Larga, sin duda la lista que presentó el Presidente de la República de los posibles candidatos de la oposición para disputar la presidencia. Aunque parezca broma o intromisión, de esa lista de más de 40 personas saldrá el contendiente del abanderado de Morena por alcanzar el puesto político más importante del país.
Ahora frente a esa pasarela emitida en Palacio Nacional ni son todos los que están ni están todos los que son, aunque pueda haber sorpresas, pero el hecho fue que López Obrador no sólo colocó en el terreno de la pobreza de cuadros de una oposición de por sí desarticulada, además inquietó a algunos que ni se la imaginaban, ahora al ser considerados en esa lista van a creer que tiene posibilidades por luchar por la candidatura y fraccionar más a la oposición y su pleito de egos por la candidatura.
Porque en la oposición lo importante es competir porque saben que no ganarán, tendrán ese cargo como parte de su curriculum para momentos menos competitivos y más acordes a los intereses de esa oposición a la que todo le sale mal y no es por una racha de mala suerte, porque ya una limpia se las hubiera sacudido, sino por falta de capacidad y exceso de protagonismo.
Casos como el de Ildefonso Guajardo, un personaje del pasado oscuro y opaco, que hiciera de la Profeco su caja chica cuando encabezaba la Secretaría de Economía, estaba muy tranquilo, pero ahora la sola mención del Presidente puede despabilarlo y empezar a trabajar sobre una candidatura en la que nadie pensaba antes. Desde luego, impedirá que otros, con mayor capacidad y menos protagonismo, puedan llegar y aunque no alcancen a llegar pero ya tiene el título de precandidato que es como un doctorado en administración pública en los parámetros de la pasiva política opositora de hoy.
La oposición sigue compitiendo, aunque no gane y la suerte no le cambia porque sus actitudes siguen siendo las mismas, todo menos tener contacto con la gente, pareciera que son alérgicos al pueblo.
Porque la oposición, con su varita mágica, intenta hacer escritoras a quienes todavía les falta mucho para serlo y partidos políticos a agrupaciones de grupos minoritarios que no le alcanzan los números a la hora de mostrar músculo.
En el Senado el libro El rey del Cash, una recopilación de chismes y ocurrencias de la autora, sustituyó a el logotipo del PAN en las curules, sustituyendo su vieja militancia por una apuesta muy alta para tan poco contenido. Por si fuera poco, no faltó la senadora acomedida que anuncia que tomará lo asentado en el libro para crear una demanda penal contra el Presidente de la República, a pesar de que el libro carece de evidencia alguna, sin testigos, ni pruebas. Sólo con el decir de la autora quiere encarcelar a los presuntos culpables de delitos que a nadie consta que fueron cometidos.
Es decir, cuando un libro, cualquiera que sea, se convierte en símbolo de un partido, o de la oposición es que esa oposición y ese partido tienen una profunda pobreza ideológica, más aún, tratándose de un libro que desde la víspera de su aparición sonaba a falso.
Ahora quieren presentarlo en el Senado con la presencia de la autora para evidenciar más aun el resentimiento con el que fue escrito, porque se antoja más un libro de despecho que un análisis político. Presentar en el senado un libro con esa polémica como antecedente expone a la autora a manchar lo poco que le queda de prestigio en ese lugar.
Será necesario que vaya preparando la autora una buena salida a la pregunta que quién se financió porque el tiraje debe ser importante, aunque no lo dice en la hoja legal y por obligación de la editorial y responsabilidad de la autora debe exponerse el número de ejemplares impresos. Porque, además, qué mejor manera de lavar dinero que con la edición de un libro.
Otro de los cuestionamientos es la muestra de borradores, para ver si en realidad ella lo escribió, o bien los datos donde reunió los hechos. Porque hablar de memoria es una gran responsabilidad.
Es evidente que luego de 18 años de noviazgo con César Yáñez y más de cinco con esa información se le reclamará el hecho de presentarlo en plena pugna por la sucesión presidencial. Porque políticamente es el mejor momento para presentar un libro que desestabilice a la 4T, pero este, definitivamente no es el caso, ni el libro ni la autora que pudiera hacerlo.
Otro de los disparates de la oposición fue su intento para crear un grupo opositor al que por vía Twitter sólo asistieron 600 personas, se esperaban miles. Al Polyforum sólo asistieron los anfitriones e invitados especiales, pero el grueso de sus seguidores lo hicieron a través de las redes, donde no tuvieron mucho éxito. Si a esto restamos curiosos y periodistas encontramos que les fue muy mal.
Recordemos que los errores en política no sólo quedan pasmados en la historia sino que son motivo de burla.
No es el primer libro que trata de descarrilar la 4T ni el primer grupo opositor que planea unificar partidos y agrupaciones para lanzar un solo candidato a la Presidencia de la República. Recordemos, Sí por México, Va por México, México Libre, Futuro 21, y ahora Unid@s, que son los mismos con diferente nombre, lo que podemos decir que es PAN con los mismos.
Tantos intentos fallidos no hacen más que evidencia la fragilidad de una oposición que no trabajó porque no está acostumbrada a hacerlo. Siempre en el poder su ejercicio político se limitaba a hacer lo mínimo para ganar lo máximo con ganancias extras y uno que otro pellizco al presupuesto.
PEGA Y CORRE
Por primera vez en la historia deja de ser rentable más allá de lo aparente, ser responsable de las aduanas y ahora que renunció Horacio Duarte a esa responsabilidad para apoyar la candidatura de Morena en el Edomex, puede ser el principio que nos lleve a pensar que las cosas van bien en esa tradicional cueva de ladrones que era las aduanas del país.
Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes