Vía Empresarial
La pandemia por COVID-19, ha afectado a casi todas las naciones del mundo. A unas más, a otras menos.
El papel que ha jugado la Organización Mundial de la Salud no ha sido el esperado a pesar que una de sus funciones es colaborar estrechamente con expertos mundiales, gobiernos y asociados, para adquirir los conocimientos científicos necesarios sobre este nuevo virus; rastreando su propagación y virulencia. Tampoco ha habido menciones públicas de los gobiernos reconociendo sus aportaciones en bien de la salud mundial.
A no ser las recomendaciones del uso de la mascarilla, lavarse las manos y la distancia física entre las personas, no se ha sabido de alguna otra recomendación que convenza a los diversos núcleos sociales para ponerla en práctica.
Al inicio de la pandemia, la OMS hizo algunas recomendaciones más como el uso de los guantes en las manos o el tapete sanitizante, pero luego declaró que no debían usarse los guantes porque facilitaban la retención del virus. Que era más fácil lavarse las manos que lavar los guantes.
La OMS ha recibido diversas críticas porque no ha reaccionado con la inmediatez que requiere el problema.
Tampoco se conoce que haya hecho recomendaciones a los gobiernos para que elaboren bases de datos que nutran de información que sirva para tener una idea clara de las circunstancias en las que se da el contagio. Por ejemplo, cuáles fueron las circunstancias previas al contagio de los pacientes. Qué actividades realizaron en los días anteriores al contagio, a dónde fueron, con quienes convivieron y si cumplieron con los protocolos establecidos. De igual forma si tomaron medicamentos, remedios o, incluso, complementos alimenticios. Toda esta información es importante para elaborar un plan de combate al virus.
Es comprensible que el intempestivo avance del contagio no permita las condiciones para obtener la información relacionada con el historial de la salud de los contagiados, como sus rutinas de ejercicio, problemas emocionales u otras que, de acuerdo a opiniones de expertos, actúan directamente sobre el sistema inmunológico.
En relación a las medidas que han adoptado la mayoría de los Ayuntamientos del País y los gobiernos estatales, algunas parecieran contrarias al propósito fundamental de preservar la salud como, por ejemplo: clausuran los parques para que la gente no entre, pero se agolpa en los alrededores. En estos espacios existen árboles y plantas generadores de oxígeno, fundamental para la salud. Se permite la aglomeración de personas en los mercados populares y se limita el acceso a lugares establecidos que cumplen con los protocolos de sanidad.
Algo a lo que nadie le ha encontrado explicación es que en los super mercados o en las plazas comerciales, se les recomienda destinar puertas diferentes para entrar y para salir, aunque todos los clientes, adentro, se mezclan unos con otros.
En tiempos remotos, a los contagiados por virus se les recomendaba ir a la playa para respirar el aire salino y bañar su cuerpo con agua del mar. Los resultados eran evidentes. Sin embargo, sin realizar un estudio al respecto para saber si favorece a la salud o no, se cierran las playas. Hay que mencionar que al principio de la pandemia se sugería hacer gárgaras de agua con sal para destruir al virus COVID-19 que se encontrase alojado en la boca. En el pasado periodo de la Semana Santa, la gente se volcó en las playas de México y, contrario a lo que las autoridades de salud pronosticaron, el nivel de contagios no fue alto.
PREGUNTA A WINSTON CHURCHILL
Winston Leonard Spencer Churchill fue un estadista británico que se desempeñó como primer ministro del Reino Unido de 1940 a 1945, durante la Segunda Guerra Mundial, y nuevamente de 1951 a 1955; fue duramente criticado por su lucha contra la invasión nazi en la Segunda Guerra Mundial.
De inicio, Sir Winston Leonard Spencer Churchill, fue conservador, considerado el último de los grandes estadistas del mundo. Siempre recordado por su rara habilidad para predecir los acontecimientos futuros.
El político británico, a lo largo de su brillante carrera fue el hombre más popular y el más criticado de Inglaterra, y a veces ambas cosas al mismo tiempo.
Durante años, Churchill fue algo así como la voz de la conciencia de su país, una voz que sacudía los espíritus y les insuflaba grandes dosis de energía y valor. Su genio polifacético, además de llevarlo a conquistar la inmortalidad en el mundo de la política, lo hizo destacar como historiador, biógrafo, orador, corresponsal de guerra y bebedor de coñac; y en un plano más modesto como pintor, albañil, novelista, aviador, jugador de polo, soldado y propietario de caballerías.
