A pesar de que hay una trayectoria de desconfianza sobre la mayor parte de las actividades económicas del pasado, hubo quienes se negaban, muchas veces sin estar bien informados, a la cancelación de los fideicomisos. Acción realizada para sanear la economía y optimizar recursos, porque al triangular el destino de los recursos, buena parte de estos se quedaban en el camino.
De pronto se conoce la razón de muchos quienes al ver que la cancelación de los fideicomisos venía, empezaron a tratar de desgastar la imagen de la actual administración. Ahora los poco enterados afirman que los beneficiarios de dichos fideicomisos se quedarán sin el apoyo habitual y ese dinero se destinará al sector Salud. Los beneficiarios serán los mismos, será la estructura de los fideicomisos lo que desaparezca, donde estaba el embudo del dinero. Es decir, lo que se quedaba en los bolsillos de los corruptos, que eran millones de pesos, se destinará al sector salud, no la vocación de los fideicomisos.
Si bien la oposición no quiere que se conozca a fondo dicha cancelación porque estarían implicados sus correligionarios, la administración pública tampoco ha sido capaz de informar oportunamente qué harán quienes estaban recibiendo la ayuda de esos fideicomisos, porque no hay por lo pronto, noticias sobre los causes a los que deben acudir sus beneficiarios.
La desinformación que se ha vuelto consigna y activismo no ha podido ser contrarrestada por el gobierno federal oportunamente, porque al mismo tiempo que Morena proponía esta cancelación, debió decir dónde, cómo, cuándo, con quién acudir en cada uno de los casos, de cada uno de los fideicomisos. No lo hizo, no lo ha hecho. De tal suerte que pareciera que se debió a una decisión poco planeada y peor estructurada.
La cancelación de estos fideicomisos no sólo debe servir para quitarle dinero a los corruptos, sino para agilizar los trámites de los beneficios sociales que se desprendían de esos esquemas. Eso debe esperarse tanto como la depuración de los recursos, porque en el caso del Mecanismo de Protección a Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, la existencia del fideicomiso significaba una lentitud que la burocracia más lenta envidiaría.
Como sucedió con muchas de las instancias creadas en los sexenios pasados, en los fideicomisos se instalaron grupos de vividores que lo mismo pugnaban por los derechos humanos, violándolos, que cobrando sin trabajar. Así, la agilización de trámites era lenta y a veces ni siquiera funcionaba.
La defensa de auténticos defensores de derechos humanos y de los periodistas entraba a un túnel de burocratismo, como si no fuera su vida la que estuviera en juego. Ahí los comunicadores eran un número sin respuestas ni sensibilidad de las autoridades.
Los periodistas fueron asesinados como si el Mecanismo fuera un puente hacia la impunidad de esos asesinatos y la instancia sólo se dedicaba a dar el pésame a las familias de los comunicadores, en lugar de ser un Mecanismo de prevención que siempre se exigió ser, pero nunca se movió un dedo para lograrlo. Incluso en los dos años que lleva la actual administración nunca fue capaz el Mecanismo de evitar un asesinato.
El Mecanismo regateó siempre, hasta la fecha, un derecho que tienen los comunicadores de que su vida sea protegida y se evitara violentar su integridad o la de su familia. La burocracia de esta instancia carece de sensibilidad y, por lo visto, de vocación de servicio. Esperemos que con la centralización de funciones, ya con el fideicomiso fuera de esta burocracia, pueda existir un Mecanismo que en verdad cuide la integridad de los compañeros y compañeras, cuyos asesinatos siguen impunes en su gran mayoría.
La cancelación de los fideicomisos era una exigencia de la transformación, y por ello debe ponerse atención a sus cambios, no sólo en la correcta aplicación de los recursos, sino también en la eficacia de sus esquemas que lo mismo a la ciencia que a la cultura, a la salud que al campo deben preservarse y mejorar.
La aprobación popular de la actual administración dependerá de la información oportuna del gobierno en relación con los trabajos que absorbe la administración pública y que anteriormente realizaban los fideicomisos, de su demostración de ahorro, de la sanción a los corruptos incrustados en esos fideicomisos, sea quieren sea.
Será a partir de esas acciones como se justificará y explicará, con hechos, la desaparición de los fideicomisos sin la interrupción y distracción de los ilícitamente interesados en su cancelación y con la mayor información posible sobre su transformación en beneficio de los mexicanos. PEGA Y CORRE. – Sin duda el trabajo de la ONU contribuye de manera importante a la lucha contra la corrupción emprendida por la actual administración. Porque el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de las Naciones Unidas pidió la liberación inmediata de Brenda Quevedo Cruz, acusada del secuestro y homicidio de Hugo Alberto Wallace Miranda, a quien consideró víctima de una detención arbitraria en México. Aquí está en tela de juicio penal periodistas de montaje, lideresas de asociaciones contra el secuestro y policías de todos los niveles… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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Alma Grande
Cuando la lucha contra la corrupción no sólo es una promesa de campaña sino una bandera que debería caracterizar a la actual administración sólo tiene un frente en el tiempo y en el espacio. Porque en el tiempo la actual administración tiene en la mira a los funcionarios públicos del pasado. Y en el espacio que no se aproxime a los lugares donde hay gente del actual gobierno.
Es decir, la lucha contra la corrupción se libra en el pasado y fuera de la administración pública, cuando en realidad debe ser un proceso que avance todos los días sin tomar en cuenta tiempo ni espacio.
La lucha contra la corrupción debe ser generalizada, sin privilegios, sin distingos, sin fueros. De otra manera no puede existir una lucha real contra nada y menos contra este mal que pareciera no sólo es contagioso sino propio de la administración pública, sin importar el partido que gobierne.
