Inicio ColumnasProsa aprisa Sin necesidad de narcocorridos la violencia se enseñorea en Veracruz

Sin necesidad de narcocorridos la violencia se enseñorea en Veracruz

by Arturo Reyes Isidoro

Confieso que nunca en mi vida he escuchado y menos me sé la letra de un narcocorrido, como tampoco en mi vida he visto. ¡ay!, una telenovela, aunque he escuchado los nombres de algunos títulos y de personajes de unos y otras, como muchos hablan del Quijote, pero nunca lo han leído.

 

En mi caso, porque considero que tengo cosas más importantes que hacer, que escuchar o que ver, pienso que escuchar narcocorridos o ver telenovelas sería perder parte de mi tiempo, aunque respeto a quienes sí lo hacen, muy su gusto, como dirían en el vecindario (alguna vez fui a una junta de padres y se puso en claro que una mujer golpeaba a su niño porque le pedía que lo ayudara a hacer su tarea y no le permitía ver sus telenovelas).

 

Ayer la gobernadora Rocío Nahle secundó a la presidenta Claudia Sheinbaum al declarar que su gobierno no pretende prohibir los narcocorridos o los corridos tumbados (con influencia del hip-hop y el trap) en el estado, como se ha hecho en otras entidades del país, pero que sí se hacen exhortos para que no se haga publicidad a música que hace apología del delito.

 

En Chihuahua está prohibido desde julio de 2023, “con el objetivo de proteger la dignidad de las mujeres y la familia, y prohibir la violencia de género”, y porque hacen apología al crimen organizado; en concreto, porque promueven la violencia y denigran a la mujer. Se han sumado también Baja California, Sinaloa, Quintana Roo y Jalisco, entre otros.

 

El martes, el escritor Guillermo Sheridan, en su colaboración en El Universal, reconoció que hizo bien Sheinbaum en no censurar los narcocorridos con el argumento de que es mejor educar al pueblo para que no los necesite. Para él, fue correcto porque de otra manera podría oficializarse la censura como una atribución del Estado, sin dejar de recordar que López Obrador se pasó seis años censurando e insultando a sus críticos sin “oficializarlo”.

 

Recordó que incluso en su libro Malas palabras (2011, Siglo XXI Editores) registró cómo durante el Maximato de Calles su gobierno despidió de sus cargos en la SEP y luego declaró “reos” a escritores que hacían la revista Examen (que dirigía el veracruzano cordobés Jorge Cuesta), que calificó de “pasquín inmundo”, todo porque habían publicado un relato cuyos personajes decían palabras malas como “chingada”. El infierno en tribunales se prolongó por seis meses hasta que la entonces Procuraduría “se desistió”.

 

Remató el maestro Sheridan: “Entiendo que los tales narcocorridos exaltan héroes dizque ‘populares’ que generan o incitan a la violencia. Ante ellos, en efecto, la única alternativa es la educación. Conseguir que amainen los asesinatos en el bravío estado de Guanajuato supone no prohibir que se cante la popular canción ‘No vale nada la vida’, sino que a la mayoría de los guanajuatenses esa canción les parezca tan ridícula que prefieran no cantarla, sin necesidad siquiera de censura”.

 

Coincido con él. Además porque de niño crecí escuchando en la radio (no existía la televisión entonces y la radio era solo de AM porque tampoco existía la FM) o viendo en los cines (tenían en aquellos tiempos una sección de luneta, que podían pagar algunos, y otra de galería, para los más jodidos, en las partes altas), corridos como los de Juan Charrasqueado (que cantaba Jorge Negrete) y Rosita Alvirez, por solo citar dos.

 

Transcribo parte de las letras de esos corridos. De Juan Charrasqueado:

 

“Voy a cantarles un corrido muy mentado

Lo que ha pasado allá en la hacienda de la flor

La triste historia de un ranchero enamorado

Que fue borracho parrandero y jugador

 

Juan se llamaba y lo apodaban charrasqueado

Era valiente y arriesgado en el amor

A las mujeres más bonitas se llevaba

De aquellos campos no quedaba ni una flor

 

Un día domingo que se andaba emborrachando

A la cantina le corrieron a avisar

Cuídate, Juan, que ya por ahí te andan buscando

Son muchos hombres no te vayan a matar

 

No tuvo tiempo de montar en su caballo

Pistola en mano se le echaron de a montón

Estoy borracho les gritaba y soy buen gallo

Cuando una bala atravesó su corazón”.