En su momento, Churchill previó con extraordinaria exactitud los acontecimientos que desencadenaron la Primera Guerra Mundial y el curso que siguió la contienda en su primera etapa. Sus profecías, consideradas disparatadas por los militares, se convirtieron en realidad y sorprendieron a todos por la clarividencia con que habían sido formuladas.
La frase “Sangre, sudor y lágrimas”, que inmortalizara el hombre de la fulgurante carrera política en un discurso a los ingleses en plena guerra contra los nazis, en referencia a los costos sociales de su pueblo.
Esa frase, que bautizara a un grupo musical de los sesentas, también se puede aplicar en México con algunas leves modificaciones: Mucha sangre, mucho sudor y ríos de lágrimas; con un final aún lejano.
Qué oportuno sería formularle la siguiente pregunta al visionario político inglés, gran estadista y también famoso por sus predicciones políticas y sociales: ¿En una lucha interna el que va perdiendo al final puede ganar, o es al revés?
Baruch de Spinoza fue un filósofo holandés considerado uno de los tres grandes racionalistas de la filosofía del siglo XVII, junto con el francés René Descartes. Spinoza desarrolló una teoría sobre un Dios geométrico a quien considera que es un ente pensante e infinito. Albert Einstein, en algunas ocasiones declaró estar de acuerdo con el Dios de Spinoza.
Spinoza creía que el Dios de su teoría hubiera dicho: “Deja ya de estar rezando y dándote golpes en el pecho! Lo que quiero que hagas es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida. Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes de todo lo que he hecho para ti. ¡Deja ya de ir a esos templos lúgubres, obscuros y fríos que tú mismo construiste y que dices que son mi casa! Mi casa está en las montañas, en los bosques, los ríos, los lagos, las playas.
Ahí es en donde vivo y ahí expreso mi amor por ti. Deja ya de culparme de tu vida miserable; yo nunca te dije que había nada mal en ti o que eras un pecador, o que tu sexualidad fuera algo malo. El sexo es un regalo que te he dado y con el que puedes expresar tu amor, tu éxtasis, tu alegría. Así que no me culpes a mí por todo lo que te han hecho creer. Deja ya de estar leyendo supuestas escrituras sagradas que nada tienen que ver conmigo. Si no puedes leerme en un amanecer, en un paisaje, en la mirada de tus amigos, en los ojos de tu hijito… ¡No me encontrarás en ningún libro! Confía en mí y deja de pedirme. ¿Me vas a decir a mí como hacer mi trabajo? Deja de tenerme tanto miedo. Yo no te juzgo, ni te crítico, ni me enojo, ni me molesto, ni castigo. Yo soy puro amor. Deja de pedirme perdón, no hay nada que perdonar. Si yo te hice… yo te llené de pasiones, de limitaciones, de placeres, de sentimientos, de necesidades, de incoherencias… de libre albedrío ¿Cómo puedo culparte si respondes a algo que yo puse en ti? ¿Cómo puedo castigarte por ser como eres si yo soy el que te hice? ¿Crees que podría yo crear un lugar para quemar a todos mis hijos que se porten mal, por el resto de la eternidad? ¿Qué clase de dios puede hacer eso? Olvídate de cualquier tipo de mandamientos, de cualquier tipo de leyes; esas son artimañas para manipularte, para controlarte, que sólo crean culpa en ti. Respeta a tus semejantes y no hagas lo que no quieras para ti. Lo único que te pido es que pongas atención en tu vida, que tu estado de alerta sea tu guía. Amado mío, esta vida no es una prueba, ni un escalón, ni un paso en el camino, ni un ensayo, ni un preludio hacia el paraíso. Esta vida es lo único que hay aquí y ahora y lo único que necesitas. Te he hecho absolutamente libre, no hay premios ni castigos, no hay pecados ni virtudes, nadie lleva un marcador, nadie lleva un registro.