Actualmente, dentro y fuera de los gobiernos de Morena, hay hechos, sucesos, que a pesar de que públicamente se conocen no son investigados, ya sea porque no informan veraz y oportunamente al presidente o porque este no quiere investigarlos.
No se trata de un caso ni dos, la red de corrupción abarca toda la República y lo mismo sucede en las administraciones municipales que en las gubernaturas, donde no sólo son secretos a voces, sino que hay gente dispuesta a testificar sobre los malos manejos de las administraciones de Morena y nada se hace.
Hay, por ejemplo, un estado donde la gente está harta del gobernador, donde su pasividad e ignorancia es lo de menos, porque hay malos manejos en comisiones que no deben cobrarse, en moches, propinas, tráfico de influencias, etc. Son muchos delitos, pero cuando se le informa al Presidente, este asegura que ese gobernador es honesto y está orgulloso de él.
Mientras la población de ese estado no sólo se indigna sino que comienza a perder la confianza en el propio presidente de la República, quien pareciera estar ciego o simplemente lo tiene entre sus preferencias y esto implica que puede hacer lo que se le pegue la gana con el dinero de esa entidad.
El caso del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado es un claro ejemplo de que precisamente en el lugar donde quiere atacarse la corrupción esta se produce y reproduce. El 22 de septiembre renunció a este instituto de nombre rimbombante su titular Jaime Cárdenas. Minucioso en su trabajo y de gran experiencia en la administración pública, prefirió ver físicamente los inventarios en el ejercicio de la entrega recepción de los objetos puestos en custodia mientras eran vendidos.
Se sabía que había piezas de joyería dañadas y bajo el resguardo del personal del mismo instituto, como brazaletes, collares, aretes y pulseras.
Se levantó la denuncia, por ejemplo, de un collar de oro blanco de 14 kilates con 27 diamantes y 27 zafiros, al que le fueron retirados los diamantes, siete zafiros y tres gramos de oro.
La mutilación de la pieza era tan burda que era evidente su alteración, incluso surgen testigos que afirman saber el nombre del taller del Centro Histórico donde fue realizada dicha mutilación. Como esta pieza hubo otras.
Se le comunica al presidente y en lugar de mandar a investigar lo niega. Ni siquiera abre la posibilidad de dudar sobre las acusaciones vertidas en los medios. Ante la falta de credibilidad generalizada en los medios, ya nada es real, cuando en realidad ante la insistencia debió actuar de inmediato.
La bandera de la lucha contra la corrupción es selectiva. Esperemos que sea por falta de información y no por complicidad. PEGA Y CORRE. – La prórroga para las elecciones en Morena por parte del Tribunal Electoral descarrila a más de un candidato hacia la presidencia del partido, cuyo cambio de dirigente será hasta pasadas las elecciones… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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La organización inesperada de una caravana de migrantes hacia Estados Unidos en tiempos de pandemia acusa un trasfondo político que evidencia la intención de desestabilizar al gobierno de Donald Trump.
La mano que mece la cuna de la migración centroamericana es la de George Soros, experto en desestabilización de regímenes, por sólidos que parezcan. Soros es dueño de buena parte de los medios de información, incluyendo los de México.
Es uno de los hombres más ricos del mundo, señalado como el responsable de la quiebra del Banco de Inglaterra en 1992, hecho histórico para la banca internacional, denominado el “miércoles negro”, donde él obtuvo una ganancia de mil millones de dólares.
Es relacionado también con la Open Society Foundations, organización que crea, a su vez, fundaciones a lo largo y ancho de todo el mundo, y que canaliza fondos para diferentes causas como la educación, la salud y, sobre todo, los derechos humanos, fundaciones que le sirven como Caballo de Troya para tener injerencia en la política de buena parte de los países del planeta.
Ante esta prueba de fuego que colocan en territorio nacional, la Comisión Nacional de Derechos Humanos solicitó a autoridades de los tres órdenes de gobierno prevenir actos que vulneren las garantías individuales de las personas que integran la caravana de migrantes.
La caravana empezó a organizarse para 3 mil personas, sin embargo, a la hora de la salida de Honduras el número apenas llegaba a dos mil. Había dos factores que se convertían en un reto adicional, acostumbrados a caminar miles de kilómetros, advertían que era época de lluvia y una alta posibilidad de contagios de Covid-19; sin embargo, la necesidad de irrumpir en la campaña presidencial era una prioridad para los organizadores.
El jueves 1 de octubre llegaron a Guatemala casi dos mil migrantes, aprovechando que la frontera se acababa de abrir. La intención de las autoridades guatemaltecas era registrar a los migrantes, revisar sus síntomas más elementales para permitir el paso, pero los migrantes burlaron los retenes y pasaron por el cruce fronterizo de Corinto sin registrarse. Nadie intentó detenerlos.
La intención de los oscuros organizadores consiste en que buena parte de hondureños y salvadoreños llegue a Estados Unidos a pedir trabajo, pero en el camino, pueda acusarse al gobierno mexicano de violar los derechos humanos.
Todavía en territorio guatemalteco, un migrante murió al tratar de subirse a un tráiler en movimiento y ser aplastado por las llantas. A partir de este hecho los migrantes empezaron a reflexionar sobre los riesgos de continuar.
Las declaraciones de los migrantes a través del territorio guatemalteco parecían dictadas por un maestro de primaria. Todos hablaban mal de sus presidentes. Nadie quería permanecer en su país por miedo a la muerte. Fue a partir de este tipo de declaraciones que algunos de los migrantes reconsideraron su viaje. Apenas empezaban y la vida que quieren preservar en Estados Unidos podía desvanecerse en el trayecto.
