Por ing. Fernando Padilla Farfán
Dentro de ti habita un mundo microscópico fascinante: millones de bacterias que, lejos de enfermarte, trabajan para mantenerte saludable. Estas diminutas aliadas, conocidas como microbiota intestinal, no solo se encargan de funciones vitales, también influyen en cómo te sientes. Su capacidad para generar sustancias impacta directamente tu ánimo, energía e incluso tus pensamientos.
Un descubrimiento revolucionario de la ciencia es que cerca del 90% de la serotonina, el llamado neurotransmisor de la felicidad, se produce en el intestino, no en el cerebro. Así que aquello de “sentir mariposas en el estómago” tiene una base más real de lo que imaginábamos.
Cuando tu intestino está sano y equilibrado, todo parece fluir: digestión, sistema inmune, energía y estado emocional. Pero si su equilibrio se rompe—por mala alimentación, estrés o abuso de antibióticos—puede ocasionar inflamación, malestar, ansiedad e incluso depresión.
Investigaciones recientes publicadas en revistas como BMJ y The Lancet Psychiatry muestran que mejorar la salud intestinal puede aliviar síntomas depresivos, en algunos casos con mayor efectividad que ciertos medicamentos. #fernandopadillafarfan. Esto ha llevado a que muchos expertos consideren al intestino como nuestro “segundo cerebro”.
La buena noticia es que cuidar de tu microbiota está en tus manos. Comer más fibra, incorporar alimentos fermentados como yogur o kéfir, evitar ultraprocesados y descansar adecuadamente puede marcar una gran diferencia.
Recuerda: tu salud emocional no depende únicamente de tu mente, también de tu microbiota. A veces, para sentirte mejor, el verdadero cambio no está en mirar hacia arriba, sino hacia tu interior.
#fernandopadillafarfan