 

De Rosita Alvirez:

 

Año de mil novecientos,

muy presente tengo yo

cuando estaba más contenta,

Rosita Alvirez murió.

 

Su mamá se lo decía:

Rosa, esta noche no sales;

mamá no tengo la cupa,

que a mí me gusten los bailes.

 

Llegó Hipólito a ese baile,

y a Rosa se dirigió

como era la más bonita,

Rosita lo desairó.

 

Rosa, a mí no me desaires,

la gente lo va a notar;

a mí no me importa nada,

contigo no he de bailar.

 

Echó mano a la cintura,

y una pistola sacó

y a la pobre de Rosita,

nomás tres tiros le dio”.

 

Y todavía más adelante, casi para terminar el corrido se dice que

 

“El día que la mataron,

Rosita estaba de suerte;

de tres tiros que le dieron,

nomás uno era de muerte”.

 

¡Uf! ¡Pa’sumá! Qué suerte la suya que de tres solo un tiro era mortal.

 

Canciones con letras de violencia y contenido de violencia de género llenan los cancioneros mexicanos, como aquel de sal de uvas Picot, ¿recuerdan mis contemporáneos?, de modo que prohibir ahora los narcocorridos llevaría a una revisión crítica del rico catálogo y a descatalogar muchos.

 

Como Guillermo Sheridan respecto a Sheinbaum, se puede decir entonces que hace bien la gobernadora en no meterse en problemas recurriendo a la censura, pero, además, ciertamente Veracruz no se distingue por ser centro de difusión de narcocorridos porque se toquen y canten todos los días y donde sea, y aun así los desaparecidos, ejecutados, degollados y descuartizados están a la orden del día, o sea, con o sin narcocorridos Veracruz alimenta las estadísticas de la violencia en México. Cuál tos, pues.

 

Jessica Ramírez, entre quienes piden la renuncia de Ariadna Montiel

 

Pues resulta que de acuerdo a una nota que publicó El País, la diputada federal veracruzana Jessica Ramírez Cisneros, de Minatitlán, está entre quienes piden la renuncia de la titular de Bienestar, Ariadna Montiel Reyes, por presuntos malos tratos, falta de transparencia y hasta posible corrupción.

 

La calificó de “nefasta”. Narró que pidió audiencia con la funcionaria quien le respondió que era más fácil una audiencia con la presidenta que con ella porque prefería trabajar a recibir a 500 diputados.

 

Hay un detalle: Jessica está plenamente identificada con su paisano y par Sergio Gutiérrez Luna y o se fue por la libre o le consultó lo que iba a hacer y recibió luz verde. En uno u otro caso lo único cierto es la división que hay en Morena, y para desgracia política de Jessica, la presidenta Claudia Sheinbaum salió en defensa de Ariadna, con raíces en Chicontepec, de quien dijo que “hace un excelente trabajo” y que “es una mujer extraordinaria”.

 

Otro detalle: Montiel Reyes se entiende bien con el senador Manuel Huerta, con quien trabajó en forma coordinada cuando él fue delegado de Bienestar.

 

Hasta donde el columnista sabe, Ariadna, en efecto, es una mujer de trabajo y ajena además a la promoción personal, por eso la anterior delegada Daisy Lludmila Martínez Cámara se comportó con el más bajo perfil mediático y en las redes, y por eso se sabe también que la secretaria de Bienestar ha pedido algún material que ha subido a las redes el actual delegado Juan Javier Gómez Cazarín.

 

Máynez regresa a abrir las campañas de los candidatos de MC

 

Se tiene confirmado que la próxima semana regresará el estado, una vez más, el coordinador (dirigente) nacional de Movimiento Ciudadano (MC), Jorge Álvarez Máynez, para dar el banderazo de arranque a las campañas de las candidatas y los candidatos de su partido a presidentes municipales.

 

Máynez aprovechará para presentar su libro México nuevo en el Instituto Universitario Veracruz (IUV) Universidad en la ciudad de Banderilla, prácticamente conurbada con Xalapa.

 

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