En viajes anteriores los peligros existían también. El encuentro con los narcotraficantes que les quitaban el dinero, violaban a las mujeres y reclutaban a los jóvenes, era lo habitual. Ahora habría que sumar a esa grave situación el clima, la pandemia y la posible represión de parte de cualquiera de los cuerpos policiacos y agentes de migración.
Los migrantes fueron convocados por redes sociales, de un centro que nunca se supo su origen. Es decir, desde lugares no especificados comenzaron a llegar las invitaciones para las reuniones, a través de las cuales se les prometía comida y dinero para el viaje.
Los primeros días, jueves y viernes, tuvieron algo de alimento, para el sábado los alimentos prometidos desaparecieron, precisamente en el momento de aproximarse a la frontera con México.
Hace un par de años la caravana de migrantes fue organizada desde esquemas de comunicación similares, precisamente cuando las elecciones legislativas en Estados Unidos se aproximaban.
Por su parte, la agencia de inmigración de México dijo en un comunicado que implementaría una “migración segura, ordenada y regular” y no haría nada para promover la formación de una caravana. La embajada de Estados Unidos en Honduras advirtió el miércoles que la migración al territorio estadounidense era más difícil que nunca en este momento, y más peligrosa a causa del coronavirus.
Ante los operativos y las advertencias de autoridades mexicanas para evitar el paso de esta caravana por el país, la CNDH informó que ha desplegado un equipo de 18 visitadores adjuntos, médicos y psicólogos en la frontera sur del país, “para vigilar que se respeten sus derechos durante su eventual ingreso y tránsito por México, además de brindarles atención y acompañamiento, particularmente ante las medidas adoptadas por el Instituto Nacional de Migración, Guardia Nacional y autoridades de seguridad pública federales, estatales y municipales en los principales puntos de cruce en la frontera de México con Guatemala”.
Llama poderosamente la atención que en esta caravana los migrantes no han sido molestados por miembros de la Mara Salvatrucha, que en otros viajes les quitaban sus pertenencias. La caravana sigue ahora en dos sentidos: los que persisten en llegar a Estados Unidos, algunos de ellos se quedarán, probablemente para siempre en México, y otros se regresan a su tierra. PEGA Y CORRE. – El pasado viernes llegaron millones de vacunas contra Covid-19 a Venezuela, desde suelo ruso. Clara advertencia de Putin sobre sus países consentidos. Por su parte, científicos de Cuba avanzan en las investigaciones para la elaboración de dos vacunas contra el Covid-19, llamadas Soberana 1 y Soberana 2, las cuales se encuentran en fase de ensayos clínicos… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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En cuanto se conoció la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sobre la aprobación de la consulta para que los expresidentes de la República fueran juzgados, algunos comentaristas y los integrantes de los partidos de oposición aseguran que el Poder Judicial está supeditado al Poder Ejecutivo.
Su crítica feroz, pareciera haberles indignado tanto que les causó amnesia y cayeron en la desfachatez.
Sea cierta o no la acusación, en este caso es lo de menos, porque está de por medio la calidad moral de quienes ahora se sorprenden cuando siempre ha sido así, nunca lo cuestionaron. Les parecía algo tan natural que podían convivir, trabajar y callar con esa sumisión sin chistar siquiera.
Se justifica que lo expresen los partidos de oposición porque ellos tienen en su historia a expresidentes que pueden ser juzgados, pero en los líderes de opinión que siempre solaparon este tipo de acciones su sorpresa sorprende e indigna, incluso insulta.
Es muy grave que un poder autónomo esté supeditado a otro. Los tres poderes de la Unión deben tener su propia autonomía, pero es más grave evidenciar el silencio cómplice del pasado con la crítica inesperada del presente.
Desde hace muchos años, casi 100, el poder del Presidente era absoluto. Bajo su mando estaban, sin regateos, el Poder Judicial y el Legislativo, ahora que aseguran que la tradición sigue, levantan la voz con un matiz de indignación amnésica que les anula su credibilidad.
Debe investigarse a fondo si en realidad hubo algún tipo de presión, debe haber pruebas ante tan contundentes acusaciones. Porque es de suponer que en un régimen como el que se anuncia y como el que se prometió en los días de campaña ahora todo sería diferente, lo cual implica una mayor responsabilidad, y, por lo tanto, una mayor condena.
Si la Suprema Corte de Justicia falló a favor de la constitucionalidad de que se realice la consulta para juzgar a expresidentes se debe, en primer lugar, a que había candados que impedían este tipo de acusaciones. Algunos de los actuales magistrados les deben el cargo a expresidentes, esto debe tomarse muy en cuenta a la hora de ser claros y objetivos en la exaltación de una crítica visceral y poco reflexiva.
Lo que también debe ser condenable es que si se anuncia un régimen diferente las cosas se hagan igual que siempre, en caso de que haya habido presión de Andrés Manuel López Obrador sobre los magistrados.
Sin embargo, no deja de sorprender la reacción de quienes acusan esta presión como algo inaudito y novedoso. Si es verdad la acusación es una desgracia que todo siga igual y ahí debe estar la sorpresa, pero no en la sumisión de otro poder al Ejecutivo, porque eso no es ninguna novedad.
No tiene proporción el paroxismo de indignación que ahora muestran los críticos con el silencio cómplice que guardaron en el pasado interactuando con fallos evidentemente sometidos al jefe del Ejecutivo, y en ese sentido se violenta la inteligencia de la población y se menosprecia su memoria.
