Inicio ColumnasVía Empresarial CERVANTES: EL GENIO HERIDO QUE SOÑÓ A DON QUIJOTE DESDE UNA CELDA

CERVANTES: EL GENIO HERIDO QUE SOÑÓ A DON QUIJOTE DESDE UNA CELDA

by Fernando Padilla Farfán

Por Ing. Fernando Padilla Farfán

Cuando pensamos en Don Quijote de la Mancha, imaginamos molinos, caballeros errantes y una sátira brillante de las novelas de caballería. Pero detrás de esa obra monumental se esconde un hombre cuya vida fue tan novelesca como la de su protagonista: Miguel de Cervantes Saavedra, un genio marcado por la guerra, la cárcel, la pobreza y la obsesión por la libertad.

Secretos poco conocidos de su vida

Fue esclavo en Argel durante cinco años. En 1575, Cervantes fue capturado por piratas berberiscos y pasó media década intentando escapar de una prisión africana. Lo logró gracias al rescate pagado por frailes trinitarios.

Escribió parte del Quijote en la cárcel. En 1597 fue encarcelado por supuestas irregularidades como recaudador de impuestos. Allí, entre barrotes, comenzó a gestar la historia del hidalgo loco.

Fue excomulgado tres veces. Su tensa relación con la Iglesia se refleja en las críticas sutiles que aparecen en su obra.

Tuvo una rivalidad feroz con Lope de Vega, quien lo despreciaba públicamente. Cervantes respondió con ironía en varios pasajes del Quijote.

Su éxito fue póstumo. En vida, fue considerado un autor menor. Solo siglos después se le reconoció como el padre de la novela moderna.

¿Cuánto tardó en escribir el Quijote?

La primera parte fue publicada en 1605, pero Cervantes ya la tenía terminada desde 1604. Se cree que comenzó a escribirla a finales del siglo XVI, posiblemente durante su tiempo en prisión. La segunda parte, publicada en 1615, fue escrita con urgencia tras la aparición de una versión apócrifa firmada por “Avellaneda”, que enfureció a Cervantes y lo motivó a cerrar su historia con fuerza.

En total, el proceso creativo del Quijote abarcó al menos una década, entre interrupciones, censuras y penurias económicas.

¿Todo fue imaginación?

No del todo. Cervantes parodia las novelas de caballería que eran populares en su época, como Amadís de Gaula. Pero lo que lo distingue es su capacidad para transformar la sátira en una reflexión profunda sobre la locura, la libertad y la dignidad humana. Además, el recurso del “manuscrito encontrado” y el narrador ficticio Cide Hamete Benengeli le dan un aire de modernidad que anticipa técnicas narrativas del siglo XX.

Cervantes no solo escribió una novela: creó un espejo deformante de su tiempo, una crítica feroz al fanatismo, la ignorancia y la injusticia. Lo hizo desde la marginalidad, con una mano herida por la guerra y un alma endurecida por el desengaño. Y sin embargo, nos regaló a Don Quijote, el loco más lúcido de la literatura.

#www.FernandoPadillaFarfan.com

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