Inicio ColumnasVía Empresarial NIKOLA TESLA Y EL SUSURRO DEL UNIVERSO: EL CEREBRO COMO RECEPTOR DE LA CONCIENCIA CÓSMICA

NIKOLA TESLA Y EL SUSURRO DEL UNIVERSO: EL CEREBRO COMO RECEPTOR DE LA CONCIENCIA CÓSMICA

by Fernando Padilla Farfán

Por Ing. Fernando Padilla Farfán

Nikola Tesla, uno de los genios más enigmáticos del siglo XX, no solo revolucionó el mundo con sus inventos eléctricos, sino que también dejó entrever una visión profundamente espiritual del universo. Para Tesla, el cerebro humano no era el origen del pensamiento, sino un receptor sintonizado con una fuente universal de conocimiento, fuerza e inspiración.

“Mi cerebro es solo un receptor. En el universo hay un núcleo del cual obtenemos conocimiento, fuerza e inspiración. No he penetrado en los secretos de este núcleo, pero sé que existe” — Nikola Tesla.

Esta afirmación, lejos de ser una simple metáfora, revela una cosmovisión que conecta la ciencia con lo trascendental. Tesla creía que el universo estaba impregnado de una inteligencia superior, una especie de campo unificado de conciencia colectiva, al que los seres humanos podían acceder en estados mentales elevados o mediante la intuición.

La mente como antena

Tesla no concebía la mente como un generador de ideas, sino como una antena capaz de captar frecuencias invisibles. Esta idea se alinea con conceptos modernos de física cuántica y teorías sobre la conciencia no-local, que sugieren que el pensamiento podría no estar limitado al cerebro físico.

En sus momentos de inspiración, Tesla afirmaba recibir visiones súbitas, a veces acompañadas de destellos de luz. Estas experiencias lo llevaban a visualizar inventos completos sin necesidad de planos ni prototipos. Era como si el conocimiento le fuera transmitido desde otra dimensión.

La armonía con las leyes naturales

Tesla también sostenía que, para comprender los secretos del universo, debíamos pensar en términos de energía, frecuencia y vibración. Esta frase, hoy célebre, resume su creencia de que todo en el cosmos está interconectado por patrones invisibles que pueden ser comprendidos si logramos sintonizar con ellos.

“Si quieres encontrar los secretos del universo, piensa en términos de energía, frecuencia y vibración” — Nikola Tesla.

 

¿Una fuente divina?

Aunque Tesla no se adscribía a una religión específica, su lenguaje sugiere una profunda reverencia por una fuente espiritual de sabiduría. Para él, el universo era más que materia: era un organismo vivo, inteligente, del cual los seres humanos formamos parte. Esta visión lo acerca a filosofías orientales, al misticismo y a las ideas modernas sobre la conciencia universal.

Un legado que trasciende la ciencia

Tesla murió solo en 1943, incomprendido por muchos. Pero su legado no solo vive en la tecnología moderna, sino también en su visión de un universo consciente, vibrante y lleno de posibilidades. En un mundo cada vez más desconectado de lo esencial, sus palabras nos invitan a mirar hacia adentro y hacia las estrellas al mismo tiempo.

www.FernandoPadillaFarfan.com

 

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