Además de esta condición imperdonable de los opinadores compulsivos; donde también faltó inteligencia y recato fue en las filas de Morena, donde surgió rápidamente la opinión del vocero de la presidencia Jesús Ramírez, quien felicitó el fallo de la Corte, pero también el líder de la bancada morenista en el senado Ricardo Monreal, quien en ese mismo sentido alabó a los magistrados y el líder de la bancada de diputados de Morena, Mario Delgado también brincó de gusto y lo gritó casi.
Lejos de hacerle un favor al presidente de la República lo colocaron en una situación muy incómoda porque lo muestran como un triunfo de un mandato personal y no como una resolución legal y justa.
En momentos y casos como este es donde Morena muestra que todavía no aprende a ser poder y sigue comportándose como si fuera oposición y, lo que es peor, como si estuviera en campaña.
Porque no es posible vivir con tal desmemoria que traicione a la historia, por un lado, ni, por el otro, con una ilegalidad que anule la transformación prometida. PEGA Y CORRE. – Es necesario que se legisle sobre la duración de un puesto de elección popular y sus condiciones, porque ahora más de uno, en lugar de estar pendientes del trabajo que exige su cargo, están pensado en brincar a otro y luego a otro de tal manera que no se concentran en su trabajo ni cumplen cabalmente con una campaña que pueda convencer a la gente de que pueden ser eficaces. Pero cómo creerles en campaña si dejan una responsabilidad a la mitad… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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En este momento el único político que puede reunir a los inconformes y darles forma a las protestas con un proyecto propio es Ricardo Anaya, excandidato presidencial y que ahora anuncia su regreso a la política después de dos años de ausencia.
Afirma que ese tiempo le dio un espacio al nuevo gobierno para que se asentara y colocara las bases de su gobierno, pero asegura que nada le funciona al nuevo régimen, que todo está mal, por lo que se animó para mostrar músculo con sus seguidores y poner en práctica sus conocimientos administrativos y políticos.
Por el momento a Ricardo Anaya no le conviene la cercanía con el PAN, de tal manera que pueda tender puentes hacia otros partidos para crear una alianza electoral que pueda competir con Morena y sus candidatos y avanzar en el Poder Legislativo para crear equilibrios, incluso, intentará ganar la mayoría en el Congreso.
Anaya debe estar lejos del PAN por dos razones fundamentales; la primera, para allanar el camino para que otros partidos se acerquen a su liderazgo; la segunda, esperar a que en ese partido ya no haya nada que huela a Felipe Calderón, quien podría regresar al blanquiazul si no es que antes se le llama a declarar en el caso de García Luna.
Lo cierto es que en los planes de Calderón está liderar a la oposición cuando en realidad carece de apoyo social. Lo que hace falta es darle consistencia a una oposición inconforme, pero que requiere no sólo de líder sino de proyectos en los que no sólo confluya la inconformidad sino el pensamiento de quienes no están conformes con la actual administración y, según Anaya para proyectos está su libro que está a punto de presentar, con 12 capítulos, donde resume buena parte de su proyecto de Nación.
La inconformidad social ante un gobierno que no quieren, por diferentes causas, mantiene una característica: el individualismo. Este problema podría resolverse con un liderazgo fuerte, natural, renovado, jovial, actualizado.
A pesar de ser considerado un político de origen conservador, las diferentes corrientes de inconformidad que pudieran conjuntarse en su liderazgo lograrían crear un contrapeso no sólo electoral sino en el Congreso y se lograría darle una voz sólida a la oposición.
Para Anaya el PAN es sólo un partido más de los que pudieran reunirse alrededor de su figura, incluyendo al PRI y al PRD, que establecerían una plataforma común para encontrar coincidencias no sólo electorales sino de gobierno. El excandidato a la Presidencia de la República considera que puede conjuntar la inconformidad que ahora se muestra no sólo desmembrada sino muy diversa.
Así, Anaya anunció que dará a conocer todos y cada uno de los 12 capítulos de su libro a través de videos para que se conozca su plataforma, la cual deberá ser muy equilibrada porque deberá dejar atrás los postulados panistas a los que le dieron la espalda los mexicanos en las elecciones de 2018.
PEGA Y CORRE. – Seguramente más de un funcionario le informa mal al Presidente porque asegura que la gente está con él. Sólo en la gira por Veracruz el descontento mostrado en todo lugar donde hubo acto oficial mostró un gran descontento, a pesar de que Morena en las elecciones tuvo una votación aplastante, pero es probable que Andrés Manuel López Obrador esté hablando de otro país, donde la gente apoya a su presidente… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
Mientras los partidos políticos nos tienen distraídos con la negativa de reducir a la mitad sus gastos y regresar el resto a la Hacienda Pública, esos mismos partidos en la Cámara de diputados se sirven con la cuchara grande el presupuesto legislativo.
En días pasados se informó que los 500 diputados de diferentes partidos políticos gastaron de enero a abril del presente año 239 millones de pesos, independientemente de sus salarios. La Junta de Coordinación Política pidió trasparentar los ingresos y gastos de las ocho bancadas legislativas.
Diputados de Morena exigieron a Mario Delgado, su coordinador, rendir cuentas de los recursos de su fracción, porque hay quienes aseguran que parte de ese dinero que se maneja a discreción por el coordinador de la bancada, fue destinado a la campaña del colimense en busca del liderazgo de su partido.
Sin embargo, Delgado Carrillo se niega a rendir cuentas y no es el único coordinador parlamentario que oscurece el destino de esos dineros, que son demasiados, cuando se habló, desde ese mismo órgano parlamentario, que deben reducirse los gastos al mínimo e imperar la austeridad.