Eres absolutamente libre para crear en tu vida un cielo o un infierno. No te podría decir si hay algo después de esta vida, pero te puedo dar un consejo. Vive como si no lo hubiera. Como si esta fuera tu única oportunidad de disfrutar, de amar, de existir. Así, si no hay nada, pues habrás disfrutado de la oportunidad que te di. Y si lo hay, ten por seguro que no te voy a preguntar si te portaste bien o mal, te voy a preguntar ¿Te gustó?… ¿Te divertiste? ¿Qué fue lo que más disfrutaste? ¿Qué aprendiste?… Deja de creer en mí; creer es suponer, adivinar, imaginar. Yo no quiero que creas en mí, quiero que me sientas en ti.
Quiero que me sientas en ti cuando besas a tu amada, cuando arropas a tu hijita, cuando acaricias a tu perro, cuando te bañas en el mar. Deja de alabarme, ¿Qué clase de Dios ególatra crees que soy? Me aburre que me alaben, me harta que me agradezcan. ¿Te sientes agradecido? Demuéstralo cuidando de ti, de tu salud, de tus relaciones, del mundo. ¿Te sientes mirado, sobrecogido?… ¡Expresa tu alegría! Esa es la forma de alabarme.
Deja de complicarte las cosas y de repetir como perico lo que te han enseñado acerca de mí. Lo único seguro es que estás aquí, que estás vivo, que este mundo está lleno de maravillas.
¿Para qué necesitas más milagros? ¿Para qué tantas explicaciones? No me busques afuera, no me encontrarás. Búscame dentro… ahí estoy, latiendo en ti”.
#fernandopadillafarfan
CIUDADES SE AUTO DEVORAN
La historia nos dice que todos los pueblos tienen un origen, luego sobreviene su desarrollo y posteriormente su zenit, donde permanecerán según su crecimiento cultural, científico y moral; y, finalmente, la caída o inhabitabilidad. Los que crecen desordenada y rápidamente y no tienen la inteligencia adecuada, con facilidad decrecen o colapsan. Existen los que sólo sufren un decaimiento. En este caso prevalece la oportunidad de que reorienten el curso de su progreso con la participación de la sociedad y el gobierno.
Por ejemplo, resulta paradójico que ahora que las tecnologías para comunicarse unos con otros sin importar el lugar del planeta donde nos encontremos, las sociedades presentan crisis en materia de comunicación y entendimiento. Con preocupación se observa que los avances tecnológicos en materia de comunicación, caminan en sentido opuesto al entendimiento y los acuerdos interpersonales.
Tal vez derivado de lo anterior, algunos países están resintiendo ciertas implosiones en su cohesión social. Es decir, Hay ciudades y pueblos que se están devorando a sí mismos. Esto no obedece a fuerzas externas sino internas: unos contra otros o, lo que es peor: todos contra todos.
Los grupos sociales que manifiestan cualquier inconformidad ocasionada por el gobierno, o cuando se le involucra indirectamente, dirimen sus asuntos en las calles. Las calles, avenidas y carreteras, han sido escogidas por todos aquellos que tratan de presionar a las autoridades, como el espacio propio para ser escuchados. Sin embargo, saben perfectamente el daño que ocasionan a la sociedad que nada tiene que ver con los asuntos de los protestantes, pero algo ocurre que, a pesar de ello, usualmente los grupos protestantes adoptan actitudes agresivas contra la misma sociedad a la cual pertenecen.
La protesta, justificada o no, la realizan ciudadanos por inconformidades contra el gobierno, pero es la misma ciudadanía la que padece las consecuencias de movilidad, de salud y financieras, por bloqueos y acciones violentas. La inversión se espanta, se aleja: pierde la sociedad, pierde el país.
Lo más grave del asunto es que los que escogen el método de la protesta como reclamo, a pesar de su preparación académica como el caso de los maestros y estudiantes de niveles universitarios, se observa una transformación en su comportamiento al momento de manifestarse: de pasivos se transforman en agresivos. Su eventual euforia se nutre del perjuicio que ocasionan a la sociedad.
Los ciudadanos no salen del asombro al observar cómo la ciudad se consume a sí misma, pero nadie hace nada.
Resulta paradójico que se den manifestaciones de gobierno contra gobierno. En política las formas están rotas como rotas están la moral y la ética. No solo en México pasa, también en otros países.
