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Cuitláhuac: ácido en la herida

by Mussio Cárdenas

* Candidato de Morena criminaliza a desaparecidos  * Jóvenes que terminan “cobrando piso”, dice  * “Diagnóstico” irrita a colectivos  * Reforma: empate por gubernatura  * Votia y Massive Caller dan ventaja a Chiquiyunes  * Operador de Tronco promueve al Peje  * Sindica mete en la nómina a la familia 

MUSSIO CARDENAS ARELLANO

Publicada en mussiocardenas.com

28 de mayo de 2018

Son jóvenes y “cobran piso”, o extorsionan, o secuestran. Son jóvenes y aventureros y fans de Bandamax que los incita al dinero fácil, al auto de lujo, iniciándose en la delincuencia juvenil para terminar sus días en fosas clandestinas, una de ellas la de Colinas de Santa Fe. Así los criminaliza Cuitláhuac García.

Son —reza el candidato— “esos precisamente”, los que yacen en la tierra del megacementerio de los cárteles, la fosa monumental que ha dimensionado la barbarie, la saña, la vileza que distingue a los que transitan y viven en el camino del mal.

Son jóvenes —apunta el morenista que quiere gobernar Veracruz— o por lo menos menores de 30 años. Y esos jóvenes —pregona Cuitláhuac— son el 60 por ciento de los cuerpos hallados en Colinas de Santa Fe.

O sea, jóvenes y delincuentes.

¿Quién le dijo que ahí, en la fosa clandestina que se halla en la periferia del puerto de Veracruz, hay en su mayoría jóvenes, aquellos que, ya iniciados en la delincuencia juvenil, terminaron siendo carne de cañón de los malos.

Desbocado, Cuitláhuac García Jiménez no sólo deja azorado al Consejo Coordinador Empresarial, a su cúpula y a su gremio, sino a los colectivos de madres y otros parientes y otros amigos de los desaparecidos, a los defensores de derechos humanos y a todo Veracruz.

Lo increpa Solecito Veracruz, cuya figura central, Lucy Díaz Genao, lo tilda de irresponsable e ignorante. Si se ha logrado identificar apenas a la décima parte de los cuerpos, de dónde sacó que el 60 por ciento de los restos corresponden a jóvenes.

Lo confrontan otros colectivos, que advierten que en el candidato de Morena hay todo, menos prudencia y un gramo de respeto a los que siendo víctimas hoy criminaliza.

Lo avasalla la condena social, el reclamo de muchos, que percibe las grietas éticas de un candidato que a falta de información, improvisa, y en la torpeza de la improvisación, agravia.

Pontificando, extrayendo cifras y datos cuya fuente no acredita, Cuitláhuac García quiso causar estruendo y lo logró.

Habrá imaginado que con las víctimas de la desaparición forzada, los que un día partieron y no se les volvió a ver, sería igual que con la militancia de Morena o los candidatos a los que confronta, a los que les alza la voz, a los que somete usando el nombre de López Obrador.

Siguiéndole la corriente al Dios Peje, el que acusa y se enreda, quiso aportar el “diagnóstico” del baño de sangre y el rol del joven criminal en el fenómeno de violencia en Veracruz.

Son los jóvenes —preconizó en el Foro Democrático de los empresarios— presa fácil de la delincuencia “por carecer de oportunidades”.

Por su naturaleza, diagnostica Cuitláhuac García, si no halla trabajo, el joven lo va a conseguir. “El joven es aventurero y la cultura que trae de escuchar Bandamax y esas cosas le incita a buscar el dinero fácil, el deseo de lucir camionetas; va a caer en la delincuencia juvenil. Todos los jóvenes inician siempre con delitos menores”.

Su “diagnóstico” pasa por el adoctrinamiento en el crimen organizado. Se dedican al “cobro de piso”, dice el candidato de Morena, a la extorsión, al secuestro.

“¿Cuáles son los jóvenes que mueren y que se encuentran en fosas? Esos precisamente —agrega—. En las fosas que se encontraron aquí en Colinas de Santa Fe, casi el 60 por ciento de los restos eran de jóvenes menores de 30 años, esa es la razón”.

Y el misil lanzado por Cuitláhuac García dio en barco insignia de Morena.

Tundido por familiares de los desaparecidos, por los que conocen a las víctimas y también por los que no saben de ellos, por los pobres y los ricos, los defensores de derechos humanos y también los que no, el candidato a gobernador tuvo que recular.

Usó un espacio con el periodista Joaquín López Dóriga —“Si me dicen no vengo”— y ahí pidió paz. O simuló querer paz.