Morena ejerció 105 millones 193 mil pesos; el PAN, 36 millones 936 mil pesos, y el PRI, 26 millones 189 mil pesos. El PT reportó egresos por 18 millones 979 mil pesos; Movimiento Ciudadano, 17 millones 503 mil pesos; Partido Encuentro Social, 15 millones 477 mil pesos; Partido Verde Ecologista de México, 10 millones 883 mil pesos, y PRD, 7 millones 870 mil pesos.
Es demasiado dinero para un país hundido en la miseria y la corrupción. Son los legisladores de todos los partidos, quienes deben dar el ejemplo de sensibilidad y buen desarrollo de la política, pero sobre todo los diputados de Morena deben ser congruentes con los postulados de la 4T, que tiene entre sus principios la austeridad republicana.
Este es otro de los motivos por los cuales debe reducirse al mínimo el número de diputados en la Cámara, porque hubo diputados de representación proporcional porque se carecía de partidos de oposición, como una manera de otorgarle representatividad a las minorías de los partidos políticos, algunos de ellos saliendo de la clandestinidad. Ahora la realidad política y legislativa del país es muy diferente y debe regresarse a la representación por distrito sin consideración de unas minorías que sólo actúan para conservar su registro.
Luego de la reforma política de López Portillo la oposición inició su periodo de crecimiento y dejó al PRI en un lugar poco privilegiado desde el año 2000; ahora, frente a un desgaste inimaginable del PRI y del PAN, la oposición y el poder se nutren de algunos partidos pequeños, que se denominan satélites, por el hecho de que sólo quieren conservar su registro, el cual les otorga presupuesto, de tal suerte que ante la ampliación del número de diputados los partidos políticos se convirtieron en un negocio.
Este gasto excesivo de los diputados debe llamar la atención para que el número de legisladores, tanto diputados como senadores, se reduzca a la cantidad con la que contaba antes de esa reforma política; porque ahora la oposición está suficientemente representada, lo que no está correctamente representado es el pueblo, que haya o no legisladores por los que votaron en la cámara, estos nunca voltean a verlos, sólo en tiempos electorales y esto es lo que debe exigírseles a los representantes de la sociedad.
Quienes defienden este tipo de representación parlamentaria aseguran que no es mucho el dinero que se destina a esos 200 diputados sobrantes, pero si vemos que en gastos como los realizados en cuatro meses, en tiempos en los que no asistían a las sesiones, imaginemos el dinero que deben gastar con y sin comprobantes.
Estamos hablando de personas que quieren lujos, que optan por los privilegios y no por la representación que les obliga a vivir como viven sus representados.
A pesar de las transformaciones, de los cambios de poder, de la aplastante emisión de votos por la austeridad, los diputados hacen oídos sordos de esta nueva realidad y siguen viviendo con lujos, en periodos donde no deben gastar más que lo poco que pueden utilizar en tiempos de pandemia.
Ahora habrá que ver los sobreprecios del gel, de los cubrebocas, de los jabones, de los tapetes sanitizantes, y de todo tipo de artefactos que adquirieron para no contagiarse de coronavirus.
El próximo año se van estos diputados, los mexicanos deberán elegir a unos que no les salgan tan caros y que se comprometan a reducir el número de colegas en la Cámara de Diputados, porque los legisladores de representación proporcional son el vehículo ideal para crear nuevos partidos que deben también ser reducidos ya que no muestran diferencias con otros. Las diferencias entre partidos políticos ahora son las siglas y los colores, con personas con las mismas costumbres, poco populares y menos congruentes con la historia de los legisladores mexicanos.
Los nuevos partidos políticos no quieren transformar la realidad de sus representados, sino la realidad de las finanzas personales. Los partidos viven del mismo presupuesto que puede destinar ese dinero a causas más nobles como hospitales o escuelas, pero esos diputados que viven del presupuesto son los primeros en cuestionar las medidas de salud dictadas por personas en el gobierno que deben trabajar contra la pandemia a pesar de la austeridad que les impone un presupuesto reducido porque deben destinar dinero a que los diputados y senadores vivan como reyes. PEGA Y CORRE. – La carencia total de contacto con la realidad en el PRI se hace evidente en las declaraciones de su líder nacional, Alejandro Moreno, quien en declaración de prensa señala que las implicaciones de la elección en Estados Unidos van desde consolidar las nuevas condiciones del T-MEC hasta temas como seguridad, migración y medio ambiente. Cuando en realidad debe estar preocupado por la sobrevivencia de su partido en las próximas elecciones. Con esos líderes, para qué quiere el PRI enemigos o contrincantes… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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Como si se tratara de médicos que sólo diagnostican y no curan, hay dos renuncias en la administración pública en las que debe profundizarse. La primera del actual senador por Veracruz, Ricardo Ahued; la segunda, de Jaime Cárdenas García. El primero estuvo 11 meses, el segundo, 107 días.
En ambos casos los funcionarios fueron designados para realizar tareas propias de la Cuarta Transformación, que tienen que ver con la lucha contra la corrupción.
En el primer caso, el presidente de la república movió de la senaduría a Ahued para que se encargara de erradicar la corrupción en uno de los centros administrativos menos transparentes: la Dirección General de Aduanas. Salió corriendo.
En el segundo, el presidente de la república designó a Jaime Cárdenas como director del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, pero no resistió la presión, los amplios horarios, y lo que asegura: la existencia de corrupción dentro de la dependencia.
Ninguno de los dos fue capaz de señalar a los corruptos, ninguno levantó una demanda en contra de quienes realizaban actos ilícitos. Simplemente dijeron que ya no podían. Desde luego que tanto la senaduría como la academia resultan trabajos muy relajados comparados con lo que ahora se ha convertido la administración pública, que implica no sólo largas jornadas de trabajo sino ver enemigos por todos lados que no construyen, pero sí cuestionan y descalifican.