Una escritora estadounidense, hace algunos años en un programa de debate, propuso bombardear México para acabar con los migrantes mexicanos por invadir a su país. No fue criticada por quienes veían ese programa, al contrario, hubo expresiones de apoyo a esa loca idea. Le mandó un mensaje al presidente Obama para que actuara contra México como lo hacía el Primer Ministro Israelí Benjamín Netanyahu, en la Franja de Gaza. La sociedad quiere acabar con la sociedad. Lo que hizo esta chica el día anterior a las elecciones para Presidente de los Estados Unidos, marcaba claramente lo que iba a ocurrir el día electoral. Era el pensamiento de los votantes que llevaron a Trump al éxito electoral.
Es curioso que muchos mexicanos radicados en aquel país hayan votado por Donald a pesar de su fobia contra los mexicanos. Mexicanos contra mexicanos. Así los odios de unos contra los otros.
CIUDADES SE AUTO DEVORAN
La historia nos dice que todos los pueblos tienen un origen, luego sobreviene su desarrollo y posteriormente su zenit, donde permanecerán según su crecimiento cultural, científico y moral; y, finalmente, la caída o inhabitabilidad. Los que crecen desordenada y rápidamente y no tienen la inteligencia adecuada, con facilidad decrecen o colapsan. Existen los que sólo sufren un decaimiento. En este caso prevalece la oportunidad de que reorienten el curso de su progreso con la participación de la sociedad y el gobierno.
Por ejemplo, resulta paradójico que ahora que las tecnologías para comunicarse unos con otros sin importar el lugar del planeta donde nos encontremos, las sociedades presentan crisis en materia de comunicación y entendimiento. Con preocupación se observa que los avances tecnológicos en materia de comunicación, caminan en sentido opuesto al entendimiento y los acuerdos interpersonales.
Tal vez derivado de lo anterior, algunos países están resintiendo ciertas implosiones en su cohesión social. Es decir, Hay ciudades y pueblos que se están devorando a sí mismos. Esto no obedece a fuerzas externas sino internas: unos contra otros o, lo que es peor: todos contra todos.
Los grupos sociales que manifiestan cualquier inconformidad ocasionada por el gobierno, o cuando se le involucra indirectamente, dirimen sus asuntos en las calles. Las calles, avenidas y carreteras, han sido escogidas por todos aquellos que tratan de presionar a las autoridades, como el espacio propio para ser escuchados. Sin embargo, saben perfectamente el daño que ocasionan a la sociedad que nada tiene que ver con los asuntos de los protestantes, pero algo ocurre que, a pesar de ello, usualmente los grupos protestantes adoptan actitudes agresivas contra la misma sociedad a la cual pertenecen.
La protesta, justificada o no, la realizan ciudadanos por inconformidades contra el gobierno, pero es la misma ciudadanía la que padece las consecuencias de movilidad, de salud y financieras, por bloqueos y acciones violentas. La inversión se espanta, se aleja: pierde la sociedad, pierde el país.
Lo más grave del asunto es que los que escogen el método de la protesta como reclamo, a pesar de su preparación académica como el caso de los maestros y estudiantes de niveles universitarios, se observa una transformación en su comportamiento al momento de manifestarse: de pasivos se transforman en agresivos. Su eventual euforia se nutre del perjuicio que ocasionan a la sociedad.
Los ciudadanos no salen del asombro al observar cómo la ciudad se consume a sí misma, pero nadie hace nada.
Resulta paradójico que se den manifestaciones de gobierno contra gobierno. En política las formas están rotas como rotas están la moral y la ética. No solo en México pasa, también en otros países.
Una escritora estadounidense, hace algunos años en un programa de debate, propuso bombardear México para acabar con los migrantes mexicanos por invadir a su país. No fue criticada por quienes veían ese programa, al contrario, hubo expresiones de apoyo a esa loca idea. Le mandó un mensaje al presidente Obama para que actuara contra México como lo hacía el Primer Ministro Israelí Benjamín Netanyahu, en la Franja de Gaza. La sociedad quiere acabar con la sociedad. Lo que hizo esta chica el día anterior a las elecciones para Presidente de los Estados Unidos, marcaba claramente lo que iba a ocurrir el día electoral. Era el pensamiento de los votantes que llevaron a Trump al éxito electoral.