Dijo Cuitláhuac García que se disculpaba por el sentido que le habían dado a sus palabras.

No se disculpó por criminalizar a las víctimas. No reparó en que violó la Ley de Víctimas. 

Le expresó a López Dóriga:

“Señalé que incluso los delincuentes ya han cambiado de víctimas y ahora se han dirigido también a los jóvenes, que sus víctimas habían sido pequeños empresarios, (…) pero ahora también a los jóvenes, y por eso yo señalaba como diagnóstico el hecho de que las fosas acá en Veracruz la mayoría de los cadáveres que se encuentran son jóvenes lamentablemente, como víctimas”.

No. Cuitláhuac dijo que el 60 por ciento de los cuerpos hallados son de jóvenes.

Cuitláhuac expresó que los jóvenes, por escuchar Bandamax, son proclives al dinero fácil, a lucir camionetas e incurren en delitos menores. Así se vuelven delincuentes.

Gusta Cuitláhuac del enredo como vía de escape. A López Dóriga le incida que la víctima es él. Es víctima de los medios, de las campañas negras, del linchamiento social, acusado de criminalizar a las víctimas.

Y lo suyo, cuenta, sólo fue un diagnóstico sin darle uso político al tema.

Pues no. Lo suyo, en realidad, es mentir. 

Criminalizó a las víctimas, a los desaparecidos, a los jóvenes que, según el candidato de Morena, se deslumbran con un estilo de vida, el de las bandas, y así ingresan a la delincuencia y terminan en narcocementerios.

Y sostiene que en Colinas de Santa Fe, el 60 por ciento de los 285 cuerpos hallados son jóvenes.

¿Cómo sustentar la cifra si la identificación de los restos camina con su mayor lentitud?

A López Dóriga le agrega:

“Yo me disculpo con las madres que están en busca de sus hijos. No estoy utilizando políticamente el tema, pero es un ‘diagnóstico’ por el cual yo estoy implementando, como parte fundamental de mi Gobierno, el programa de atención a los jóvenes”.

La pifia es monumental. Quizá a López Dóriga lo engañe pero a Veracruz no.

Le dice ahora:

“Yo señalaba como diagnóstico el hecho de que las fosas acá en Veracruz la mayoría de los cadáveres que se encuentran son jóvenes lamentablemente, como víctimas”.

Sin embargo, a los miembros de la Coparmex les describió cómo llegan los jóvenes a los grupos delincuenciales.

Si el joven “no encuentra trabajo lo va a conseguir. Es joven, es aventurero y la cultura que trae de escuchar Bandamax y esas cosas le incita a buscar el dinero fácil, el deseo de lucir camionetas; va a caer en la delincuencia juvenil. Todos los jóvenes inician siempre con delitos menores”, dijo.

Y los reclutan las bandas, dedicándose “al cobro de piso”.

“¿Cuáles son los jóvenes que mueren y que se encuentran en fosas? Esos precisamente”.

O sea, jóvenes y delincuentes.

No es un desliz. Es un discurso estructurado pero errado. Aportó una tesis que agravió a los familiares de las víctimas, criminalizando a los desaparecidos. Criminalizó sin saber su identidad, sin los resultados de ADN, sin que una sentencia judicial categorice si son jóvenes de bien o jóvenes al servicio del mal.

¿De dónde le viene tanta desgracia ética? Quizá de la soberbia con que suele hablar.

Así es Cuitláhuac García.

A una reportera la confrontó en un mitin por no garantizarle que sus palabras fueran publicadas en el medio de comunicación para el que trabaja, atizando a la familia pejista, incitando a la burla y al encono, generando un nivel de riesgo, exponiéndola a la agresión. Tal como suele actuar López Obrador.

Su padre, el ex diputado Atanasio García Durán, se le fue encima a tres individuos que se presentaron con botargas del ex presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en el arranque de campaña de Cuitláhuac García. Aquello pudo terminar en un linchamiento.

A candidatos de Morena, según consta en un audio que circulara en 2016, los confronta, los amenaza, los trata de manera soez, con los aires de un tirano transformado por el poder.

Y todo lo ha podido eludir Cuitláhuac, pero no el episodio en el Foro Democrático.

Criminalizar a desaparecidos no sólo es aberrante sino es violar la ley.

Abierta, la herida duele.

Y peor cuando se le arroja ácido.