Ante el regreso de Ricardo Ahued al Senado, la Dirección General de Aduanas quedó en manos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes para después entregar su custodia a la Secretaría de Marina. A partir de ese momento las denuncias y detenciones han sido implacables.
Ahora que Cárdenas García deja el cargo en este instituto de reciente creación, provocó el comentario del presidente de que “no le quiso entrar” a la lucha contra la corrupción. Es decir, se quedó sin denunciar y simplemente dijo que había corrupción y señaló la mutilación de un collar; sin embargo, el jefe del Ejecutivo indicó que a él no le han reportado todavía ninguna anomalía.
López Obrador señaló: “Pedimos lealtad a ciegas al proyecto de la 4T, no a mi persona”. Lo cierto es que nadie puede llamarse engañado al momento de aceptar un cargo en la actual administración pública. El propio presidente de la República se levanta muy temprano y se acuesta después de la media noche. Ante esta realidad nadie puede llamarse a sorpresa por no conocer la intensa jornada de trabajo diaria que implica un compromiso de esa naturaleza.
Esto quiere decir que el salario que se les pagó a ambos se tiró a la basura porque no realizaron la tarea que les encomendaron, simplemente dejaron pasar el tiempo en un ambiente adverso que son incapaces de denunciar penalmente y sólo se remiten a una renuncia que no explica su trabajo.
No se vale renunciar sin cumplir lo encomendado, sobre todo cuando se regresa a la administración pública, y este es caso de Ricardo Ahued, expriista, quien ahora busca tumbar a Cuitláhuac García Jiménez de la gubernatura de Veracruz, o, por lo menos ser el candidato de Morena en 2024 a ese cargo.
Durante su gestión al frente de Aduanas, Ahued se entrevistó con el presidente de la República en Palacio Nacional, seguramente con más indiferencia que compromiso por su trabajo, terminó por renunciar.
Es decir, a pesar de que no se cumplió con lo previsto en sus obligaciones puede que sea ascendido a la gubernatura o, por lo menos a la candidatura de un estado de por si castigado por todos los gobernadores que han pasado y se han enriquecido por su paso por el palacio de gobierno de esa entidad.
Siguen las renuncias en la administración pública, especialmente en áreas conflictivas, como es el caso del Centro Nacional de Control de Energía, encargado de evitar los aumentos de precio de energéticos y tarifas eléctricas, donde su director, Alfonso Morcos, renunció el pasado miércoles.
Se señala que están inconclusos juicios de amparo solicitados por participantes del mercado eléctrico por haberles negado la interconexión de fuentes de energía renovables como la eólica y la solar.
Así también debe separarse claramente las causas de la renuncia y las consignas personales de quienes dejan el cargo. Porque la oposición últimamente ha adoptado las renuncias de funcionarios públicos como votos en favor de los contrarios a la 4T, cuando nadie sabe si en realidad lo son. Las renuncias que ocurrían en sexenios anteriores simplemente se archivaban y los medios se dedicaban a buscar en el historial de los sustitutos la justificación del nombramiento y ahora investigan las causas de esas renuncias que, si bien deben ser exhaustivamente conocidas, no implican forzosamente diferencias con la actual administración pública.
Las renuncias no terminan con la responsabilidad de los funcionarios que desertan, sino que las sospechas sobre su falta de moral y de honestidad empiezan. Así que habrá que verificar las verdaderas causas de esta dimisión y calificar su trabajo en la administración pública para que queden libres de responsabilidades.
Es decir, la renuncia a la administración pública debe ser motivo de investigación profunda, no hay sospecha sólida pero tampoco eficiencia comprobada. PEGA Y CORRE. – Ángela Buitrago, abogada e integrante del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes, a quien se le impidió realizar su trabajo de investigación para encontrar a los 43 normalistas de Ayotzinapa y a los culpables de su desaparición, también cuestiona la tarea de los medios convencionales por votar que se conozca la verdad sobre el caso, dijo: “Hay ciertos periodistas que están tratando de revivir de manera espuria elementos para confundir a la opinión pública. Creo que esto significa que en el presente se están utilizando los mismos medios y los mismos periodistas para generar la misma versión y mantenerla en el imaginario. Habría que mirar qué se persigue con esto” …Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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Ricardo Anaya Cortés se fue dos años para alejarse del PAN, no para reflexionar sobre la realidad de México. La lejanía no significa ruptura sino puente para ser candidato por más partidos además de Acción Nacional.
Asegura que la derrota lo hizo más fuerte, pero no más honesto; sin embargo, hasta ahora sigue siendo un agente de vinculación de la oposición. Su ausencia en la política habló más bien que mal del queretano y no se descarta que llegue con la promesa de publicar un libro con la intención de unir a la oposición, donde no haya partidos sino personajes que puedan orientar la inconformidad que no ha logrado concentrar unidad ni lograr una cohesión sólida.
Es decir, el viejo intento de los partidos PAN y PRI para llegar en coalición a Presidencia de la República, podría concretarlo, o por lo menos intentarlo, Ricardo Anaya. Esto podría ser una especulación, pero no por ello está fuera de toda posibilidad, sobre todo si vemos que más de un político menosprecia la memoria de los mexicanos.
Lo que es cierto es que el excandidato panista a la Presidencia de la República ha sido mencionado por el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya Austin, como una de las 70 personas con muchas posibilidades de ser citado por la Fiscalía General de la República para que aclare que le fueron entregados más de 8 millones de pesos para convencer a sus correligionarios para que votaran a favor de la Reforma Energética.
Lo cierto también es que Ricardo Anaya dejó al PAN como segunda fuerza electoral, posición que difícilmente lograría ese partido si las elecciones fueran hoy. El PAN ha recibido más reveses por las declaraciones de su líder nacional que por su trabajo legislativo, caracterizado por las agresiones y las descalificaciones carentes de propuestas.
