“A partir de diciembre a los veracruzanos se les hará justicia al contar con servicios clínicos y hospitales dignos y de calidad. Habrá diálogo con la clase trabajadora de las instituciones de salud, además de que se evaluaran las condiciones de los hospitales y centros de salud de todo el estado” prometió en el 2018 al ser nombrado Secretario de Salud Roberto Ramos Alor en el gobierno del estigmatizado de corrupción Cuitláhuac García. Durante su fallida administración se registró un proceder nefasto. Frases misóginas y afrenta a la prensa; hospitales con desabasto de medicamentos y sin servicio de hemodiálisis; aumentaron los casos de dengue y no se atendió adecuadamente a pacientes con VIH-SIDA; peleas con grandes farmacéuticas y acoso a periodistas culpándoles de desinformar tienen registro como los escándalos que “marcaron su paso por salud de Veracruz.” *** Se le acusa también de no haber realizado campañas de prevención contra el dengue que tuvo un incremento importante. “Ningún chile les embona” explotó contra la ciudadanía cuando le urgían en la necesidad de medicamentos. En el registro de los hechos su paso queda “marcado por irregularidades en el manejo de recursos pues durante la pandemia la dependencia a su cargo contrato a empresas con giros distintos a la salud, incluso algunas relacionadas con la venta de computadoras o alimentos para mascotas a fin de que surtieran productos de protección para su personal”. *** En verdad gobernadora Rocío Nahle ¿No había otra opción? En ocasiones sorprende con sus aciertos -Ahued- Herrera- pero la inclusión de personajes desacreditados por corrupción y omisión como Ramos Alor desalienta. Se cataloga como el peor funcionario, después de Cuitláhuac por supuesto. Los veracruzanos tienen el pulso político sensible y sabio. *** Y para las agruras…
EL ENGAÑO
18
artículo anterior