión por lo que pasa la patria. Por lo pronto en vez de cambiar la educación, eduquemos con lo que tenemos a la mano y hagamos conciencia sobre todo a la hora de votar. Esta en juego la tranquilidad del país.
La clase política de mayoría está putrefacta. Diputados y senadores de MORENA, que desprecian a los contribuyentes y se arrodilan ante el ejecutivo. Quienes cumplen caprichos y ocurrencias nefastas. Están coludidos como con el narcotráfico. Las verdaderas necesidades de la ciudadanía no están resueltas. La violencia va imparable pero gobernadores, presidentes municipales, burocracia están imbuidos en las elecciones. Preparando el golpe de estado. Tirando miles de millones de pesos en la compra venta de votos mucho mayor que en el pasado. En la rabia y odio que los distingue, se van con todo sin medir consecuencias. Incluso recurren a métodos poco ortodoxos e ilegales como grabaciones telefónicas. Están desesperados. Es posible tengan otros datos que les inquietan. Presenciaremos una batalla cruenta, en donde la delincuencia tendrá gran presencia para inhibir. A estos corruptos en todos sentidos los mantiene la nación. No debemos permitirlo.
Si los contribuyentes no exigimos calidad en los servicios que pagamos, sucumbiremos como con la violencia. El agua, contaminación, basura son problemas latentes. Sin falta de capacidad, las autoridades se ven rebasadas. Imbuidas en lo político menos les importa. Los ciudadanos debemos unirnos más que nunca, para poder afrontar todas las calamidades al acecho. Los gobiernos nacionales, por ejemplo, se han relajado con lo del Covid 19. La pandemia continúa y aún no hay algún repunte peligroso. Debemos continuar con el protocolo y no bajar la guardia. Existen otras amenazas de otro tipo de contagios, por ello debemos ser siempre más cuidadosos. Igual a lo que a la violencia respecta, sobre todo en el cuidado de niños y jóvenes. Momentos muy difíciles los que vivimos los mexicanos, con gobiernos que sólo nos recuerdan en tiempos de elecciones. Es la historia y los mismos de siempre. Ante nuestra realidad unámonos y seamos solidarios con la tragedia de nuestros compatriotas. Hoy por ellos, mañana por nosotros. Todos vamos en el mismo barco. Sin distingo.