Si el libro de Anaya, que está por aparecer, logra concretar aunque sea una propuesta congruente y, sobre todo diferente a las que presentó durante sus desafortunados debates televisivos, puede superar la adversidad y convertirse en un líder opositor con fuerza. Esto no quiere decir que pueda ganar las elecciones, pero sí que logre fuero y que se convierta en contrapeso político y legislativo de la actual administración.
Dos años después es el tiempo para que, según Ricardo Anaya, la gente olvide todo lo que ahora considera como errores y de los que parece está arrepentido. Esto habla también de su militancia panista seguramente, a la cual debe renegar ahora, luego de que peleó su dirigencia nacional a golpe de traiciones hasta que llegó a ser su cabeza.
Para muchos el ideal líder de una oposición sin cabeza es Ricardo Anaya, y esto explica que haya exlíderes de diferentes partidos que visitan las sedes de sus antiguos contrincantes, porque no era raro ver a morenistas en el PRI y a priistas en el PAN. Ricardo Anaya busca no sólo impunidad, también liderazgo. PEGA Y CORRE. – El INE y el Tribunal Electoral tienen cada vez más injerencia en las elecciones internas de Morena, entre disposiciones de uno y fallos del otro, van delineando un candidato y un estilo político del partido en el poder… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
angelalvarop@hotmail.com
La proximidad de las elecciones internas de Morena puede convertirse en la batalla final de un partido sin dirigentes, pero con la solidez de un líder, de tal suerte que las siglas son lo de menos. Lo poco de bueno que tienen estas elecciones es que por fin se van los usurpadores que llegaron a la cúpula de ese partido por un par de meses y ya llevan más de medio año, encabezados por Alfonso Ramírez Cuéllar y un grupo de vividores de la política en general y de Morena en especial.
Todo hace suponer que Morena como partido murió cuando Andrés Manuel López Obrador se convirtió en candidato a la Presidencia de la República. Es decir, hay un liderazgo político sin cabeza de partido. A partir de esa fecha no hubo actividad partidista.
La gente vota por la persona y no por los partidos, estos han dejado de ser una marca para convertirse en un requisito burocrático para poder concursar por un puesto de elección popular. La caída estrepitosa de los candidatos independientes fue inevitable luego de que muchos de esos candidatos resultaron peores que quienes militaban en algún partido político. Y tenemos en Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, el mejor ejemplo.
Ahora, la gente debe conocer al candidato, por lo que deben mostrar una conducta de alta calidad moral antes de querer concursar y es en este despertar de la conciencia de los electores donde se fundamenta la eficacia de los gobiernos futuros, de ahí que los partidos políticos hayan quedado atrás por la falta de credibilidad que ocasionaron sus excesos.
Así como el sistema de partidos está caduco en México, la autoridad electoral debe refundarse, partir desde cero para poder desechar las prácticas corruptas que se generaron en instituciones como el INE y el propio Tribunal Electoral, cuyas declaraciones y acciones los convierten no sólo en personas contradictorias sino cómplices de prácticas poco claras.
Morena, como partido en el poder se replegó hacia la Presidencia de la República en lugar de ver hacia la gente y continuar una labor creada por Andrés Manuel López Obrador. Se fue con la inercia de la imagen del líder hasta convertir su liderazgo en un culto a la personalidad que desgastó mucho a Morena, sobre todo a la hora de convertirse en eco de cada palabra y toda acción.
Morena prefirió halagar al Presidente que conservar su capital político y servir a la gente, y esto fue lo que deterioró la trayectoria de un partido político que pudo ser vanguardia y hacer historia. Ahora ese grupo de militantes no es funcional como partido sino una asociación en busca de dirigir un movimiento que no tiene el poder, pero cree tenerlo y en eso cae su peor contradicción.
El liderazgo lo sigue teniendo el presidente de la República con un 71 por ciento de popularidad, y los candidatos que concursen por un puesto de elección popular con las siglas de Morena podrán ganar gracias a la imagen de López Obrador, pero esto no podrá durar mucho tiempo, porque por lo menos burocráticamente deberá Morena tener personalidad propia.
El grave problema de este liderazgo y de contender por las siglas de Morena es que desde 2018 pudieron colarse personajes sin fuerza social y carentes de sensibilidad política o vocación de servicio. Así, en esa misma ola se fueron gobernadores que ahora dicen haber triunfado por méritos propios y se niegan a renunciar porque se dicen bendecidos por el voto de la mayoría de la población, cuando en realidad votaron por López Obrador y no por simples burócratas sin capacidad de dirigir nada, menos un estado.
La inercia llevó al triunfo electoral a algunos que supieron competir por Morena y ahora son decepción, golpean de manera grave a ese partido y crean conciencia sobre el próximo voto. No bastará estar bajo las siglas de Morena, deberán ser personas que garanticen su honradez y su trabajo, no sólo montarse en un movimiento que les garantice el triunfo.
Este fue el principal desgaste de Morena al llevar al poder gente deshonesta, incapaz, ineficiente, voraz, que pensó que todo sería igual y se dedicó a robar, desviar recursos, comprar patrullas a sobreprecios, etc.
Los candidatos que quieran colarse por conveniencia propia a puestos de elección popular deben pensarlo dos veces, sea del partido que fuere, porque ya no tendrán cabida en los gobiernos porque será la propia gente la que los correrá de sus puestos.
