En los tiempos que corren, nunca había estado tan descompuesta nuestra abyecta política nacional. Al grito presidencial de “no me vengan conque la ley es la ley” los principales actores la violan sin el mayor recato. A los del pasado ya los conocíamos, pero los de hoy electrizan. Las “corcholatas” y sus seguidores son los principales infractores. A nadie le importa el sufrimiento y desesperación de millones de mexicanos. Hacen politiquería barata con acciones que asombran. Han perdido toda dignidad y no tienen mayor respeto a la ciudadanía. A la que ofenden en su inteligencia y el hartazgo se recrudece. Han perdido la brújula y cayeron en un sálvese quien pueda. Una ley de la selva que no anuncia nada bueno. Hay que preparase. Estamos en guerra. Se avizora.