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No era penal, o sí?

by Jesús J. Castañeda Nevárez

“No entiendo a ustedes los mexicanos (lo dijo un amigo francés), trabajas, te esfuerzas, ahorras, te compras un televisor y un día, mientras estás con tus hijos viendo un partido de futbol, entran unos individuos, desconectan el aparato, cargan con el televisor y se lo llevan, mientras que tus hijos te observan desconcertados, tú miras a los hombres que se llevaron tu televisor, volteas a ver a tus hijos y les dices ni hablar, hay que echarle ganas”.

Parece una mala broma, pero es un hecho tan real y presente que sólo nos queda aguantar la vergüenza al no haber defensa alguna que nos quite la etiqueta de agachados, indolentes, apáticos, dejados, indiferentes, sin carácter, sin valor y sin web os. Nos pisotean, nos escupen, nos zurran y se ríen sobre nosotros y sólo nos encogemos de hombros y decimos “ni hablar, hay que echarle ganas”.

Increíblemente sí reaccionamos indignados ante una decisión arbitral como lo sucedido en la Copa Mundial de Futbol de 2014 en Brasil, en el partido de octavos de final entre México y Holanda, cuando el marcador iba 1-1 y en los últimos minutos marcaron un penal contra México con el cual quedamos eliminados del torneo.

La jugada generó una enorme controversia y frustración entre los aficionados mexicanos por la percepción generalizada de que Arjen Robben se había tirado un “clavado” simulando la falta, y que, por lo tanto, la decisión arbitral era injusta, naciendo la frase “no era penal” que se popularizó inmediatamente para expresar la indignación y el desacuerdo con aquella decisión arbitral que sentenciaba el destino de la Selección Mexicana en el Mundial. Se convirtió en un grito de batalla, un meme y una expresión que trascendió el ámbito futbolístico para usarse en diversas situaciones cotidianas donde se percibe una injusticia o una decisión cuestionable.

Pero muy pronto se nos olvidó, porque recientemente se han dado muchos eventos en los que México va quedando eliminado, no de un evento deportivo, sino del escenario global en materia política, económica, social y principalmente del entorno de libertades que habían hecho de nuestro país una tierra envidiable.

Con una decisión en la que, violando la Ley se le otorgaron una sobre representación al partido oficial y ahora están “tirándose clavados” y marcando penalty a su favor, haciendo lo que quieren y a la hora que quieren, pasándose la Ley por el arco del triunfo, adueñándose del Poder Judicial con la “aprobación” de un número ínfimo de mexicanos y con una exageración de violaciones al proceso electoral que a pesar de los argumentos contundentes expresados por 5 de los consejeros, finalmente fueron validados por la titular del INE. Total, ellos son los dueños del estadio y del balón.

Ahora se debate una Reforma a la Ley de Telecomunicaciones en la que va incluida la Ley Mordaza que seguramente pasará, para acabar con la libertad de expresión no sólo de los comunicadores, periodistas y analistas políticos, sino de todo el pueblo de México, porque todo lo que posteen en sus redes sociales tendrá la vigilancia oficial y la sanción correspondiente en caso de que los políticos se “sientan” ofendidos por lo que se publique.

México pierde así todas sus libertades, se las roban, mientras que la gran mayoría de los mexicanos sólo se encoge de hombros, voltea a ver a sus hijos y les dice: “ni hablar, hay que echarle ganas” Sí fue penal. Porka Miseria.

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