Es curioso que muchos mexicanos radicados en aquel país hayan votado por Donald a pesar de su fobia contra los mexicanos. Mexicanos contra mexicanos. Así los odios de unos contra los otros.
Las encuestas son uno de los medios de expresión entre la población y los gobernantes. A través de las encuestas la gente le dice al gobernante lo que piensa de algunos temas que son de su interés. Y para el gobernante, las encuestas son una herramienta de cierta utilidad para la toma de decisiones.
No falta quien contrate encuestas para alimentar su ego político; presumir sus falsas simpatías. Quienes se prestan a falsear los resultados son, principalmente, las encuestadoras que tienen poco tiempo en el mercado y necesitan financiarse.
En cada elección de nivel federal en la que participan encuestadoras conocidas o no, no todas llegan a los mismos resultados, hay discrepancias entre algunas de ellas. Explican que cuando ocurren estas disparidades es porque no utilizan la metodología correcta o que, de plano, las hacen desde el escritorio.
En algunas ocasiones los votantes se abstienen de expresarle al encuestador su verdadera predilección del sufragio, ya sea porque abrigan temores de alguna represalia si opinan en contra del partido en el gobierno, o exista un ambiente de alta crispación política.
En cada elección hay declaraciones tratando de desestimar la certeza de las encuestas. Regularmente son hechas por quienes no salen bien evaluados en las mismas. Se justifican diciendo que las encuestas son como una fotografía que capta el instante en que se toma, nada más; pero que la verdadera encuesta es la del día de las votaciones. Por supuesto que los que van arriba en la medición argumentan lo contrario.
El costo de las encuestas no es cualquier cosa. La contratación representa una inversión importante. Muchas de ellas se pagan con dinero público.
Las encuestadoras tratan de mantenerse en actividad todo el tiempo para subsistir económicamente. En tiempos de elecciones su actividad aumenta.
Es significativo, por ejemplo, que el número de supuestos encuestados que no aceptan ser cuestionados sea relativamente alto, anda alrededor de 45%. Aunque hay varias suposiciones,
ninguna casa encuestadora ha atinado a explicar de manera científica de qué se trata. Mención aparte es la cifra, también alta, de los indecisos: 35%. Por lo tanto, si se consideran ambas cantidades, 45 más 35, resulta una cifra bruta del 80%. Los restantes 20% estarían muy lejos de ser una muestra representativa de la opinión de los muchos millones de mexicanos enlistados en el padrón electoral.
Por la intensidad de los discursos, por el involucramiento directo de personas que anteriormente habían permanecido al margen, y por la polarización de los ánimos de los simpatizantes de cada uno de los contendientes para alcaldes, diputados y gobernador, se prevé una votación copiosa.
CEREBRO, EJERCICIO Y ORACIÓN
Dentro de no mucho tiempo, los congresos de los Estados se verán obligados a legislar sobre temas que pensar en ellos ahora parecería absurdo; se diría que se trata de medidas autoritarias, atentatorias contra la dignidad humana y los derechos del individuo.
El gasto que realiza el Estado para combatir los efectos de la obesidad tiende a crecer de manera acelerada, como acelerada es la vida que llevamos. A manera de excusa decimos que no tenemos tiempo para practicar deportes o hacer ejercicio; el automóvil no lo soltamos ni para ir a la esquina. No nos detenemos para pensar que lo que nos falta es disciplina y voluntad, para hacer de nuestro cuerpo una unidad de mayores niveles de productividad.
Mientras no seamos conscientes del daño que provocamos a nuestro organismo en lo individual y al Estado en lo financiero, por la inactividad física y desorden alimenticio, las oportunidades de progresar como sociedad estarán cada vez más lejos ya que los recursos se destinarán, de manera creciente, para atender los problemas derivados de la obesidad.
Por ello el comentario en cuanto a que dentro de algunos años, el gobierno afrontará la necesidad de tomar medidas extremas para reducir los niveles de obesidad, que ya son alarmantes. Pareciera que por el momento no se quieren tocar los intereses de las grandes compañías refresqueras y las que elaboran productos chatarra. Tampoco se observan por ningún lado campañas agresivas para concientizar a la gente que debe procurar su salud. Tienen que convencer que el ejercicio no es opcional. Esto es para el cuerpo, pero el cerebro también está desatendido.
