El Puente de Xallitic es uno de los emblemas más importantes del siglo XX en Xalapa. Construido sobre la barranca del mismo nombre durante el gobierno de Antonio M. Quirasco (1956-1962), sirvió para conectar al barrio de Xallitic con el resto de la ciudad. Y desde entonces lector, la obra realizada por los ingenieros Luis Gregorio Rendón y Rafael Téllez Muñoz, es un orgullo de Xalapa y los xalapeños.
Desde su construcción el puente ha servido como un inmejorable enlace de comunicación. Tiene una vista privilegiada de una parte de la ciudad y en épocas navideñas es visitado por miles de paseantes locales y foráneos que desde su altura, admiran el hermoso Nacimiento que ponen los vecinos del barrio.
Además, ha sido testigo de bodas, graduaciones, quince años, fiestas infantiles, bailes populares, funciones de teatro, box y lucha, exposiciones, tianguis, mítines políticos, declaraciones de amor, rupturas amorosas, suicidios frustrados y suicidios consumados.
Y sobre éstos quiero hablar.
De unas semanas a la fecha se ha soltado una rachita de suicidas que vieron en el puente la forma más económica, segura, eficaz y mediática de marcharse de este mundo.
La autoridad municipal, atenta como siempre a las preocupaciones de sus gobernados (ou yeah), encontró de inmediato la solución para evitar más suicidios: enmallar el puente.
Futa…
El alcalde Alberto Islas Reyes, dijo que puente es un monumento histórico pero el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) no autoriza a que se le coloque nada. Agregó que habló con el secretario de Gobierno, Ricardo Ahued y entre los dos le pedirán al director del INAH que los autorice a llevar a cabo alguna medida, como ponerle una malla.
La intención es tan buena como inútil.
No existe en el mundo un puente desde el que no haya saltado algún individuo o individua con el avieso fin de quitarse la vida. Desde el Golden Gate de San Francisco, hasta el Rialto de Venecia (pasando por la Torre Bridge de Londres; el puente de Brooklyn en Nueva York; el puente de la Bahía en Sídney y el puente de Tuxpan, entre cientos) todos tienen su historial de suicidios. Y a ninguno le han puesto una malla contra suicidas.
El mismo Alberto Islas reconoció la inutilidad de esa protección al manifestar que el pensamiento de un suicida es muy complejo y que le pongan lo que le pongan, si tiene la intención de suicidarse lo va a hacer.
Lo que no se entiende entonces es la incongruencia, porque si en efecto la malla no va a servir para nada ¿para qué ponerla?
A diferencia de los arriba mencionados que son puentes construidos sobre ríos, el de Xallitic fue construido sobre un barranco, es decir, sobre la vil tierra por donde pasan cientos de personas diariamente. Si la malla se va a poner para evitar daños colaterales como que te caiga un sujeto en la cabeza bien, muy bien.
Pero no se está pensando en eso sino en disuadir al futuro suicida de atentar contra su vida, lo que no va a suceder.
Si hoy, mañana o pasado cualquier hijo de vecino amanece con la idea de quitarse la vida lanzándose desde el Xallitic, no habrá malla ni poder humano que se lo impidan.
Lo que deben hacer las autoridades de los tres niveles de gobierno es crear con la ayuda de psicólogos, métodos de prevención que disuadan a las personas de cometer esa barbaridad.
Pero enmallar el bello e imponente Xallitic para evitar los suicidios e inhibir a los suicidas, uta… esa es una soberana jalada.
Trabajo y gobernabilidad
Después de la oficina de la gobernadora Rocío Nahle, la dependencia que más gente tiene en Palacio de Gobierno es la subsecretaría de Gobierno, cuyo titular José Manuel Pozos Castro, no abandona su escritorio si no ha atendido hasta el último ciudadano que le solicita audiencia.
“El subsecretario no es de los que deja citas para el día siguiente. A veces son las 11 o incluso las 12 de la noche, pero si hay alguien haciendo antesala lo atiende con el mismo interés que al primero”, me comentaron.
Las visitas que más recibe el funcionario son las de alcaldesas y alcaldes de todos los partidos políticos con quienes mantiene una relación estrecha y cordial. Una de las preocupaciones de la gobernadora Nahle es la gobernabilidad en los 212 municipios y esa es una de las tareas en las que José Manuel Pozos pone especial empeño.
Bien.