Archivo muerto

A dos fuegos, el del morenismo y el duartismo, Miguel Ángel Yunes Márquez enfrenta el demoledor Efecto Peje. Reforma apenas le da un punto sobre el candidato de Morena-PT-Partido Encuentro Social, Cuitláhuac García Jiménez, y se despega en los sondeos de intención de voto de Massive Caller y Votia. Veracruz, según Reforma, tendría final de photo finish, más cerrado que en la elección de 2016. Para el periódico de los Junco de la Vega, Chiquiyunes registra una intención de voto del 43 por ciento contra 42 del candidato de Morena, Cuitláhuac García Jiménez; a Pepe Yunes, el abanderado del PRI-Partido Verde le dan 14 puntos, y a July Sheridan, de Nueva Alianza, sólo uno. Y de ello se congratulan los pejistas propositivos y las hordas del obradorismo radical. Un punto es nada, pregonan; es empate técnico, es un volado el 1 de julio, día de la elección de gobernador. Cuitláhuac no rebasa aún, propalan, pero ya casi. Otras dos encuestadoras difieren en el resultado al sondeo de Reforma. Votia, que no se equivocó en su sondeo de la elección de gobernador en 2016, en encuesta del 15 de mayo, reflejaba el 48.1 por ciento a favor del candidato del PAN-PRD-Movimiento Ciudadano, Miguel Ángel Yunes Márquez, contra 39.9 de Cuitláhuac García, 11 de Pepe Yunes y 1 por ciento de July Sheridan, diputada local que abandonó a Morena y hoy es candidata de Nueva Alianza. Más de ocho puntos a favor de Chiquiyunes. Massive Caller realizó un sondeo vía telefónica —mil llamadas—, el 22 de mayo: 36.6 por ciento para Yunes Márquez, 30.8 para Cuitláhuac García, 16.4 puntos para Pepe Yunes y 2.3 para July Sheridan. Desde enero, Massive Caller ha difundido sondeos en que se observa un cerrado duelo entre la alianza Por Veracruz al Frente y Morena. Yunes Márquez perdía en enero y en febrero rebasó. Morena estaría mejor si Cuitláhuac García se aplicara, hiciera campaña, dejara de agraviar con sus desatinos y se propusiera acarrearle votos al Dios Peje y no colgarse del líder morenista… Un par de imágenes suyas, las de Juan Carlos Fernández Villanueva, alertaron al yunismo azul: junto a la candidata a diputada federal por Morena, Tania Cruz Santos, y en el equipo panista que promueve el voto por Renato Tronco, abanderado de la alianza PAN-PRD-Movimiento Ciudadano. Circula en redes sociales la fotografía de Juan Carlos Fernández abrazando a Tania Cruz y días después en el equipo de Renato Tronco, el team de la arquitecta Liliana Orantes, ahijada política de Tony Macías, suegro aún del ex gobernador Javier Duarte. Y qué decir de los elogios de Juan Carlos Fernández a Morena, de las invitaciones a acudir al mitin de Andrés Manuel López Obrador, este domingo 27. “Se les hace una cordial invitación a todos los simpatizantes y no simpatizantes de Morena a recibir a nuestro candidato, Andrés Manuel López Obrador, este domingo 27 de mayo en el Emiciclo (sic) a los Niños Héroes en el malecón costero. Salida a las 14 hrs. Habrá dos unidades de ida y vuelta. Punto de reunión en la farmacia Yza de la avenida San Martín”. Y posa la foto como parte del equipo de Liliana Orantes, quien ya en abierto, en su cuenta de Facebook, refiere que su estructura actúa “para un solo objetivo, para nuestro candidato a diputado federal, Renato Tronco”. Clarísimo el deslinde. La estructura de Tronco no le suma a Yunes Márquez… Al doble discurso, Yazmín es tan afecta como adicta. Una vez en la sindicatura del ayuntamiento de Coatzacoalcos, Yamín Martínez Irigoyen refleja que lo suyo es el nepotismo. A su esposo, Rouvier Ramírez lo insertó en la nómina con salario de 20 mil pesos al mes y pretendió hacerlo candidato a diputado por Morena pero no le alcanzó. Y aunque le hubiera dado el cordel, las candidaturas son de Rocío Nahle. Una vez con poder, Yazmín se imaginó omnipotente. Insertó al esposo, al hermano y la cuñada en la nómina municipal. Marleny Patricia Alonso Ruiz, cuñada de Yazmín Martínez Irigoyen, casada con Elmer Orlando Martinez Irigoyen, despacha en la Secretaría de Desarrollo social del ayuntamiento de Coatzacoalcos y percibe un salario de 11 mil pesos netos al mes, adscrita a la nómina con ficha 40997. ¿Quién dijo aquello de “no más gobierno rico y pueblo pobre”? Un tal Andrés Manuel…

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