El cerebro es un músculo que requiere de ejercitación. Un cerebro que no está debidamente ejercitado no podrá aquietar sus pensamientos cuando agobian al individuo. Hay que recordar que la ética tiene su origen en los pensamientos. Los pensamientos son sumamente importantes para el desarrollo del individuo porque no tan solo impactan en el interior, sino en el exterior también. Un cerebro con bajo nivel de ejercitación se encuentra impedido para hacer los más elementales análisis.
El cerebro es la principal fuente de los sentidos, y de los sentidos proceden las emociones. Las emociones les dan fuerte impulso a los individuos, los proyectan, los conducen. Cuando las emociones no están sincronizadas con el buen funcionamiento del cerebro sobreviene la ansiedad, el enojo y la ausencia de alegría. Las emociones son fundamentales para las negociaciones en la política, al interior de la familia y en el mundo de la empresa privada. Las emociones son el resultado químico del hipotálamo.
También cabe mencionar que la oración le hace bien al cerebro, pero no la practicamos. Está comprobado que la plegaria cambia la forma de las moléculas, las vuelve más sanas, más positivas, más vitales.
#cerebro #ejercicio #oración
#fernandopadillafarfan
EL PERFUME DE LAS CARTAS
Y escribíamos cartas y las enviábamos a los amigos que estaban lejos, y a la novia que no la veíamos por temporadas largas.
La carta a la novia la impregnábamos con nuestra loción preferida, para que nos sintiera tan cerca como la distancia entre dos mejillas que se juntan en el amoroso abrazo.
Escribíamos con fluidez, sin detenernos un instante para no perder la inspiración. Regularmente eran de una o dos cuartillas; si había pleito, el número de hojas crecía.
El protocolo de la amorosa comunicación iniciaba en la tienda de papelería donde se compraba el juego de las hojas y los sobres, usualmente del mismo color y adornados con inspiradoras imágenes que escogíamos de acuerdo con el matiz de nuestras emociones.
Una vez rebosantes de letras, palabras y frases (inventadas o copiadas de un libro de poesías), y después de dos o tres lecturas, se procedía al ingenioso doblado de las hojas para que cupieran exactamente en los pequeños sobres.
Para que nadie se enterase del contenido, el sobre debía ser lacrado con un lengüetazo aplicado por el emocionado remitente en la orilla de la solapa triangular. Sin embargo, ahora que el contagiadero está a todo lo que da, dicen que de haber seguido con aquella centenaria tradición, se hubiera convertido en falta grave ensalivar los sobres poniendo en riesgo la salud de los empeñosos carteros que necesariamente tenían que tocar las cartas con sus propias manos.
El pegamento de las estampillas se activaba al colocarlas sobre la humedecida lengua, la misma que en su momento se encargó de convencer, hasta el suspiro, a la amada mujer.
De ocho a quince días después la destinataria recibía la expresiva carta. El tiempo que se tardaba en llegar dependía del costo de la estampilla; las de “Entrega inmediata” eran más caras. Unos veinte o treinta días después del envío el suspirante tendría en sus manos la carta de vuelta.
La paciencia, que entonces sí existía, había que conservarla. Los tiempos de la novia tenían que acatarse. La comunicación escrita detonaba los latidos del corazón. Las emociones de la lectura lo hacían latir fuerte. A veces había lágrimas que caían en el papel dejando imperceptibles huellas transparentes.
Todo iba bien hasta que unos genios inventaron el internet.
Poco tiempo después apareció el correo electrónico. Se convirtió en la moda mundial. La comunicación empezó a ser instantánea: se enviaban mensajes y al momento se recibían las respuestas.
Se dejó de percibir el olor al perfume preferido de la mujer amada. Los chips huelen a nada. La letra manuscrita empezó a desvanecerse, no había renglones para ellas en el ciberespacio.
Cuando llega el Twitter los contenidos bajan de calidad. La inmensa mayoría empezó a escribir por escribir, los temas cayeron a la intrascendencia, sin importancia. Y, lo más lamentable, la gramática pasó a un segundo plano, dejó de interesar; por lo tanto, lo que se quería decir no tenía claridad.