Así, Morena metió en un mismo costal a gente que no le arroja beneficios sino todo lo contrario. Hubo una tendencia por colocar en sus candidaturas a personajes hasta de la farándula o del deporte que carecían de capacitación política y sólo dieron malos resultados. Ahora, deberá haber una selección de candidatos seria y con mayor fuerza para contribuir a la consolidación de la Cuarta Transformación, pero si esa depuración de candidatos la hacen quienes ahora compiten por la dirección del partido, poco podrán hacer por Morena, porque ni ellos se ponen de acuerdo en los métodos de elección ni el número de candidatos.
Será una gran responsabilidad la selección de candidatos que deberán encaminarse a servir a la gente y darle mayor legitimidad de mandato a un movimiento que desvanecieron con sus intereses personales. Hasta ahora no se ve a ninguno de los candidatos a la presidencia de Morena que tenga esa capacidad de selección, porque ni ellos creen en ellos mismos. PEGA Y CORRE. – Ahora que hablamos de candidatos debe crearse una instancia electoral, imparcial, que realice no sólo pruebas psiquiátricas a los concursantes, porque hay mucho loco que se dice líder, sino exámenes antidoping, porque un adicto, ya sea a las drogas o al alcohol, no puede representar a los mexicanos… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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Únicamente pagando espacios los opositores pueden hacerse escuchar, y para mostrar fuerza lo hacen a través de varios medios. Ya saben que lo que digan será replicado en otros medios más sin necesidad de pagar, pero es un hecho que para hacer escuchar sus voces deben pagar.
Ya es una característica de esos decretos medievales que acusan, pero no dicen la causa; condenan, pero no explican por qué; critican, pero no proponen y se dicen intelectuales. Una posición que no logra convertirse en una oposición formal es que su consigna es la destrucción. Destruyen todo lo que parezca de la 4T y no proponen nada.
La desarticulación de los miembros de esa oposición espontánea los convierte en una minoría cuyos integrantes son siempre los mismos, haciendo pensar que sólo esos 650 están contra el gobierno de López Obrador. Ahora se autodenominan intelectuales y científicos -sin serlo- en defensa de la libertad de expresión, luego de varios sexenios en los que este derecho estuvo cancelado. De esta manera muestran sus intereses personales, y es en esa individualidad donde la oposición se extravía.
Una oposición donde todos sus integrantes quieren ser líderes no encuentra rumbo ni solidez social, pero esa es la manera en que creen haber encontrado el desgaste, como si ellos no estuvieran lo suficientemente desgastados por sus propias acciones como para verlos como nostálgicos de los privilegios gubernamentales y las canonjías económicas.
Porque hay nombres que no son novedad como Héctor Aguilar Camín, Ángeles Mastreta, María Amparo Casar, el cubano Rubén Cortés, Enrique Krauze, Santiago Levy, etc. Son los de siempre, tratando de crear un descontento social del que sólo ellos son perjudicados y cómo no serlo si han dejado de recibir subsidios y consideraciones especiales y ven las puertas cerradas de su creciente posición económica.
Estos y otros muchos que firmaron la carta todavía no advierten que sus simples nombres echan a perder cualquier movimiento social, basta con que ellos aparezcan para que la gente les dé la espalda. Se sabe que vivieron del presupuesto y que se enriquecieron por mentir, por tapar la información de la que eran testigos y cómplices y ahora se dicen defensores de la libertad de expresión.
Todos los firmantes son personas que en el pasado tuvieron algún cargo o algún subsidio. No hay interés social en su protesta.
Es sus absurdas peticiones quieren que los desaparecidos en los sexenios anteriores aparezcan en el presente, pero lo exigen como si hubieran sido borrados en estos años. La desaparición fue un problema muy grave, donde tenían que ver hasta los presidentes de la República, situación que ellos nunca denunciaron a pesar de conocer de cerca el poder que ahora añoran.
Las desapariciones son un grave problema que ahora ellos mismos tratan de utilizar para hacerse notar y piensan que a través de cartas como la publicada ayer en diferentes medios la gente se va a volcar a seguirlos, cuando en realidad son los cómplices de muchos de los problemas que ahora padece el país.
El simple subsidio que se les daba de manera directa a través de facturas por fuertes cantidades de dinero, los créditos que les otorgaban a los medios, las dádivas a los directores y propietarios, los dineros que se otorgaban por debajo de la mesa, con todo ese dinero pudieron haberse construido hospitales cuya capacidad ahora cuestionan y culpan a la actual administración cuando en realidad muchos de ellos son cómplices de que no se hayan construido o sólo se inauguraba el cascarón. Más de uno peleaba estar en las altas esferas del poder, pero no para mostrar su talento o su capacidad de informar con la verdad, sino para cobrar lo que los gobiernos siempre ofrecieron a quienes alquilaban su pensamiento porque los políticos no podían contar con esas capacidades.
Ahora descalifican todo lo que hace el actual gobierno, o dicen que lo hace mal, pero anteriormente ni siquiera lo hacían mal porque en realidad no hacían nada y es por ello por lo que quieren clausurarlas porque la gente podrá ver que con menos dinero y más crítica se pueden construir más obras que con dinero y los medios a favor. Ellos se embolsaban el dinero de las obras, compraban material de segunda y lo cobraban como de primera, otorgaban concesiones eternas a extranjeros, etc.
La gente ya no se deja ir con la mentira, su intelectualidad era una ilusión que a ellos les convenía conservar y sólo son mexicanos comunes. PEGA Y CORRE. – Como ahora sucede cada vez más continuamente, los reconocimientos por las acciones del gobierno federal vienen del extranjero y en el interior del país los medios tratan de desgastar los logros concretos. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reconoció la labor de México, y en general de los países de América Latina, para asegurar el abasto de alimentos y la protección fitosanitaria de sus cultivos durante la contingencia por COVID-19… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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