Antes se coleccionaban las cartas y se guardaban en un lugar secreto o se destruían cuando las relaciones amorosas se rompían. Hoy también se pueden conservar o borrar; solo que dejó de utilizarse para cuestiones amorosas, para eso ya existían los mensajes por celular.
Luego que llega el WhatsApp, ese sí se utiliza para para las propuestas amorosas, asuntos de trabajo, pasatiempo y para todo tipo de noticias. Con la llegada de las redes las cartas se quedaron volando en la historia.
Las estampillas fueron sustituidas por los Gigabytes, y desaparecieron los signos de puntuación en la escritura virtual.
Los labios pintados en las cartas, las lágrimas, los corazoncitos, y todo tipo de emociones, fueron sustituidos por emoticones.
Ya se dieron cuenta que los celulares parecen Estelas Mayas.
La calidad es un producto que ahora escasea. Pocos se preocupan por hacer las cosas con calidad. La sociedad misma sufre la falta de calidad al interior de las familias. La enseñanza de los hijos se deja en manos de los maestros, que así se trate de escuelas particulares no cumplen con los elementales requisitos para enseñar con valores. Los padres de familia hemos cometido el error de delegar en los maestros responsabilidades que corresponden a los padres y a nadie más.
Por otra parte, la enseñanza que ofrece el Estado no está correctamente enfocada en darle el adecuado crecimiento a la sociedad. No se sabe de algún alumno, por ejemplo, que termine la secundaria o preparatoria hablando inglés, a menos que lo aprenda por otro lado. Tampoco se da una explicación convincente de la utilidad que pudieran ofrecer a la vida de un ciudadano esas fórmulas matemáticas presentadas de manera abstracta y compleja, que después de la escuela nadie recuerda nada; excepto que estudie una carrera profesional donde se ocupen esos conocimientos. Así con otras materias.
Una sociedad fragilizada en sus fortalezas aporta profesionistas sin visión, sin compromiso social, sin saber cómo crecer sistemáticamente.
No somos un país rico, pero cargamos con la costumbre de consumir lo que no necesitamos. Gastamos dinero por moda, la publicidad así lo dicta y no se avizora algún cambio. Por la deficiente educación y carencia de valores, creemos que la superación personal es la ropa de marca que vestimos y el carro nuevo que compramos. Estamos en el extremo de sustituir lo interno por lo externo. La escases ideológica y de valores, nos colocan en una posición de simples espectadores de lo que le ocurre al país.
Las deficiencias en el sistema educacional y la palidez de nuestra cultura han forzado las condiciones para que nuestro sistema político, en lugar de presumirse como fuerte y consolidado, tenga algunas deficiencias.
La sociedad se modifica en ritmo acelerado. La influencia de las nuevas tecnologías es significativa no solamente en la vida de las personas, sino también en la mayoría de las instituciones en lo que concierne al desempeño de sus profesionales.
Entre los valores más destacados por las instituciones sobresalen la autonomía y el autodesarrollo, fundamentales para la construcción de nuevos conocimientos. En la actualidad, el profesional busca oportunidades de aprendizaje independientemente de los planes de desarrollo trazados por la institución a la que pertenece.
En México, a pesar del tiempo, de los cambios sociales, tecnológicos y demográficos, la familia sigue siendo referente vital, pues los lazos de parentesco siguen vigentes, y los integrantes de esta institución acuden a ella para la solución de problemas y la búsqueda de apoyo.
En México, hablar de familia es sumamente complejo, no sólo incluye cambios y fenómenos sociales, sino una enorme diversidad de arreglos y costumbres que afectan su composición y estructura.
Los cambios de la familia en México se han dado en un contexto de complejas transformaciones y fenómenos sociopolíticos y económicos, que han dejado huella en la estructura y conformación de las familias. Desde la migración de los jefes de familia a la frontera norte (tanto hombres como mujeres), la incorporación de la mujer al mercado laboral, los movimientos sociales de índole laboral y educativo que dieron hincapié a la formulación de políticas de género instaladas poco a poco en los senos familiares y, por último, la aprobación de la unión de parejas del mismo sexo. Es así como se generan cambios en las familias, en su estructura y conformación, como también en la forma de pensar y actuar, lo cual se refleja en la población e incide o repercute en factores como la economía, servicios de salud, desarrollo social y en las redes de comunicación personales con sus efectos directos en la población y en las familias mexicanas.